El espejo

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Desearía no haber comprado aquel espejo, desearía no estar viviendo solo, desearía haberlo dejado en otro lado que no fuera mi cuarto, ya que quizás así no estaría pasando nada esto.

Todo comenzó cuando encontré lo que parecía ser un sencillo espejo, no era tan grande, pero tampoco era tan pequeño como para que solo viera mi cara, al preguntar por el precio me convenció por completo y no sabía porque lo daban a ese precio, pero después llegaría a comprenderlo.

Al llegar a casa lo puse en mi habitación y me preguntaba porque el vendedor estaba tan feliz de deshacerse de él, pase mi día tranquilo, pero todo se saldría de control en la noche.

Comenzó con algo sencillo, golpes que parecían venir de fuera de casa, pero gracias a mi cansancio termine por ignorarlos. Aunque noche tras noche seguían, incluso por minutos, y no pude ignorarlos más cuando incluso los vecinos los escuchaban, revise las ventanas y por las puertas, pero nunca había nadie. Todo empeoro cuando note que mi espejo tenia marchas de dedos, intente limpiarlas, pero no se quitaban, hasta que me di cuenta que las manchas estaban del otro lado.

Decidí usar mi celular para grabar en dirección al espejo, el cual está enfrente de mi cama, paso la primera noche y no ocurrió nada, incluso los golpes cesaron, paso la segunda noche y las manchas se borraron, parecía que incluso el celular calmaba todo, paso la tercera noche y todo había regresado a la normalidad. Pero la cuarta noche, todo volvió a empeorar.

Al despertar mi celular estaba destruido, parecía que lo habían molido con un martillo, no sabía cómo había pasado y lo que quizás más me inquietaba, era que siempre al pasar por el espejo me parecía ver a alguien del otro lado. Revise los restos del celular esperando que por simple suerte la memoria y el chip quedaran intactos, no tuve suerte con el chip, pero si con la memoria, se veia rasguñada y deteriorada, pero aun servía.

Pase todo el contenido a la computadora para descubrir que había pasado y tire el resto de lo que era mi celular en la basura. Revise los videos de las noches anteriores, pero no se veía nada, y al revisar el de la cuarta noche algo me inquieto de tal forma que sentí como todo mi cuerpo se estremecía del miedo. Algo había salido del espejo.

En el video se veía como todo parecía ir bien hasta las cuatro de la madrugada, en esa hora algo apareció a un costado de mi cama y se acostó a mi lado, miro al espejo y se levantó rápidamente, miro nuevamente al espejo y se dirigió hacia el lentamente, sus pasos eran lentos pero firmes, no se podía ver bien que era debido a la poca luz, solo que es un poco más alto que yo, se paró en el espejo y salió de él como si solo fuera una puerta.

Se detuvo durante media hora a observarme a los pies de mi cama, no hacía nada más que observar, después miro al celular y se dirigió hacia él, miro directamente a la cámara e hizo un gruñido de enojo, después solo se ve como lo golpea con su mano antes de que el video termine.

Al terminar de ver el video tome el espejo y lo deje afuera de la casa envuelto en varias bolsas negras y amarrado en su totalidad, el quinto día parecía ir bien e incluso ya no sentí la necesidad de poner algo que estuviera grabando, pero el sexto día, mientras llegaba a casa del colegio ese espejo estaba adentro y las bolsas y el laso estaban en la puerta de mi casa.

Llame a los vecinos creyendo que era una mala broma o que quizás alguien se había metido, pero lo que se supone debía servir para darme una solución solamente me causo aún más inquietudes, ya que según ellos, yo era quien lo había metido a casa.

No podía creerlo hasta que la vecina de enfrente me ofreció sus videos de seguridad, ya que una de sus cámaras apunta a mi casa, pero por alguna razón ella se veía aún más nerviosa que yo, al ver el video comprendí porque.

Y es que aquel ser o aquella cosa que tomo mi imagen salió del espejo nuevamente, rompiendo las bolsas desde adentro.Coloco en buena posición el espejo cuidando de no romperlo y entonces al salir por completo, tomo mi forma y mi ropa que había usado la noche anterior, tomo el espejo y se metió a casa.

—Deberías romper ese espejo en un lugar lejos de aquí— dijo mi vecina asustada—. Esa cosa no se ira fácilmente.

Esa noche no pude dormir y pase toda la noche escuchando cosas, voces que provenían del espejo. Al día siguiente fui al basurero local y yo mismo deje el espejo debajo de kilos de basura no sin antes romperlo y esparcir todas las partes en todo el basurero. Esa acción me costó un día del colegio pero podría valer la pena.

Al regresar a casa una compañera me acompañaba ya que terminaríamos un proyecto, pero en la puerta de la casa estaba una gran bolsa negra con una nota que decía:

No dejes tus cosas tiradas

Lo más extraño es que esa era mi letra. Mi compañera creyó que era una broma hasta que le mostré los videos y entonces me dio una idea que me lleva a todo esto.

Si el espejo volvía a mi sin importar su condición tenía dos opciones: la primera era afrontar aquella cosa que vive en el espejo y la segunda era conseguirle un nuevo dueño, tal como su anterior dueño lo había hecho, aunque también tenía la duda de que habría sido de él, quizás al perder el espejo aquella cosa se vengaba, no lo sé y lo más probable es que no lo sepa hasta que lo haga.

Y eso me lleva este mensaje, ya que no podría vivir teniendo en mi conciencia que yo hiciera algo tan atroz, así que decidí escribir todo esto y ponerlo entre el espejo y su soporte, así cuando lo coloques espero leas esto y no lo ignores. Además debes recordar algo, a él no le gusta que lo graben, espero puedas dormir bien esta noche.

Relatos de un insomneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora