"Por eso juzgo y discierno, por cosa cierta y notoria, que tiene el amor su gloria a las puertas del infierno."
Miguel de Cervantes
La luz del sol traspasando las delgadas cortinas blancas iluminaba la estancia, como si el perfecto clima cálido se burlara de ellos, contrastando con la escena que se desarrollaba allí, en el mismo lugar donde guardaban tantos recuerdos bonitos juntos, ninguno de los dos había esperado que aquellos dos hombres se presentaran irrumpiendo su serenidad.
Y a pesar de que Jimin siempre supo que había estado jugando con fuego, fue un golpe bajo, sus entrañas mismas se retorcieron sintiendo el terror naciendo en su estómago como una vorágine amenazando con destruirlo desde dentro, extendiéndose por cada terminación nerviosa de su cuerpo, su corazón pareció detenerse y su voz se estancó con el pánico, como si una serpiente gigante se enredara en torno suyo apretándolo e impidiéndole todo movimiento.
La culpa le sobrevino al instante, haciéndose una con el miedo y el dolor físico de sus manos siendo apresadas con crueldad a su espalda, así como el dolor psicológico que le causaba el contemplar aquella escena.
Las emociones se arremolinaron dentro de él y finalmente explotaron en un grito desesperado que escapó de su garganta.
—¡SUÉLTALO! —De rodillas en el suelo de baldosas intentó sonar furioso, y sin embargo estaba derrotado.
La mano del ángel de pelo negro oprimió como una tenaza de hierro obstruyendo las vías respiratorias en el cuello de su amado, golpeando su cuerpo con fuerza contra la pared con brusquedad y alzándolo varios centímetros como si solo fuera un muñeco de trapo al que podía romper con facilidad. Si solo no se hubiese interpuesto entre aquellos hombres y él por intentar defenderlo.
Una lágrima solitaria rodó por la blanca mejilla de Jungkook mientras sus manos se dirigían al brazo que lo apresaba con fuerza, e intentó que una débil sonrisa se formara en sus labios viéndolo fijamente, ignorando al hombre cuya mirada pétrea lo perforaba con ferocidad.
Una sonrisa para él, solo para Jimin.
—¡Lo estás lastimando! —exclamó sin poder soportarlo un segundo más y bajó la mirada al suelo, entre sus rodillas donde una lágrima cayó sin su consentimiento. Mordió sus labios con fuerza conteniendo sus sollozos.
—Déjalo. —La voz grave y fría del otro ángel, de pie detrás de Jimin, resonó en la sala de forma sobrenatural—. Es solo un humano, lo matarás si continúas.
El cuerpo de Jungkook cayó hacia adelante al suelo, apoyándose en sus manos y rodillas justo frente a él, tosiendo fuertemente e intentando recuperar el oxígeno, una marca roja cubría su pálido cuello allí donde había sido sujetado con más fuerza de lo normal.
—Jimin... —dijo con debilidad, su voz sonó estrangulada y su garganta quemó al hablar, estiró una mano hacia él pero el ángel se interpuso sujetando su cabello con brutalidad y tirando de él para alejarlo. Jungkook se negó a sí mismo a gritar.
—¡NO! ¡Te dije que lo sueltes hijo de... —Una patada directa a su estómago lo hizo callar, cayendo hacia un lado sobre su cuerpo, gruñó y tosió por la repentina falta de aire.
Jimin miró con odio al hombre rubio que lo había golpeado, el otro aún sostenía a Jungkook, forzándolo a estar quieto de rodillas.
—¿Ahora también blasfemas? Eso no es bueno Park, estar con este humano te ha corrompido más de lo que creía. —El ángel lo observó desde lo alto, con una mirada de repulsión que provocó en Jimin ganas de golpearle el rostro.
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Fallen [Jikook]
FanfictionJungkook encuentra a un chico malherido en su apartamento y se dispone a ayudarlo, aun sin saber que éste es un ángel caído que fue proscrito del cielo por enamorarse de un humano. Ahora, el ángel está decidido a encontrar al joven humano que ama...