La alimentación diaria:
Una ración es la cantidad media de alimento que cabe en un plato.
A título orientativo, una dieta equilibrada contiene las siguientes raciones de alimentados repartidas en cinco o seis comidas poco abundantes, evitando períodos largos de ayuno o comidas muy copiosas:
• 2-3 raciones de Lácteos
• 2 raciones de proteínas (no necesariamente debe ser carne, pueden ser huevos o pescado, o incluso alguna ración puede sustituirse por legumbres)
• 2 veces por semana de legumbres
• 2 raciones de verdura, 1 de ellas cruda
• 2 raciones de fruta
• 3-4 raciones de hidratos de carbono (patatas, arroz, pasta o pan)
• 2 cucharadas de aceite de oliva
• 2 litros de agua
Consejos de preparación de los alimentos
• Evitar consumir alimentos demasiado procesados o condimentados, conservas y precocinados.
• Vigilar el consumo de grasas, azúcar y sal, sin ser restrictivos. Para evitar el exceso de grasa en la dieta evitaremos lácteos como la nata y la mantequilla, los embutidos, las vísceras, y extraeremos la parte grasa de la carne.
• Las formas de cocción más sanas son: a la plancha, hervido, al horno o a la papillotte.
• El consumo de fruta procesada (por ejemplo: en almíbar) tomándola natural, moderar el consumo de dulces y utilizar edulcorantes artificiales.
Aspectos que influyen en la alimentación
1. Respete los gustos y preferencias de la persona siempre que su patología así lo permita, siguiendo las pautas dietéticas del equipo de salud.
2. Dificultad de masticación: Es necesario que ajuste la textura de la comida a las necesidades del paciente, incentivando la masticación siempre que sea posible.
3. Dificultades de deglución: La dificultad para tragar también suele ser causa para acabar triturando la comida (exceptuando si la persona es consciente de ello y mastique muy bien los alimentos).
En dichos casos es importante:
Asegurar la consistencia adecuada de la dieta.
• Los alimentos y bebidas deben formar una masa suave y uniforme para evitar que se dispersen por la boca.
• Si espesa la comida con harina de trigo, puré de patata o yema de huevo, tenga en cuenta que además está aumentando el valor calórico. Esto puede ser interesante en personas que comen poco pero puede resultar contraproducente en caso de sobrepeso.
• En la farmacia venden espesantes que no aumentan el valor calórico son de sabor neutro y a diferencia de la gelatina, espesan también los líquidos y alimentos calientes.