Buscando a papá [Terminado]

Capítulo 10

Mi madre se encontraba revolviendo mi lado de la mesilla, parecía buscar algo.

-¿Mamá?-pregunté extrañada.

-Hija-dijo volteándose- Ya tengo todo listo- dijo señalando las maletas ya hechas.

Apreté la grabadora que seguía en el bolsillo de ki chaqueta y cogí mi maleta para acto seguido salir de la habitación.

Ya en un taxi, recorrimos la ciudad para llegar a nuestro apartamento.
Se encontraba en un bloque de pisos cercano al Museo de Ciencias, el cual esperaba poder visitar pronto.

El apartamento era pequeño pero suficiente para nosotras dos. Tenía un pequeño salón que conectaba con la cocina, un pasillo, al fondo se encontraba el baño, y a los lados las habitaciones.

-Cariño, me han llamado de la empresa, vete instalando, llegaré a la hora de comer.

Me dió un beso en la frente y salió de la casa.

Decidida a descubrir que significaban los números de la grabadora, saqué mi portatil de la maleta y me senté en la desvencijada cama que chirrió cuando me senté.

Las letras eran una pista sin duda, hice lo más lógico meterlos en el buscador a ver que salía.

Esperé unos segundos y un resultado apareció: Museo de Ciencias Naturales.

Revisé el número un par de veces pero era el mismo, algo se encondía en el museo, algo que mi padre quería que encontrase.

Como no sabía cuando volvería mi madre exactamente, decidí quedarme en casa pensando en que podría haber en el museo que fuera tan importante.

Mi móvil empezó a vibrar en mi bolsillo.

-¿Diga?

-¿Reyes?

-Si soy yo, ¿jefe?- pregunté extrañada al reconocer su voz- ¿Cómo ha conseguido mi teléfono?

-Primero, no me llame así, segundo soy agente de la policía tengo mis contactos.

Me dí una palmada en la frente, a veces me pregunto si realmente pienso.

-Le llamaba para comunicarle que han aparecido unos archivos inéditos sobre el caso de su padre.

-¿Sí?

-Reabriremos el caso, y todo apunta a que tu padre es inocente, al parecer las pruebas del caso en su contra fueron en su mayoría falsificadas.

-No lo puedo creer- murmuré para mí misma.

-Solo le pido que tenga cuidado, le llamaré cuando tengo algo nuevo.

Colgó y yo me quedé anonada pensando en que mi padre, dentro de poco tiempo quedaría libre de culpa.

(...)

-Ya estoy en casa- hoy a mi madre en la puerta de entrada- He traído la comida.

Estuvimos durante toda la comida hablando sobre su nuevo trabajo, sobre las instalaciones, yo le conté que pensaba visitar la ciudad, y en concreto el museo de ciencias naturales.

Ya por la tarde, después de haber desecho las maletas, me puse a idear las partes del museo que visitaría mañana.

Tenían una exposición sobre animales polares y su vegetación, sin duda iría a visitar esa la primera.

-Reyes

Escuché que mi madre me llamaba, guardé la grabadora y mi libreta en el cajón, bajo llave.

Ya en el salón ví a mi madre hablando con un hombre.

-Hija, el es el señor Finch, el que me dió el trabajo. También es un aficionado a las ciencias y le encantaría acompañarte mañana.

Me mordí el interior de la mejilla nerviosa, quería hacer la visita sola por obvias razones pero sabía que no me iba a librar tan facilmente.

-Claro, seguro que sabe usted mucho sobre el museo.

-Sí, de hecho mi hijo trabajó un tiempo allí antes de mudarse.

A pesar de que había algo en él que me echaba para atras, sabía mucho y esperaba poder sacarle provecho.

Cuando se hizo tarde, me escusé y subí a mi habitación a descansar.

Cuando escuché la puerta principal cerrarse, solté un suspiro, por fin se había ido. Y sin darme ni cuenta me quedé dormida.