Capítulo cuatro

1.6K 240 24
                                    

Los días pasaron con rapidez para Jungkook quien había comenzado a sentirse extrañamente animado, ni él mismo entendía por qué sus crisis y estados de aflicción parecían haberse detenido, pero incluso sus amigos habían comentado aliviados que estaba volviendo a ser el mismo de siempre.

En cuanto al ángel que vivía con él, habían llegado a un acuerdo tácito, su existencia allí sería un secreto entre ambos, además Jungkook le entregó una copia de las llaves de su apartamento para que pudiera salir en busca del humano, y aunque el joven no le había impuesto ninguna restricción, siempre que llegaba a su casa luego de pasar la tarde en la academia, el ángel parecía estar esperándolo, de hecho él jamás lo veía salir o entrar al apartamento pero nunca le preguntó nada.

Jungkook no se quejaba porque le gustaba su presencia, era un chico agradable con el cual podía conversar e incluso los momentos silenciosos no incomodaban a ninguno.

Aunque por supuesto, el rubio parecía decidido a no decirle su nombre y aquello lo dejaba intranquilo, porque realmente quería llamarlo por su nombre y no un apodo.

—¿Te gustaría salir esta tarde? —preguntó Jungkook, que con ayuda del chico, lavaba los utensilios que habían utilizado para almorzar.

El ángel volvió su cabeza hacia él para verlo.

—No es como si fuera una cita. —Se defendió con rapidez—. Es que tengo el día libre y me aburriré como una ostra —admitió con un suspiro.

—Me gustaría. —El ángel sonrió y Jungkook comenzó a preocuparse por el efecto que aquella sonrisa comenzaba a causar en él.

—Aunque tú debes de salir a buscar a ese chico, ¿no has encontrado alguna pista? Nunca me hablas de ello —comentó distraídamente mientras secaba sus manos luego de terminar con su tarea.

El ángel lo observó por unos breves segundos que parecieron una eternidad, Jungkook pudo apreciar el reflejo de la duda en su mirada.

—Jungkook, en realidad hay algo que me gustaría dec... —Su voz fue amortiguada por el timbre del apartamento que sonó fuerte en ese momento.

—Espérame aquí —dijo presuroso y salió corriendo hacia la sala, el ángel se quedó de pie inmóvil en su lugar, un segundo después Jungkook reapareció en la cocina y tomó al chico de los hombros con nerviosismo—. Es Yoongi, escóndete en mi habitación y no salgas, ¿está bien? —Con rapidez lo empujó hasta el lugar sin que le diera tiempo de pronunciar palabra.

La puerta se cerró a sus espaldas y el joven se quedó de pie del otro lado, intentando oír qué sucedía con curiosidad; no tardó en escuchar el sonido de la puerta y una voz masculina que parecía estar conversando con Jungkook. Frunció el ceño al distinguir la risa del chico y se pegó más a la puerta para poder oír.

Mientras tanto, Yoongi miraba de arriba abajo a Jungkook.

—¡Vaya! No pensé que volvería a ver esa sonrisa de conejo tan pronto.

Sonrió ladinamente y le revolvió el cabello con cariño.

—Ya hyung, el amargado eres tú, no yo. —Quiso molestarlo haciéndose el ofendido pero la sonrisa persistía en su rostro.

—Lo sé, pero estaba preocupado de que quisieras robar mi puesto.

Ambos chicos rieron animadamente.

—Y... ¿Qué te trae por aquí? —preguntó torpemente Jungkook al notar como Yoongi se paseaba por la estancia, acercándose peligrosamente a su dormitorio.

Yoongi se volvió para mirarlo enarcando una ceja.

—¿Tengo que tener una razón para visitar a mi dongsaeng favorito? —preguntó con diversión—. ¿Acaso tienes a un guapo chico desnudo escondido en tu habitación justo ahora?

Fallen [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora