Strong [n.h.]

1. Alice Brown

Alice se encontraba en su ultimo año de universidad, tenia 21 años y una gran vida por delante, su mas grande sueño era convertirse en una escritora, ya había escrito un par de cosas pero hablaba de en serio un día escribir un gran libro y ser reconocida por sus grandes obras, por sus bellas e inspiradoras palabras, quería enseñarle al mundo lo increíbles que podrían ser sus palabras, quería que las personas se sintieran identificadas con sus palabras, ese, ese era su gran sueño, y no dejaría que nada ni nadie le estropeara aquel bello sueño que tenia desde los 6 años, cuando su padre le hablo por primera vez de la literatura, cuando apenas comenzaba a aprender a leer.

Recordaba como si apenas hubiera vivido unos cuantos minutos atrás ese día, aquel día que su padre, Elton Brown, le enseño lo que en poco tiempo después sería su gran sueño, ese sueño que la hacía más que feliz cuando pensaba en el, en verdad era feliz con su pasión. No había alguien tan pequeño y con tanta pasión como lo había tenido ella, casi que a sus 6 años ya sabía lo que quería hacer, y eso es admirable pues muchas personas incluso con 20 años y continúan a la deriva por el mundo sin saber que querían hacer el resto de sus vidas; en cambio ella tenia los pies en la tierra, tenia mas que claro lo que quería hacer.

— ¡Papi! ¡Papi! —la pequeña niña de tan solo 6 años sale corriendo hacia su padre quien acababa de llegar del trabajo.

Su padre sonreía al ver a su pequeña de hermosos ojos verdes igual a los de su madre correr hacia sus brazos, amaba mas que a nada en el mundo a su pequeña Alice, siempre fueron los más unidos.

— Hola Ali, te extrañe mucho pequeña saltamontes —su padre la llamaba así ya que siempre estaba correteando y saltando de un lugar a otro

La pequeña salta y su padre la atrapa dándole tres giros, la niña no paraba de reír divertidamente.

— Dime, Ali, ¿Cómo te fue hoy en la escuela? —continua su padre manteniendo una conversación con su bella hija.

— Bien, nos enseñaron el alfabeto

La madre los interrumpe.

— Hola mi amor —saluda a su esposo dándole un corto beso en los labios— Ya es hora de cenar.

— Está bien, vamos —se dirige al comedor aun con su niña en brazos.

Y ahora se sientan en la mesa comenzando a cenar.

— Y dime Ali, ¿Cómo vas aprendiendo el alfabeto? —cuestiona su padre viendo como su pequeña saltamontes enrosca con dificultad los espaguetis en el tenedor.

— Es algo difícil a,b,c —se queda unos minutos observando el techo pensando la letra siguiente— d,ef,g,h. Solo lo aprendí hasta ahí.

— Muy bien, Alice -sonríe su madre orgullosa de su pequeña que comenzaba a aprender.

— Cuando termines la cena vienes a mi oficina —dice el padre levantándose de la mesa pues ya había terminado su cena.

La pequeña asiente con la cabeza y continua su cena tranquilamente.

En cuanto termina se dirige saltando y correteando hacia la oficina de su padre, en donde se encerraba para trabajar debueno la pequeña aun no estaba muy segura de lo que trabajaba su padre, había entrado un par de veces a la oficina, pero la nena era ignorante a lo que allí hacia su padre.

Entra a la oficina donde encuentra a su padre tecleando algo en su computador. Al notar la presencia de Alice detiene su trabajo y se voltea para ver a su niña.

— Hola Ali, siéntate aquí —señala un pequeño banco al frente de él, la pequeña obedece— Quisiera hablarte de mi trabajo, ¿tú sabes cuál es mi trabajo?