Capítulo 1. El maestro novato.

693 41 53
                                    

—Ayuda, que alguien me ayude por favor —caminaba cojeando de una pierna. Como podía se aferraba a su capa para que esta no saliera volando con el viento—. Mamá, papá. No quiero morir, ahora no por favor. Que alguien me a... —dijo antes de desmayarse sobre el lodo.

La vida nunca había sido sencilla, solo unos pocos privilegiados habían llegado a experimentar una existencia sin preocupaciones, una cama cómoda, una buena alimentación, una familia amorosa y sin peligros que amenazaran con acabar tu vida, era un...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La vida nunca había sido sencilla, solo unos pocos privilegiados habían llegado a experimentar una existencia sin preocupaciones, una cama cómoda, una buena alimentación, una familia amorosa y sin peligros que amenazaran con acabar tu vida, era un sueño lejano para el ninja verde. Toda su vida se la había pasado luchando contra monstruos, seres oscuros, hechiceros perversos, un loco de las serpientes, una loca fanática de su padre, inteligencias artificiales, y muchos más. Por supuesto los había logrado derrotar a todos, incluso una vez visitó a su ex novia en el psiquiátrico para hacer las paces, sin embargo justo ahora sentía que todos los miedos y dudas contra los que había estado enfrentándose se juntaban en un mismo momento, su tío el sensei Wu había decidido jubilarse de una vez por todas y dejarle el monasterio a Lloyd, para convertirlo en maestro. El joven por otro lado no estaba tan seguro de la decisión de su tío, es decir, una cosa era liderar a un grupo de ninjas y otra muy distinta era entrenar para que fuesen ninjas ¡ni si quiera se le daban bien los niños! Había pasado tanto tiempo sin acercarse a uno que no sabía hablar con ellos, si no era para decirles que sus padres seguían vivos después de un evento traumático. La ceremonia oficial iba a ser dentro de una semana, había intentado de todo para calmar sus nervios: meditar, beber té relajante, entrenar, entrenar aún más y finalmente barrer las escaleras. Nada le había funcionado. Tampoco ayudaba para nada que el sensei se haya ido dejándolo solo, justo ese día hace varias horas los ninjas habían regresado de llevar al sensei Wu y a los señores Smith a un pequeño archipiélago de islas despobladas que estaba en la otra punta de Ninjago. No les habían dicho el motivo, solo que era un asunto urgente. Los chicos no se extrañaron, estaban acostumbrados a que se les ocultara información, era pan de cada día. Esa tarde el cielo que siempre se teñía de colores cálidos ahora estaba cubierto por nubes negras, ahora que lo pensaba quizás fue mala idea ponerse a barrer cuando estaba a punto de caer una tormenta. No se veía nada por encima de las nubes, ni un ápice de cielo o los supuestos rayos de sol que dijeron en el periódico. Nadie salía de sus casas, ni el ganado estaba al aire libre, los agricultores se lamentaban por sus cosechas de otoño y los ganaderos atendían a sus animales más débiles.

—Lloyd —llamó Zane desde la puerta—, los chicos y yo vamos a salir a patrullar en el Bounty a ver si hay gente que necesite nuestra ayuda. ¿Te vienes?

El rubio pareció darle muchas vueltas, por órdenes del sensei Wu no debía dejar el monasterio a menos que fuera una emergencia pero si se quedaba en casa nunca sabría si hay una.

—Dame unos minutos para que me cambie, diles que me esperen en el barco.

—Vale —respondió Zane yendo a ver qué tal iban los demás.

Tal y como dijo no tardó más de unos pocos minutos en ponerse su uniforme de ninja y subirse al barco. Sus amigos lo miraron todos con reacciones diferentes preguntándose por qué no lleva el uniforme de maestro que le había dejado el sensei Wu, se suponía que debía llevarlo todos los días para acostumbrarse al título sin embargo había estado poniendo excusas para ocultar que aún no se sentía preparado, era muy joven para tanta responsabilidad, igual que cuando era un niño.

Té de hojas y raíces. Lloyd Garmadon x Oc. En pausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora