Abrí mis ojos, la luz muy bajita de unas velas alumbraban el techo de vegetal seco de donde me encontraba, un viejo con una barba sucia y descuidada me dijo: - no te muevas! – yo no hice caso y sentí como si un rayo hubiera atravesado mi pecho y comencé a llorar de dolor, el viejo comenzó a reír y me dijo: - te dije que no te movieras – si siguió haciendo su mezcla y continúo con su canto.
Dos semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos, yo no me movía para nada y mi dieta era agua con un alimento seco parecido al pan, en verdad moría de hambre, de pronto el viejo entro por la abertura de la tienda en la que yo descansaba y me dijo: - levántate y ayúdame - yo le respondí – no puedo levantarme la última vez que lo intente casi muero del dolor – el viejo comenzó a reír y me dijo: - hijo, hace 2 días que ya puedes levantarte, así que hazlo y ayúdame, quieres? – entonces intente levantarme y ya no me dolía nada, si me sentía muy débil pero ya no me dolía el pecho, esto era increíble yo sentí y vi como ese muchachito había atravesado mi pecho, vi muchísima sangre y ahora ni siquiera una cicatriz quedaba de aquel ataque... realmente estaba sorprendido pero lo que verdaderamente me molesto fue la hora... eran como las 5 de la mañana!! Eso era demasiado malo para mí, el viejo me mando a traer agua desde el rio y que por favor lo hiciera en 30 minutos, el rio quedaba a unos 40km hacia el sur, esto era imposible hacerlo a pie y Salí renegando del lugar a las 5:30am, en el camino me di cuenta que el sol era radiante pero no quemaba lo mire de frente y no era un sol amarillo como el que siempre vi sino que este era algo celeste la tierra donde pisaba no era tierra sino que era algo más fresco y compacto, tenía una ligera sospecha de que estaba en algún lugar de la tierra desconocido por el hombre... aunque en ese momento no me importo mucho, moría de hambre y quería llegar lo más rápido posible al rio para beber agua.
Cuando llegue fue algo extraño... el agua era viscosa, en un grado bastante bajo, pero podía verla estirarse como una especie de baba, llene los cantaros y partí de vuelta a la tienda como a las 9:30am. Desde muy lejos el viejo me esperaba y movía su cabeza de forma negativa, y debió ser así ya que eran como el medio día cuando volví. Por la tarde, el viejo me dijo: - muchacho, acércate! Necesito que me ayudes a mover algunas rocas – a lo que le respondí: - Señor, la verdad no se quien sea usted, no sé ni cómo llegue hasta aquí, si usted curo mis heridas... gracias! Pero tengo que irme, tengo que salir de aquí... porque no pienso quedarme ni un minuto más, si algo le debo... ya le enviare un cheque... adiós!! – el viejo cogió un palo, me miro y me dijo: - Siéntate! – y así lo hice – acaso no quieres salvar a tus padres? – que? – me pregunte a mí mismo... y me dio un golpe en la cabeza. – acaso no recuerdas nada?- me dijo – yo estaba algo confundido – Ahora ayúdame a mover estas rocas!!! Dijo – y yo sin decir nada más ni poner alguna excusa o reclamo empecé a hacer todo lo que el viejo me pedía, parecía una especie de entrenamiento, terminaba los días muy cansado y por las noches el viejo me contaba historias de guerras pasadas, siempre antes de dormir, de oír las historias soñaba con aquellas guerras.
Desde los días que yo viva con mis padres hasta la fecha, mi cuerpo había cambiado mucho, ya no era el chiquillo delgado y tímido de antes, tenía fuerza y eso se notaba solo viéndome a mí mismo, era veloz, traía el agua todos los días en 10 minutos, era increíble el carácter y la base que ese viejo había formado en mí, ni siquiera necesitaba conocer su nombre, para mí era viejo y punto.
Un día quise saber en qué lugar de la tierra estábamos y cuánto tiempo había pasado desde aquella vez que llegue, se lo pregunte al viejo y lo que me dijo me sorprendió mucho: - en realidad quieres saberlo? – Claro que sí! – respondí, y entonces me contó: - ya han pasado 32 años desde la aparición del primer SALVO – Que?!! – Exclame – Si, y no estamos en la tierra... - dijo el viejo - 32 años, habían pasado 32 años, yo debería tener como 55 años, y si no estábamos en la tierra en donde estábamos? – Pregunte – no podemos estar en la tierra porque la tierra está sufriendo cambios, los humanos sufrieron su aniquilación con sus propias armas y con una ayuda muy afanosa de que esto ocurriera, Lucifer.
Pocas son las personas que quedan en la tierra, se volvieron luchadores, guerreros, hombres y mujeres con disciplina y mucha fuerza, responsables... son sobrevivientes de la raza humana. No reconocerías la tierra de hoy, y con respecto a tu pregunta de donde estamos... bueno, estamos en la parte más terrestre del cielo, EL EDEN - entonces todo esto era muy difícil de asimilar para mí, yo no entendía nada, cuanto tiempo estuve mal herido? O si estoy en el cielo... es porque morí?. El viejo comenzó a reírse a carcajadas y con su palo de bambú me dio un golpe en la cabeza y me dijo: - hijo, fuiste trasladado a este lugar porque aquí no envejeces, pero si puedes morir. Eso no quiere decir que estás muerto, lo que pasa es que el ángel que te trajo te necesita para alguna misión y decidió salvarte la vida, y si... estuviste en estado de coma mucho tiempo. – entonces pregunte: - si todo esto es cierto... porque tu estas viejo? – el viejo comenzó a reírse otra vez, y respondió: - lo que pasa es que yo estoy cumpliendo una condena y llevo aquí desde la creación del hombre... y desde el primer día que llevo en este lugar puedo sentir como la humanidad se fue destruyendo sola, es muy triste ver y sentir todo esto – comento el viejo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas – ya vamos a dormir, mañana tenemos muchas tareas que hacer – dijo, como queriendo ocultar su tristeza.
Después de mucho tiempo de tener paz y tranquilidad, de tener que ir a recoger el agua diariamente, de mover rocas, de noches de fogata con historias alucinantes y de mucho entrenamiento, porque así lo veía yo, como un entrenamiento. Las plantas comenzaron a morir, había temblores, a veces tan fuertes que rajaban el suelo... estos temblores eran acompañados de unas lluvias torrenciales que a su vez eran acompañados de truenos y relámpagos, el día se fue disolviendo no sabíamos si aún era de día o de noche. Cuatro meses estuvimos en penumbras, el viejo solo decía: - en la tierra deben estar sucediendo cosas muy fuertes...
Una noche, en la que podemos llamarla como la peor noche, el viejo me dijo: - hijo, ya no puedo más... tengo que escalar la montaña KURUTZUTE - y la señalo – es la que tiene fuego en la cima – dijo, cogió lo necesario y emprendió el viaje y mientras se iba sonrió y me dijo: - algún día la conocerás – algo dentro de mi sabía que nunca lo volvería a ver, mi corazón me empujaba a darle las gracias por todo, pero no dije nada.
Aquel viejo me enseño a ser paciente, buscar la paz interior, pensar antes de actuar, controlarme totalmente, siempre supe que estaba a mi lado y gracias a él no me sentí solo, se había convertido en mi mejor y único amigo... pasaron 2 meses desde que el viejo partió, esa noche extrañe a mi mejor amigo y cuando salí a ver la montaña, esta estaba encendida como aquel día que él se fue y no dude ni un minuto, cogí comida para dos días y salí en busca de mi mejor amigo... mientras corría pensaba en lo mucho que tenía que agradecerle y gracias al fuerte entrenamiento recibido pude escalar hasta llegar a la cima.
Lo que vi en la cima del KURUTZUTE me hizo recordar un episodio bíblico... un arbusto en llamas que no se quemaba y que su resplandor alumbraba hasta el cielo, como olvidar esa voz que quemaban mis oídos cuando me hablo por primera vez, y dijo: - Hijito, quítate esas zapatillas porque estas pisando suelo sagrado – de inmediato me quite las zapatillas, en realidad estaba muy asustado, esa voz hablaba a mi corazón directamente y sabía que quien estaba hablando era un ser celestial, podía escuchar otras voces a mi alrededor diciéndome cosas muy bajitas se escuchaba casi como un susurro como: - Nuestro padre te está hablando – atiende a su llamado – él te escucha – cosas como esas, realmente era atemorizante, entonces la voz pregunto: - Quien eres? – ahora todo estaba muy claro, era Dios quien me estaba hablando con su propia voz, y en lugar de hablarle con timidez mi voz se alzó con cólera y con dolor casi parecía un reclamo: - Mi nombre es Marcos Taksung hijo único de padres asesinados, de padres demasiado bondadosos que murieron en mi lugar y que hasta el día de hoy sufren en el infierno, porque hubo un Dios que no pudo hacer nada para impedirlo, Soy Marcos Taksung habitante de la tierra que sufrió innumerable decepciones por ser humano y que vio caer a su raza porque hay un Dios que no puede hacer nada, soy Marcos Taksung quien sintió en carne propia lo que el demonio era capaz de hacer con la gente que más amaba y las convertía en sus aliados sin tener ayuda alguna, porque hay un Dios que no pudo hacer nada!!! Y todo porque a su creación más hermosa le dio una pataleta...! – dije todo esto con cólera y lágrimas en los ojos... y solo termine diciendo: - Diosito... perdóname! – justo en ese momento sentí como un cálido aura cubría todo mi cuerpo... creo que fue el verdadero abrazo de Dios... y me hizo recordar aquella vez cuando era un infante y llore porque a papa lo habían despedido y le pedí a Dios que le diera un trabajo mejor... sentí el mismo abrazo... esto me hizo entender que Dios siempre estuvo conmigo. Entonces la voz me hablo nuevamente y me dijo: - Es por este motivo que te necesito tanto hijo mío, hay cosas que por el momento yo no puedo hacer, te necesito en mis filas, para que luches por mí con amor y con esperanza, tu Marcos Taksung tendrás potestad para entrar y salir del infierno a rescatar a tus padres – justo en ese momento una figura que estaba detrás del arbusto ardiente se movió, era un gigante con armadura de oro y lo más increíble... tenia alas. Cuando lo vi, me asuste y el arbusto dijo: - Él es Miguel, mi guerrero más fiel, si aceptas lo que te pido, el completara tu entrenamiento... aquel entrenamiento que iniciaste con Caín, - entonces el ángel hablo: - El viejo Caín – lo dijo sonriendo – yo dije: - el viejo se llama Caín? – el ángel nuevamente sonrió – y el arbusto dijo: Caín hermano de Abel, hijos de los primeros padres Adán y Eva – yo solo sonreí y acepte luchar del lado de Dios.

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HISTORIA DE UN ANGEL
Ficción GeneralDe: Christiam Mertz El mundo siempre esta dividido entre el bien y el mal, ángeles y demonios, lo divino y lo grotesco. Esta es la historia de un joven común y corriente que fue testigo del cambio radical que tuvo la humanidad pasando de ser un gra...