Capítulo 6

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Me encontraba en el campus con mi mejor amiga abrigadas hasta no poder mas, el frío me hacia recordar que el dolor era insoportable cuando tenia mi mano y mi pierna enyesados. Debíamos entregar unos libros en la biblioteca que nos habían prestado por algún tiempo.

-Carol camina más rápido, nos van a cerrar -le dije aumentando un poco el paso, de inmediato me alcanzó.

-Tu andas demasiado despacio a que te gano de aquí a la biblioteca.

-Carol déjate de niñerías, no estoy para correr y menos con tantas personas transcurriendo -la mire y le pegue una pequeña palmada en el hombro. -¿Sabes que sucederá donde le pasen algo a estos libros?

-Te echaré la culpa a ti de todo, vamos te apuesto treinta dólares a que no me ganas -era un propuesta tonta, pero si que me han de servir treinta dolares.

-Esta bien pero si no me dejas ganar igual no te daré los treinta dólares -no pudimos evitar reírnos.

-Esta bien Emy, a la cuenta de tres ¿esta bien? -obviamente a la cuenta de tres no iría, saldré corriendo lo más pronto posible, así que tomé fuerte los libros contra mi pecho y salí disparada como alma que lleva el diablo.

-!Eres una tramposa! -gritó Carol tras de mi. No paraba de reírme mientras corría, esos treinta dólares serán míos, estaba a tan solo unos minutos de la biblioteca, me costaba girar un poco con tantas personas, así que tuve que estrujar unos cuantos y a mi vez disculparme. 

-!Lo siento perdedora! -le grité a Carol.

Me faltaba girar una cuadra, cuando de repente salió un hombre de la nada y choqué tan fuerte que caí sobre el. Ahora era Carol la que se reía de mi.

-Quédate tumbada aun así iré a la biblioteca y ganaré mis treinta dólares. -¿qué? ¿estaba de coña? como me iba a dejar sola encima de alguien y seguir como si nada.

Mire al chico al que carraspeaba con su garganta.

-Lo siento, yo... lo siento necesitaba ir en esa dirección -señale con mi mano donde se encontraba la biblioteca.

El me miró gracioso y a su vez sonrió ligeramente, una sonrisa grande y con unos dientes perfectamente blancos.

-Si quieres déjame me acomodo y nos podemos quedar en esta postura hasta que tu lo decidas -¿qué? hay por Dios aun seguía tumbada encima de el, me paré torpemente y le tendí mi mano para ayudarlo a levantar, el la tomó y seguido a esto levantó mis libros y me los entregó.

-Lo siento mucho, ¿te hice daño? -le dije mirando sus grandes ojos.

-No, pero creo que tu si.

-¿Qué? -dije alarmada. Tomó su dedo pulgar y limpió el lado izquierdo de mi labio inferior, si no hubiese hecho ese gesto, no hubiera notado un pequeño ardor. 

-Gracias -dije un poco nerviosa por su gesto, tomé una parte de mi sudadera y me tapé un poco la boca, no había visto nunca a un hombre tan guapo como el, sus ojos eran entre un azul claro y un gris, no lo podría definir, sus cejas gruesas y una pequeña barba que hacia ver sus labios rosados y delgados, un poco más alto que yo, podría llegarle a la barbilla, el chico estaba muy bueno.

-No hay porqué -se quedó mirándome unos pocos segundos y siguió su camino, así que yo continué con el mio. 

Al llegar a la biblioteca Carol estaba a un lado de la entrada hablando con Abraham, su novio de hace casi tres años, el chico me caía demasiado bien, era mucho más alto que yo, un moreno que para ser sincera era más que un buen ligue, no solo por su personalidad y su buen corazón sino porque su estado físico no estaba nada mal, sus ojos azules intensos, su barba incipiente y su sonrisa blanca daban mucho de que hablar, un hombre impecable. 

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