Fallen [Jikook]

Capítulo dos

Un suave movimiento hizo que despertara; abrió sus ojos con pesadez encontrándose con un par de zafiros que entre una maraña de cabello platino lo observaban con curiosidad.

Se sentó y talló sus ojos con pereza, los recuerdos de la noche anterior regresaron a su mente y observó al chico descalzo frente a él.

—Te queda bien mi ropa —comentó con una sonrisa.

El joven puso sus brazos delante de él.

—Las mangas son un poco largas —contestó mostrándole como cubrían sus pequeñas manos blancas—. Usé tu baño y cambié las sábanas.

—No debiste preocuparte. —Le quitó importancia—. Luces mejor hoy —recordó como lo había encontrado, hecho una bolita entre el montón de trapos sucios que era su ropa.

—Gracias a ti —dijo y el muchacho pudo apreciar su sonrisa por primera vez.

—Soy Jungkook, por cierto. —Se presentó, el joven lo miró sin decir palabra—. Supongo tienes un nombre también ¿no es así? —insistió pero el chico se mantuvo en silencio—. De acuerdo, te diré ChimChim entonces.

El chico lo miró con los ojos grandes de sorpresa.

—¿Chim... Chim? —preguntó y Jungkook asintió con ímpetu.

—Porque te ves adorable.

Sus mejillas se tiñeron con un leve tono sonrosado que rápidamente contagió al chico que se sentó a su lado.

Jungkook notó que evitaba apoyar la espalda en el respaldar.

—¿Quién te hizo eso? —preguntó poniéndose serio de repente, el espanto se reflejó en su mirada, pero el chico se mantuvo en silencio nuevamente—. ¿No me dirás nada? —se quejó—. Te dejé dormir en mi cama, e incluso te curé y te presté ropa, ¿no crees que merezco una explicación?

—No te pedí que hicieras nada de eso —respondió con hostilidad sorprendiendo al chico que lo miró incrédulo—. Lo siento —musitó enseguida—. No me creerás aunque te lo explique.

—Inténtalo. —Lo apremió, el chico lo observó con seriedad.

—Solo hay una forma de que me creas —dijo moviéndose para estar más cerca de Jungkook que lo miró nervioso.

—¿Qué ha...?

Las palabras murieron en su garganta cuando el chico agarró su mano con fuerza y entrelazó sus dedos.

Una fuerte presión se instaló en su pecho y sintió como si quisieran abrir su cabeza e intentaran introducir imágenes a la fuerza.

Vio a un chico de reluciente cabello platino encadenado de manos y pies, vio los días pasar ante sus ojos, día tras día encerrado en un calabozo oscuro y mugriento.

Las imágenes, pasaron por su mente con rapidez, pensamientos abstractos enviados a él.

Dos hombres con impolutas vestimentas lo arrastraron por largos corredores, una sala amplia y elegante; ¿qué era ese lugar? Otro hombre de apariencia magnánima estaba en el medio. El chico era empujado y puesto de rodillas con brusquedad, le quitaron las cadenas.

Los conocimientos pasaron a través de la mente del chico y entonces lo supo, estaba viendo un juicio. Y la gente alrededor observaba deseosa.

Los dos hombres que lo condujeron al lugar se pusieron uno a cada lado del chico rubio y lo sujetaron de los hombros con fuerza.

Dos alas blancas, relucientes y seráficas nacieron de la espalda del chico de rodillas. Se extendieron hacia arriba de forma majestuosa y Jungkook pudo sentir lo que pasaría, lo percibía en la vileza y la tiranía que desprendían aquellos seres, como un aura.