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Izuku realizó la prueba contra Bakugou, y como era de esperar el chico explosivo ganó con bastante ventaja.

Y así fueron transcurriendo, una prueba tras otra, algunas se me dieron bastante bien y otras bastante mal. Y mi hermano seguía sin hablarme. Siempre nos pasa lo mismo, yo le pido espacio y lo confunde con que quiero que me deje en paz.
Parece que no comprende que tenerlo pegado al cogote las 24 horas del día es muy agobiante.

-Esta será la última prueba, el lanzamiento.- entonces uno por uno comenzaron a realizar la prueba, hasta llegar a Kaito, el cual lanzó la bola propulsada por aire, y nada más hacerlo se llevó las manos a la cabeza y a mi comenzó a darme un fuerte dolor de cabeza.
Supongo que era lo que él estaba sintiendo.

-¿Qué os ocurre?- preguntó Aizawa algo preocupado, vi como todos nos miraban, y me estaba agobiando.

-Akane, ¿qué pasa?- pregunto preguntó Kirishima alarmado.
Tuve una ligera sospecha de lo que pasaba, por lo que fui lo más rápido que pude hacia donde se encontraba él y él vino hacia mí.
Nos agarramos de los brazos y cerramos los ojos.

Nos habíamos tirado todo el tiempo de las pruebas sin compartir el poder y sin mantener contacto físico, eso era lo que nos había hecho que nos doliera la cabeza.

-Oh, ya veo, es vuestro quirk, ¿cierto?- miramos a Aizawa y asentimos.- Pues ya que estás aquí hazlo tú, Murakami Akane.

-¿Me permite hacer la prueba con ella? Ya ha visto lo que pasa si uno de nosotros...- dijo mi hermano pero Aizawa le interrumpió.

-No te permito hacer nada, pero si quieres puedes estar a su lado.- Kaito me miró y asintió con la cabeza.
Agarrados de la mano me coloqué en el círculo y con mi mano libre cogí la pelota.
Entonces use toda la potencia que creí necesaria y la lancé.

-689 metros.- mostró el marcador.
Volvimos con los demás, los cuales estaban algo confusos por lo que acababa de suceder.

-¿Tampoco podéis usar vuestro quirk individualmente?- preguntó Izuku.

-No por mucho.- contestó Kaito negando con la cabeza.

-Izuku, creo que te toca.

-Ah, es c-cierto.- dijo algo nervioso, por lo que le cogí de la mano.

-No te preocupes, tú sólo da lo mejor de ti.- sonrió y se fue a colocar en el círculo.
Lanzó muy seguro de sí mismo por una vez, pero la pelota sólo llegó a 46 metros.

Resultó que el maestro había borrado su quirk. Todos quedamos impresionados, ¡Eraser Head!

-¿Es que acaso piensas que alguien vendrá a rescatarte cada ves que te lesiones?- lo amarró con sus cintas y lo colocó justamente delante suya.- Nadie está en posición de ayudarte, con ese quirk no podrás ser un héroe, Midoriya Izuku.

Vi los ojos de Izuku perder la esperanza, perdían su brillo a un ritmo acelerado, y yo no podía y no quería permitir aquello.

-¡Todos podemos ser héroes! ¡Da igual el quirk que tengas! ¡Siempre está la posibilidad de mejorar tus habilidades!- grité soltando la mano de mi hermano y acercándome a ellos.

-Murakami, con ese quirk Midoriya tiene como mucho una oportunidad de acertar a la hora de luchar.

-Aizawa, a Izuku le basta con una oportunidad para poder acertar.

-¿Y cuando se lesione? ¿Quién acudirá en su ayuda?

-Yo, cualquiera de nosotros, porque los héroes pueden ayudarse entre sí, porque somos personas humanas que necesitan el apoyo de otros.- dije intentando convencerle.
Y lo conseguí.

Tsuinpawā || [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora