Capítulo 4 |Christopher

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Escuché como la puerta de entrada se abría. Levanté un poco la cabeza para poder ver de quien se trataba, y sólo me encontré con las dos personas que estuve esperando por un largo tiempo; mi madre y Kate.

–¡Al fin! –exclamé al mismo tiempo que me levantaba del sillón.

Mi madre dejo sobre la mesa un par de bolsas color verde. Inmediatamente supuse que se trataba de la comida.

–No exageres, hijo –dijo burlona.

–¿Qué? –me encogí de hombros–. Es verdad.

Kate me miro con una sonrisa en su rostro. Me acerque a ella y pase mi brazo por sus hombros.

–¿Y cómo les fue ha estas dos bellezas?

Kate bajó la mirada, y sabía que había logrado ponerla nerviosa. Aquello era un punto a mi favor.

–¡De maravilla! –comento mi madre con emoción–. Pasar el rato con Kate es de lo más divertido.

–El mejor día de la semana –escuche como dijo Kate hacia mi mama.

–Debería hablar con tu madre para que me permita adoptarte –soltó una risita y después se acercó a nosotros, dándonos un abrazo. Como si de una familia se tratara.

Si mi madre supiera... Ahora mismo Kate no estaría acá, si no en un maldito internado.

[...]

Los pasillos de la escuela se llenaban con rapidez. Las personas corrían hacia sus salones en un intento por no llegar tarde.

Por mi parte, caminaba con lentitud. La verdad no me importaba mucho el hecho de llegar algo tarde, pues no iba a morirme por no llegar a tiempo.

Un golpe en mi hombro me hizo darme la vuelta rápidamente, dispuesto a enfrentar a la persona que había chocado conmigo.

–Qué mierda te... Oh, Kate –la mire avergonzado–. Lo siento, no sabía que habías sido tú.

–No, discúlpame a mi –río–. Estaba algo distraída, y no te note, lo siento.

–Creo que ambos tuvimos algo de culpa, ¿estas de acuerdo con eso?

Ella sonrió y dio un leve movimiento de cabeza en señal de 'si'.

–¿Y porque la prisa?

Ella me observo durante unos segundos y después dirigió la vista hacia los pasillos, mirando como la gente desaparecía poco a poco.

–No puedo llegar tarde, es la última oportunidad que me ha dado el maestro –admitió con algo de pena.

–Pues no se diga más –reí–. Anda, vamos.

Le di un leve empujón por la cintura, ella me dedico una mala mirada pero después simplemente siguió caminando.

Esa cara de 'niña inocente' era bastante realista y parecía que todos creían que era así. Soy la única persona que notaba a la persona bajo el disfraz, Kate no es lo que todos piensan.

Entramos al salón con algo de prisa, tenía que fingir que las cosas iban de lo mejor, y tenía que hacerlo parecer real. Ella se sentó en uno de los pupitres de la esquina, imite su acción al sentarme a su lado. El maestro aún no había llegado, por suerte.

–¿Me amas tanto que no puedes estar lejos de mi ni por un segundo? –dijo burlóna.

Rodé los ojos y golpe su hombro suavemente, sin dañarla.

–Eres una creída Kate –reí.

–Tu no te quedas atrás Vélez –me miro con una sonrisa en su rostro.

No le respondí, pues no tenía caso seguir con la pequeña 'discusión'.

Cuando el maestro llego, todos guardaron silencio y comenzaron a sacar los libros. Cerré los ojos por un momento, esto era lo peor del mundo, odiaba con toda mi alma la escuela, de verdad lo hacia.

–¿Podrías pasarme los apuntes? Se me han pasado la mayoría de las preguntas.

Ella volteó a verme y me pasó su libreta con las treinta preguntas que estuvo dictando el profesor.

–Gracias –susurré.

Me dedique a copiar las preguntas faltantes, tenía tanto sueño que había decidido dormir un poco. Aja, en clase. Y ahora tenía que completar todo el trabajo.

–Rápido –me apuro.

Levanté la mirada sólo para verla, ella jugaba con su lapicera de una forma extraña. Pasándola de una mano a otra.

–Ay, tranquila –comencé a escribir aún más rápido hasta que por fin termine de copiar todas las preguntas. Le pase la libreta a Kate y ella sonrió soltando un suspiro de alivió–. Gracias, linda.

Sus mejillas se tornaron de un color rojizo. Era demasiado fácil ponerla nerviosa, y eran cada vez más puntos a mi favor.

Sabía que un par de semanas ella estaría rendida ante mi, la tendría a mi disposición completa. Era una chica demasiado fácil de tener, tomando en cuenta que se ilusiona fácilmente con los chicos, pobre.

Sonreí satisfecho. Pronto caería rendida a mis pies, tal y como quería.

V de Venganza |Christopher VelezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora