Sabor a café ❀ SooKai

✿ Coqueteos torpes

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KyungSoo se observó al espejo esa mañana y sonrió ante su reflejo. Se había dormido acorde a sus tiempos como siempre, era bastante ordenado y meticuloso con su vida personal, que solía ser bastante simple debido a que la compañía absorbía mucho de su tiempo.

Observó su traje por última vez para cerciorarse de que todo estuviese en orden y después tomó su maletín para encaminarse al estacionamiento del condominio en el que vivía.

Cualquiera podría decir que su vida era demasiado monótona, y bueno... probablemente estarían en lo cierto, porque su rutina casi siempre iba de la casa al trabajo y viceversa, así que cuando podía se daba sus pequeños placeres como una buena cena con sus amigos, una comida con su madre y como era costumbre, un preciado café por la mañana.

KyungSoo se deslizó en el asiento piloto de su automóvil que si bien no era un deportivo porque no le gustaba de presumir, era bastante cómodo y para él eso era lo más importante. Encendió el motor mientras revisaba que los espejos estuviesen acomodados de manera correcta y después encendió la radio en una estación popular y bajó el volumen lo más que pudo, para no distraerse mientras manejaba.

Trabajaba relativamente cerca, por lo que pese al tráfico debido a la hora de la mañana, no tardó más de veinte minutos en detenerse afuera de la cafetería que siempre solía visitar para comprar su café mañanero.

Y es que a KyungSoo le gustaba el café, desde su peculiar aroma hasta su exquisito sabor, le gustaba probar y variar de vez en cuando, pero en días pesados de trabajo como los que había estado últimamente, necesitaba relajarse y mantenerse bien despierto con un café fuerte.

Se bajó del automóvil y se acomodó el saco bien planchado y a la medida, contoneando las caderas hacia la entrada de la cafetería, observando detrás de la barra al muchacho que desde hacía aproximadamente dos semanas lo atendía sin falta, a menos que fuese su día de descanso.

Kim JongIn era un joven alegre, la vida desbordaba por sus venas y esa manera tan preciosa en que sus labios se levantaban en una bonita curva, trazando una suave sonrisa cuando él se aproximaba y esperaba su turno, paciente... porque de alguna manera JongIn lo hacía sentir bien.

Fuera porque su vida amorosa siempre había sido un asco y no pasaba de relaciones de una sola noche, o porque le engrandecía el orgullo que un chico universitario coqueteara con él a tempranas horas del día.

ㅡ Buenos días, Señor Do. ㅡ murmuró JongIn con esa sonrisa coqueta que hacía que KyungSoo sonriera en automático.

ㅡ Buenos días, JongIn.

ㅡ ¿Va a pedir lo habitual? ㅡ JongIn parpadeó con sus bonitas pestañas, batiéndolas para él mientras lo observaba con atención.

El mayor asintió lentamente y JongIn suspiró, marcando los datos en la máquina para que ZiTao, su compañero, comenzara a preparar su orden ese día.

ㅡ ¿No cree que es muy aburrido pedir el mismo café todos los días? ㅡ el moreno preguntó mientras fruncía sus bonitos labios, esos que a KyungSoo le parecieron bastante apetecibles desde su lugar.

Era un chiquillo travieso, y a KyungSoo no podía negar que le gustaba la atención que JongIn le daba, los minutos extras que se entretenía mientras lo atendía y la manera en que delicadamente colocaba su mano en espera de su forma de pago; cuando sus manos se tocaban y su piel se electrificaba por el mero contacto.