Autonomia y Autoestima

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Las necesidades humanas básicas son diversas y en una situación de dependencia son los cuidadores los que deben hacer frente tanto a nivel psicológico como físico.

Cubrir las necesidades físicas implica tener que realizar una serie de actividades que no siempre resultan fáciles, especialmente si no disponemos de información sobre cómo hacerlo. No obstante, como norma general, diremos que es preciso evitar caer en la sobreprotección y permitir siempre que se pueda que la persona sea lo más autónoma posible.

¿Cómo estimular la autonomía y la autoestima?

Consejos para mantener la autonomía:

Mantener el orden en la habitación de la persona a cuidar.

Mantener un entorno cómodo y tranquilo, con buena iluminación y temperatura.

Dejar al alcance de la persona los utensilios que pueda utilizar (pasta de dientes, peine...).

Adaptar la casa a las necesidades de la persona a cuidar utilizando ayudas técnicas (asideros, elevadores...).

Actitudes hacia la persona dependiente:

Las actitudes y la forma de comportarse de familiares y cuidadores también influyen en el grado de autonomía de una persona.

Favorecer la autonomía de la persona atendida les beneficia también como cuidadores porque no tendrán tanta carga física y/o psicológica.

Deje que la persona atendida haga cosas, aunque sean pocas y las haga con dificultad, lentamente o se equivoque. De lo contrario, cada vez esa persona realizará menos actividades, tendrá menos práctica y será más dependiente.

No le recrimine ni riña si hace cosas mal y si toma iniciativas por su cuenta.

Recompense con elogios cualquier actividad realizada de forma autónoma.

Antes de iniciar la actividad explíquele lo que ha de hacer y cómo lo hará.

Medidas para mejorar su autoestima

Permita que la persona dependiente tome decisiones acerca de cosas que le afecten.

Consulte sus preferencias en todo tipo de tareas.

Consiga que se sienta útil dándole tareas en la medida que sea posible (que colaboren en tareas del hogar, pídale consejo, comparta actividades...)

Incentive a la persona dependiente a que se relacione con otras personas (vecinos, familiares de distintas edades, etc.)

Salga a la calle con ella para que pueda tener contacto con el exterior.

¿Cómo estimular la movilidad?

La inmovilidad implica un riesgo para la integridad de la persona, tanto a nivel físico como psicológico.

La inmovilidad es la causa de muchos problemas sistémicos como la flebitis, el restriñimiento, el insomnio, las infecciones respiratorias, entre otros.

Uno de los sistemas más afectados es el sistema músculo-esquelético donde aparecen atrofias, rigidez y dolores que comportan inmovilidad y, en consecuencia, posibles problemas cutáneos.

Senior Espiritual CareWhere stories live. Discover now