21. Fotografía

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Algunas veces en las noches no podía dormir bien dando vueltas en la cama esperando encontrar su mejor posición, a veces no le importaba caer inmediatamente dormido, pero otras veces era más el miedo que lo invadía que las ganas de descansar que tenía.

Esa noche era probablemente una en la que temía dormir entonces hacía el mayor esfuerzo en no caer dormido, cosa que resulto ser totalmente en vano ya que luego de un rato el sueño le venció y comenzó lo que sería su pesadilla, tal como en la mayoría de sus noches. 

Su mente daba paso a los cabos más oscuros de sí mismo, permitiéndole ver cosas que en su mayoría no comprendía, pero que sin duda alguna le hacían sentir escalofríos.

En su ensueño tenía claro que para aquella ocasión definitivamente habría una pesadilla, esa que le atormenta de diferentes maneras durante tantos años continuos.

Comienza con un pequeño niño despertando perezosamente en la mañana, era él, era el pequeño Niall Horan, un niño con tan solo cuatro años cumplidos hace unos meses atrás. 

No recuerda mucho de aquella época, pero tenía claro que ahí era feliz de verdad, no tenía que preocuparse de nada en absoluto; después de todo era solo un niño inocente. Casi podría verse deseando volver a esa época en la que todo era color de rosas para él y tenía todo lo que un niño de su edad podría necesitar, a una madre.

Se levanto y con pasos torpes hizo su camino hacia la cocina encontrándose con su madre, corrió hacía ella con emoción como todo niño pequeño apegado a su madre lo haría. La mujer no se percataba todavía de la presencia de su hijo hasta que este se le apego rodeándole la pierna con sus pequeñas manos y comenzando a gritar con euforia: mami, mami!"

Ella se voltea en la dirección de Niall para luego cargarlo en sus brazos. Algo en la mujer no estaba bien y su pequeño pudo notarlo, pues sus ojos cubiertos de lágrimas podrían delatarla fácilmente. 

— ¿Qué te pasa mami? —cuestiona el pequeño preocupado.

Con una mano continúa sosteniendo con firmeza a su hijo y con la otra se encarga de secar todas sus lágrimas.

— Nada, estoy bien —le sonríe tiernamente al niño —. Ahora haz silencio Niall, tu padre no está de humor y no debemos hacerlo molestar.

Asiente y hace una seña infantil colocando su mano en la boca indicando que se mantendrá en silencio. Su madre le sonríe y lo suelta nuevamente poniéndolo en el piso cuidadosamente.

— ¿Dónde está Greg? —cuestiona el pequeño en un susurro.

— Esta arriba, con tu padre. ¿Te parece bien ir al parque para no molestarlos por un rato?

Asiente entusiasta y coge con su pequeña y torpe mano la de su madre.

Ambos salen de casa encaminándose hacía un pequeño parque cercano.

Su madre solo buscaba como objetivo sacar a su pequeño hijo de ese ambiente tan abrumador de casa, el niño ni siquiera se daba cuenta, entonces debía alejarlo antes de que lo hiciera. Era solo un niño que no necesitaba ser parte de todos los problemas de casa y si podía evitarle el traerlo a la realidad por un tiempo, pues entonces definitivamente lo haría ya que esa es la única forma de protegerlo. Lamentablemente para su otro hijo, Greg, ya era demasiado tarde, ya no lo podía proteger de la manera en que podía hacerlo con Niall, pues su padre lo tenía completamente, y cuando el hombre a quien llamaba como esposo lo tenía podría incluso convertir a su propio hijo en un demonio, uno como él.

No necesitaba a Niall en toda la mierda, por eso, aunque cada día era una lucha ella seguía ahí encargándose de que él se mantuviera a salvo de las garras de su propio padre.

Strong [n.h.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora