capítulo 4

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Kibou no Kakera

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Nadie se ha puesto a pensar cuál es la meta de la esperanza, solo se sabe lo que es... Es más poderosa que el miedo, la esperanza es la fuerza de cada persona ¿A dónde llega la esperanza? ¿Para que esta allí?

Ella quería la paz, ella quería la seguridad de sus personas amadas, ella quería que ellos fueran felices.

¿No deseara ella estar incluida en esa felicidad?

Ella sabe que no está incluida en la felicidad de ellos, ella sabe que no es un elemento esencial para su felicidad, ella sabe que en ese mundo ella no es indispensable.

¿No desea ella ser feliz?

Basara su felicidad en la felicidad de los que ama y con esa meta ella seguirá su vida hasta que lo logre, hasta ese último segundo que le quede, ver las amenazas de los que ama derrotados, ese último segundo será su felicidad, tal vez muera observándolo a él, tal vez muera observando a el que sabe todo de ella, tal vez muera totalmente sola, pero no le interesa con quien muera, le interesa morir con la certeza de que cumplió su meta, de que lo mato de una vez por todas.

Como todas las mañanas, se levanto para seleccionar su vestuario del día, se acerco a una habitación contigua a la suya para estar frente a una gran variedad de los distintos Kimonos de los que era poseedora, de los más exquisitos modelos a la medida solo para ella, creados por Sasori o Deidara, hasta ambos. Camino por el corredor siendo rodeada de lado a lado por kimonos perfectamente ordenados en las distintas gavetas, llego hasta el fondo del cuarto donde se encontraba un gran closet el cual abrió con calma para mostrar un uniforme ninja presentado en un maniquí.

Era muy sencillo, un short color beige con la correa negra y hebilla lila en forma de circulo, una malla manga larga pero que se notaba quedaba por encima del ombligo, una especie de chaqueta negra con capucha sin mangas que era más corta que la malla, en el escote que mostraba la chaqueta al ser de cierre, se asomaba por poco la malla, la chaqueta llevaba en la capucha el distintivo diamante lila que se mostraba también en la espalda de la misma.

Los guantes que acompañaban el conjunto eran negros y altos, llegando hasta el codo con una tira metálica en la parte del los nudillos y dejando la punta de los dedos a la vista. Las zapatillas ninja eran altas también, por debajo de la rodilla.

Tomo todo el conjunto y un par de vendas que estaban a un lado perfectamente enrolladas, cuando se hubo terminado de arreglar se observo en el espejo.

Había dejado su brazo izquierdo sin guante y en su lugar lo lleno de vendas de la mano hasta debajo del codo, dejando ver que la malla llegaba hasta por encima del codo. La otra venda la uso en su pierna izquierda donde coloco el porta Kunai y a un costado de su cadera, atado al cinturón, estaba un bolso pequeño color beige.

De resto, el vestuario era como se mostraba en el maniquí, solo que al estar en su cuerpo pudo notar la palidez de su tez resaltada por el oscuro negro de la chaqueta y la malla. Amarro su cabello en una coleta alta dejando dos mechones caer al frente con despreocupación. Se acerco a una gaveta que estaba en la parte baja del closet y la abrió, mostrando una hermosa katana envuelta en una funda color negra con un detalle de un diamante lila en el mango de la misma, la tomo y la acomodo para que quedara en su espalda sujeta con un tira.

Volvió a mirar su reflejo en el espejo, debía dejar de ser la muñeca de Sasori, debía comenzar a entrenar con Hidan, debía comenzar a actuar. Hoy llegaba Hidan y debía hablar seriamente con él, aunque se le iba a dificultar por la presencia de los Ninjas de Konoha. Apenas salió de su habitación le esperaba Itachi recargado en la puerta de enfrente, al levantar la vista quedo anonadado por la vista.

Kibou no KakeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora