Tsuinpawā || [BNHA]

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-¡Vamos! ¡Onii-chan!- le grité a Kaito mientras corría hacia la multitud.

-¡No te alejes de mí!- gritó dando un gran salto para entones quedar a mi lado, entonces me cogió de la mano y corrimos.

Llegamos a un callejón donde había mucha gente observando como un villano intentaba... Comerse a un chico? No estaba muy segura de lo que le estaba haciendo, pero el chico parecía estar sufriendo...

Me tapé la boca con las manos, me dolía ver aquello. Iba a intentar abrirme paso para poder estar más cerca, porque me parecía que nadie estaba haciendo nada por ayudar. Pero antes de poder dar un paso Kaito me agarró del brazo.

Entonces pudimos presenciar como un chico de pelo verde corría en ayuda de aquel otro chico, le lanzó su mochila y comenzó a intentar liberarlo... Pero era imposible.

-¡Vamos!- grité cogiendo de la mano a Kaito para entonces saltar por encima de la muchedumbre y acabar justo en frente del villano.

-Bien, ya veo qué pretendes...- dijo mi hermano mirándome y asintiendo con la cabeza.
Entonces agarró al chico de pelo verde por la chaqueta y lo tiró hacia atrás, alejándolo.

Me coloqué junto a mi hermano, él se agachó estirando su brazo hacia arriba, entonces hice la rueda en su espalda para acabar sentada en su mano y entonces coloqué mi mano como si fuera una pistola.

-Boom.- dije sonriente haciendo reventar a ese malnacido con un estallido de aire.

AKANE Y KAITO MURAKAMI
¡Siempre han sido brillantes respecto a habilidades de combate, destacan por la cantidad de movimientos que realizan simplemente para despistar a su oponente!

Su quirk es Tsuinpawā consiste en que pueden controlar el viento de la manera que quieran, pero siempre que estén juntos serán más fuertes, si se separan se irán debilitando hasta no poder más. Al igual que si uno de ellos sufre algún daño el otro también lo recibirá.

(...)

Después de aquello los policías se llevaron al villano, y los héroes profesionales nos regañaron por haber actuado tan imprudentemente, aunque luego recibimos a un montón de periodistas que querían saber más de nosotros.

-¿Sois héroes profesionales?- nos preguntó una periodista, entonces mi hermano con una sonrisa cogió el micrófono y me miró.

-No, pero ya quisiera más de uno ser como nosotros.- entonces soltó el micro para rodearme con su brazo y salir de allí tranquilamente.
Pero mientras andábamos miré hacia atrás y vi al rubio que habíamos salvado, parecía avergonzado, avergonzado por haber tenido que ser rescatado, su mirada expresaba decepción hacia sí mismo, o eso es lo que yo interpreté. Mientras que al peliverde lo teníamos justo delante.