La vida de un vagabundo

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Ahora veamos que paso con Lincoln en estos dos años

Las cosas no habían sido fáciles para el pequeño loud, desde el día en que piso Texas, desde el principio tuvo que luchar para sobrevivir.

Lincoln al principio tenía la ilusión de que lo único que necesitaría para sobrevivir por su cuenta era su ingenio, tenía el pensamiento que podría prosperar solo, veía su inesperado viaje a Texas como una gran oportunidad para vivir por su cuenta y no ser peón de nadie, de ser libre y feliz.

Lincoln no podría estar más equivocado, después de todo solo era un niño iluso e ingenuo, sería su estancia en una ciudad de Texas en donde el pequeño albino se daría cuenta que la vida podía a llegar a ser muy dura.

Lincoln comenzó su estancia en Texas con el pie izquierdo, ya que para empezar no tenía ni un centavo, ni cambio de ropa, ni un lugar donde pasar la noche, no conocía a nadie que pudiera darle una mano en ese nuevo lugar.

Lo que al principio se parecía ser una oportunidad para que el pequeño alvino tuviera una nueva vida lejos de sus hermanas se convirtió en una situación critico en donde Lincoln contaba con pacas posibilidades para sobrevivir.

Al principio Lincoln era muy optimista y pensó ingenuamente que las cosas mejorarían, en su cuarto día en Texas el alvino camino por la ciudad y trato de buscar empleó por todas partes, principalmente en pequeñas tiendas y gasolineras pero siempre se lo negaban como se mostró en una conversación entre Lincoln y el dueño de una pequeña tienda.

Flasback

Lincoln entrado en una pequeña tienda después de ver afuera del lugar un letrero de se solicita ayudante.

Lincoln: buenas hay alguien aquí?

Dueño de la tienda: si muchacho que se te ofrece?

Lincoln: vengo por el puesto de ayudante señor.

Dueño de la tienda: veo que eres demasiado joven muchacho lo siento.

Lincoln: señor por favor si me contrata le prometo que me esforzaré y trabajare muy duro, lo juro (suplicante)

Dueño de la tienda: bien pero tendré que hablar con tus padres al respecto.

Lincoln: pues vera mis padresssss haaaaaa (preocupado)

Dueño de la tienda: muchacho acaso no tienes padres? Acaso no sabes que pueden sancionar mi negocio si contrato a un menor de edad sin el consentimiento de sus padres las autoridades pueden multarme!, mira sabes que lárgate de una vez y no me agás perder mi tiempo, no quiero tener problemas con nadie.

Lincoln: señor por favor necesito un empleo, no he comido en dos días (de rodillas y suplicando).

Dueño de la tienda: mira mocoso ese no es mi problema ahora lárgate antes de que te saque a patadas.

El dueño no se inmuto agarro a Lincoln por el cuello y lo saco de una patada de su negocio, Lincoln se paró y siguió caminando en busca de un negocio o un lugar en donde lo pudieran contratar.

Fin del Flasback

Pasaron los días y Lincoln no fue capaz de conseguir un empleo ni mucho menos una residencia en donde pudiera quedarse.

Lincoln no tuvo más opción que pasar sus noches en la calle, el joven alvino a menudo dormía en donde lo agarraba la noche, como ser en callejones, en parques públicos pero generalmente dentro de cabinas telefónicas.

Corría el tiempo y la suerte del pequeño alvino no cambiaba, en una ocasión no tuvo más acción que vendar su ropa que estaba en relativamente buenas condiciones para poder alimentarse y remplazarla por una camiseta negra vieja y rasgada y un pantalón plomo viejo y roto.

EL CONDENADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora