CAPITULO 12: LA FUERZA DEL ÁNGEL

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Y fui llevado por el arcángel Miguel por otros mundos, buscando algún lugar donde podríamos entrenar tranquilamente, y llegamos a un planeta donde no existían plantas, ni agua líquida... el agua crecía de las rocas en forma de burbuja y uno podía cogerla con las manos porque parecía que estaba empaquetada, la superficie era comestible, era una especie de cocoa dulce y los únicos habitantes eran una especie de gusanitos casi microscópicos que solo vivían en la punta de las rocas, estos gusanitos llevaban el nombre de MERLEANOS ya que eran habitantes del planeta MERLEON, según Miguel ellos eran los causantes de que en ese planeta existiera el oxígeno, aunque muy delgado pero suficiente para el ser humano. Miguel dijo que se le había hecho muy difícil conseguir un planeta con estas características, lo dijo algo disgustado, como si no le gustara la idea de que un humano luche en las filas de Dios. Miguel era bastante serio y muy pegado a las reglas de Dios, siempre dispuesto a cualquier encomienda que le sea asignada, su presencia imponente causaba respeto.
Llegamos a un lugar con una superficie bastante plana con la misma especie de tierra seca, o roca débil del lugar, fue entonces que Miguel dijo: - Aquí empezaremos tu entrenamiento – a lo que respondí: - de acuerdo – y desde muy lejos tiro su espada para que yo la cogiera y peleara con ella, y yo lleno de energías corrí hasta donde la espada se encontraba la agarre por el mango a toda velocidad para aprovechar la fuerza pero... la espada no se movió, caí al piso de una manera aparatosa, la espada no se movió, esto solo significaba una cosa... el Ángel era extremadamente poderoso. Miguel agacho la cabeza y solo dijo: - ''humanos''- entonces lo primero que hizo fue quitarse la armadura, ver al ángel era asombroso, se veía poderoso, sus alas eran muy fuertes y grandes, sus ojos parecían de fuego, comparar mi fuerza con la del ángel seria como compara una hormiga con un Tiranosaurio Rex... y dijo: - estarás cómodo entrenando con tus jeans y zapatillas? – y sonrió, yo solo estaba sorprendido, él era el doble de mi tamaño y aunque mi cuerpo había sufrido cambios, como dije antes, no había comparación.
El ángel empezó a pelear con todas sus fuerzas, yo ni me di cuenta que el se había movido y sentí algo en el estómago y no recuerdo nada después de eso... cuando desperté lo vi sentado y dijo: - llevo esperando a que despiertes toda la tarde, lo único que hice fue darte un puñete ligero en el estómago, eres demasiado débil muchacho... estamos en problemas – yo agache la cabeza y le dije: - es que tengo mucha hambre – y el respondió: - hey muchacho, mira el suelo, todo lo que ves es alimento para humanos, te dará vitalidad y fuerzas, curara enfermedades que tengas durante el tiempo que estemos aquí, en otras palabras es el mejor alimento para humanos que podrás encontrar – yo realmente tenía hambre y mucha, entonces cogí un poco de esa roca débil y la metí a mi boca... era barro seco!!! Sabia a tierra!!! No podía creerlo los guerreros de Dios comiendo barro, yo quería mi pollito frito, mi carne asada, mi tortilla de huevo al menos, pero tierra? No era justo! El ángel me miro y dijo: - se acabó tu tiempo para comer!! – y se levantó y volvió a hundir su puño en mi estómago, toda la tierra que hacia comido la regrese y volví a caer inconsciente otra vez.
Cuando desperté no había nadie conmigo, y moría de hambre, no tuve más remedio que comer ese barro seco y tomar esa agua empaquetada que salía de las rocas, sentía que estaba satisfecho pero lo hacía con asco, de verdad no entendía porque yo estaba pasando todo esto. Estuve entrenando solo por 5 días al sexto día llego el Ángel y estaba algo raro y dijo: - vamos a entrenar – a lo que le respondí: - claro – se quitó la armadura y estaba herido, que ser en este universo sería capaz de herir a alguien tan poderoso, y lo peor de todo, dejarlo en ese estado... le pregunte: - que te paso? – y Miguel dijo: No tiene por qué interesarte, es más, en estos momentos te conviene – yo solo me quede callado y veía su sufrimiento. – ponte en guardia! – dijo, y así lo hice... sus movimientos eran mucho más lentos e incluso podría apostar que sus golpes, en esos momentos, eran mucho más débiles... pero aun así con muchísimo esfuerzo podía esquivar sus ataques, él era demasiado fuerte y veloz para mí, tenía que hacer algo y rápido... sino pasaría toda la semana inconsciente. Durante la pelea me di cuenta que él no podía mover su brazo izquierdo por la herida que tenía en la parte del tórax... si por un segundo podía moverme más rápido que él y aprovechándome de su debilidad momentánea, le daba un golpe en su herida, dejaría de atacarme y me dejaría respirar un poco.
El atacaba y atacaba y yo ya con muy pocas fuerzas esquivaba de todo y no me daba un segundo para respirar y atacar... entonces me iba moviendo hacia su lado izquierdo poco a poco mientras el atacaba, entonces cogí su brazo izquierdo... su fuerza era tal que me obligo a usar mis dos brazos pero aun así hizo que me arrodillara y sin pensarlo y con todas mis fuerzas levante mi tobillo izquierdo dando una media vuelta, fue ahí que le di un golpe bastante débil en la herida de su tórax, el grito del ángel fue como escuchar a todos los animales salvajes gritando a la vez y por primera vez pude ver al ángel arrodillado ante mí. El levanto su cara y sonrió haciéndome un gesto positivo y dijo: - Muy bien Marcos Taksung, bien pensado y trabajado, bien hecho te felicito. Ahora ya sabes que no es con fuerza con la que ganas peleas sino también con estrategia. – y volvió a sonreír.
Miguel me contó que yo era el primer humano que lo golpeaba y se sentía algo avergonzado pero tranquilo de que haya sido yo, desde ese entonces Miguel fue más accesible conmigo. Fue mi maestro por casi un año, a veces Miguel se iba por mandato de Dios y regresaba después de una semana y a veces regresaba en muy mal estado, pero nunca contaba cómo fueron hechas sus heridas.

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