Cada vez que pasaba por ese mismo lugar, ese camino hacia su casa , recorrido por la tierra, ella, se echaba a llorar. Sacaba todo aquello que la comía por dentro, sacaba todo aquello cuánto más le dolía y sacaba todo lo que los demás le hacían.
Pero ya no, ya no le quedaban lágrimas para sacar todo ese dolor, ya no sabía sacar todo ese sufrimiento, ya todo ese dolor quedó dentro de ella.