-Y dime ¿Qué tal va la novela esa, la que estabas leyendo en el parque?
-No consigo terminarla- digo- no tengo tiempo- pongo mis manos en mis sienes intentando aliviar una presión que obviamente no desaparecerá:
-No creo que haya problema ¿Ya te la has leído otras veces no?
-Sí, pero quiero terminarla, no me gusta dejar los libros a medias.
Asiente y me rellena la copa de vino.Su mirada se cruza con la mia y siento un leve cosquilleo recorriendo mi espalda:
-¿Tengo algo en la cara?- dice riendo y tocándose la misma:
-No- respondo con una sonrisa en la cara- solo estaba mirando tus ojos, me parecen muy...atrayentes, por decirlo de alguna forma.
-¿ Estas dos canicas? No tienen nada en especial.
-Los mios si que no tienen nada de especial, son marrones- digo y me rio- los tuyos..son difíciles de describir, y eso me encanta- fijo la mirada en sus ojos hasta tal punto que puedo verme en el reflejo de los mismos.
Esta vez lo noto un poco mas cerca.Su mano esta muy cerca de mi pierna y una gran parte de mi quiere que me toque, quiero saber lo que se siente al tener el tacto de su mano sobre mi piel.
-Eres preciosa- dice y no puedo evitar mirar el suelo- independientemente del color de ojos que tengas.
Nos quedamos en silencio durante unos segundos y se que él me está mirando. Paso mi dedo índice por el borde de la copa de vino por unos segundos mientras me muerdo el interior de la mejilla. Y aún sintiendo su mirada sobre la mía, dejo la copa de vino sobre la mesa auxiliar del salón y suspiro:
-¿Tienes hambre?- me pregunta por fin rompiendo el silencio:
-No, estoy bien.
-Sacaré algo de picar por lo menos, no es bueno beber y no comer nada- dice y busca apoyo sobre sus muslos para levantarse:
-¿Puedo ir al baño?- pregunto levantándome casi al mismo instante yo también. Me mira durante apenas dos segundos y después asiente y señala una puerta:
-Claro, es esa puerta de ahí.
Corro lo más rápido que puedo hacia la puerta que me ha indicado y cierro la puerta. Apoyo todo mi cuerpo en ella intentando bloquear el paso. Me miro las manos y veo cómo me tiemblan sin parar¿Qué narices me está pasando?
Respiro varias veces y me miro en el espejo. Cada vez me veo algo mas distorsionada, por el vino que he bebido.
Me doy cuenta de que estoy sudando y torpemente me seco un poco la cara y respiro hondo de nuevo.Esta situación es de lo más rara.
Cojo algo de papel higiénico y me lo paso por ambas axilas intentando quitar algo de mucho del sudor que emana de mi cuerpo y rápidamente lo tiro al retrete y tiro de la cadena. Respiro varias veces frente al espejo y pongo mis mechones de pelo en su sitio.
Debería acabar con esto, no es una buena idea.
Cuando salgo de el baño, Dan me espera en el mismo sofá de antes, con una bandeja con algo de comida:
-Espero que te guste el queso- dice elevando una pequeña fuente con varios trozos de diferentes quesos y panecillos.
Me siento junto a él y me ofrece uno de los cachos cortados sobre la tabla. Cojo uno y le doy un pequeño y tímido mordisco. Lo saboreo varios segundos en mi boca:
-Está delicioso- digo y me ofrece otro.
Comemos casi en silencio, pero como ya he dicho antes, un silencio con él no es un silencio incómodo:
-¿Has traído las gafas?- me pregunta. Su pregunta me deja un poco descolocada y aparto la vista de la ya casi vacía fuente- Es que tengo curiosidad de saber como estas con ellas puestas.
Me quedo mirándole durante unos segundos y finalmente aparto la mano del queso y cojo mi bolso:
-no te rías- le advierto y aprieto mi bolso entre mis manos- juro que como te rias...
-No lo haré- me responde y me ofrece una amable sonrisa. Le observo durante unos segundos y me lo vuelvo a pensar, pero finalmente saco las gafas negras mi bolso y me las pongo.Le miro y veo como esa sonrisa que había puesto antes se intensifica- ¿De dónde te habías sacado que te quedan mal?
Me pongo un mechón de pelo detrás de la oreja y me las quito:
-No me hacen falta para ver así que...
-¿Nunca te han dicho lo guapa que eres?- sus comentarios comienzan a ponerme colorada y no puedo evitar apartar la mirada de nuevo- Por lo incómoda que te sientes se puede deducir que no.
Esta vez es él quien me coloca el mechón detrás de la oreja y noto una rafaga de electricidad recorrer mi cuerpo de arriba a abajo. esto está empezando a entrar en un terreno peligroso.
-Eres preciosa- me susurra muy cerca de la oreja.Mis manos comienzan a sudar de nuevo pero las mantengo encima de mi regazo, inmóviles:
-¿Qué pretendes?- le pregunto sin pensar demasiado y me alejo varios centímetros de él en el sofá. En un acto de valentía mis ojos se juntan con los suyos y alza los hombros:
-Sólo quiero que sepas lo que eres, no pretendo sacar nada de ello...A no ser que tu quieras.
Esas últimas 6 palabras resuenan en mi cabeza unas cuantas veces más.Parece que mi corazón se me va a salir del pecho en estos momentos. Comienzo a respirar por la boca porque siento que respirar por la nariz deja de ser suficiente.
-Es tarde- digo mirando el reloj de mi muñeca y me levanto rápidamente- c-creo que debería irme.
-Como quieras- me responde y se vuelve a levantar del sofá algo desanimado.
Cojo mi bolso y en rápidos pasos me dirijo en dirección a la puerta:
-Gracias por el vino y por la comida...- digo algo incómoda mientras espero que le quite la llave a la puerta:
-No es nada- dice y finalmente abre la puerta. Vuelve en dirección a el salón a pasos cortos mientras yo me pongo mi chaqueta.
Justo en el momento en el que voy a salir por la puerta, me detengo.No se si será el vino, la adrenalina que recorre mi cuerpo o una mezcla de todo.Pero una corriente eléctrica me recorre la espina dorsal al completo y no salgo por la puerta.Me doy la vuelta y le miro fijamente.
Mi mente se debate entre lo que debo y no debo hacer,lo que está bien y lo que está mal pero entonces pienso en todos los engaños, todas las mentiras que he tenido que soportar al cabo de estos 6 años y dejo todos los pensamientos sensatos a un lado, es mi momento.No puedo pensar con claridad, y no estoy dispuesta a quedarme con la duda de si hice bien o si hice mal:
-¿Sabes qué?- digo y hago que vuelva su mirada hacia mi, sostengo sus ojos con los míos durante varios segundos y desconecto- A la mierda- Rápidamente tiro mi bolso a un lado y me dirijo rápidamente en dirección a Dan. Cuando estamos a varios centímetros de distancia y noto su aliento contra el mio, me falta el tiempo para estampo sus labios contra los míos.
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Novela inacabada
Teen FictionCaroline ha dedicado 6 años de su vida al mismo hombre, y tras una noticia que pone su vida patas arriba, todo comienza a cambiar a la velocidad de la luz.