Capitulo 8

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Ya me habían dado el alta y me encontraba en la habitación del hotel.

-Y... ¿Qué era eso tan importante que tenias que decirme?

-Verás hija como sabes yo trabajo en una empresa de informática.

-Si...

-Pues me han ofrecido venir a trabajar aquí a su sede central.

No se por qué mi madre tenía miedo de mi reacción, que ella trabajase aquí quería decir que tenía un mejor puesto.

-¡Qué alegría mamá me alegro un montón! ¿Por qué no me lo has dicho antes?

-Mira hija- estaba nerviosa, no era buena señal- nos venimos a venir aquí.

-¿¡Qué!?- estaba en shock

-Si me han ofrecido el puesto, no podía rechazarlo además aquí tendremos un buen apartamento e irás a un colegio nuevo.

-Vale- no podía decirle que no quería, que quería volver a casa, con mis amigos y mi familia, ella había sacrificado tanto por mí... que no podía... no podía montar una escenita y hacer una pataleta.  Ni que tuviera cuatro años, tenia que ser fuerte, aunque la idea no me agradase.

-Hija no sabes lo feliz que me siento en un par de días iremos a ver el apartamento que nos ha preparado la empresa. Voy a ir a dar una vuelta por la ciudad. ¿Te apetece venir?

Ella sabia que había entrado en terreno espinoso, andar no iba mucho conmigo además tenía la escusa perfecta.

La mire como si se hubiera vuelto loca.

-Pero mama, ¿es que no lo ves?- dramaticé- Me han disparado.

-Bueno... pues te traigo algo de cena. Me llamas si necesitas algo.

-Si mama, diviértete- le grite mientras salía por la puerta.

Al fin a solas.

(...)

Me encontraba haciendo zapping en la televisión, cuando oigo que llaman a la puerta.

-¡Se ha equivocado!- grite por encima del ruido del televisor.

Cuando pensé que se había ido los golpes volvieron a sonar, solo que esta vez más fuerte. Ya enfadada me levanté de la cama con el cabestrillo enredado.

-¡Ya voy!

Abrí la puerta y allí no había nadie.

-Me estas tomando el pelo-murmure por lo bajo.

Mire a ambos lados del pasillo, pero allí no había nadie. Cuando iba a cerrar la puerta vi que había un sobre de color marrón en el suelo. Para que mentir me asuste un poco.

¿Y si era un bomba?

Pero tu que te has fumao, no ves que si fuera una bomba no habrían llamado a la puerta, a veces me pregunto por que mi inteligencia va y viene.

Vale eso tenia sentido, cogí el sobre y me adentré de nuevo en la habitación. Deje con cuidado el sobre en la mesa.

Después de dar no se cuantas vueltas a la habitación me decidí: iba a abrirlo.

Con la mano sana temblando, con el cabestrillo todavía enredado y la manta echada sobre los hombros lo abrí temerosa de lo que pudiera encontrarme dentro.

Una grabadora, dentro había una grabadora. Una bastante antigua aunque bien cuidada.

Le di al botón de play y de la sorpresa se me callo al suelo.

Era mi padre, la voz de mi padre la recogí y escuche con atención:

40 46 50 N 73 58 29 O

Si que era él, habían pasado muchos años pero se me hacia imposible olvidar su voz que ahora se encontraba más rasposa pero era la misma. Lo que quería decir que era verdad que seguía vivo, lo siguiente seria saber que significaban esos números.

Guardé la grabadora en el primer cajón de mi mesilla y apunte los números en trozo de papel. Me tumbé en la cama pensando en qué podrían significar.

No se en que momento me quede dormida.

40 46 50 N 73 58 29 O esos números no dejaban de repetirse en mi mente.

Buscando a papá [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora