-I got the sunshine in my pocket, got that good song in my feet...
Suspiro y ruedo los ojos. Él volvió a venir después de aquel tan vergonzoso día y ahora se encuentra como si nada hubiera pasado, cantando en voz baja junto con sus auriculares, esperando a que alguien le tome la orden.
Y si, ese alguien soy yo.
-Under the lights when everything goes, nowhere the... ¡Hola Kayla! -dice, apartando sus auriculares de su rostro cuando ya estoy al lado de su mesa.
- Bienvenido a Claire's. Mi nombre es Kayla y lo atenderé hoy. ¿Desea algo de comer o de beber? -suelto al instante para no caer en la misma conversación de aquella vez.
-¿Enserio? Pensé que al decirte mi nombre y que después de lo que pasó el fin de semana habías dejado la formalidad.
-No pasó nada el fin de semana -acoto riendo- mas que tu intromisión en nuestra pequeña merienda. Y no, nunca voy a dejarla. Formalidad es mi segundo nombre -concluyo.
Veo como piensa si decir algo o no, para que al final su mirada se relaje y hable.
-Pues no, según la adorable Lean, tu segundo nombre es Kayla y el primero es Ana -expresa, esbozando una sonrisa de lado.
Abro los ojos con desmesuración e intento no hacer un escándalo de esto.
¿En qué momento le preguntó? No, eso no es lo importante. Lo importante es ¡¿cómo se le ocurrió a Lean decirle mis nombres a alguien a quien no conoce?!-Oye tranquila, no es para tanto -dice, al ver mi reacción un tanto asustada y nerviosa.
Lo que me faltaba.
-¿No es para tanto? -trato de tomar aire y, sobre todo, compostura para decir lo siguiente-. Puedo entender que sepas mi nombre por pura cortesía de que trabajo aquí, pero no te conozco ni tú a mi como para acercarte a mi hermana y preguntarle algo tan privado como esto. Es más, ni debería haberte dejado que la saludes aquel día -suelto con frustración.
Observo su rostro, parece confundido y un poco dolido con mis palabras. Luego, seriedad absoluta.
-Deseo un expreso, para llevar por favor.
Asiento y salgo de ahí lo más rápido que puedo. Si había al menos una pizca de diversión en su mirada, con aquella última frase desapareció totalmente. Al pasar por el mostrador principal, puedo ver la mirada de desaprobación que me manda Claire. Quizás me volví a pasar con mi carácter.
Realizo la orden lo más rápido que puedo y me acerco a entregarla. Me doy cuenta cómo me escudriña con la mirada, mientras me da el pago respectivo por el pedido.
Al final, antes de salir por aquella puerta, dice.
-No te conozco, ni tú tampoco a mi -deja una pequeña pausa, pensando en lo que dirá- pero si intentaras al menos un poco dejar de ser tan cerrada, disfrutarías como yo el poder charlar contigo. Y por si lo piensas, no digo esto para que te sientas mal todo el día, pensando en lo que pudiste o no haber dicho o hecho. También, yo no te dije mi nombre por pura cortesía.
Que tengas buenos días, Kayla -termina, abriendo la puerta y cerrándola tras de si.Y se va.
Antes de proceder a hacer mis cosas de nuevo, una voz me llama pidiéndome que vaya a su despacho.
Entro como me lo indica y me quedo parada, un tanto nerviosa.
-Deberías sentarte, Kayla -dice Claire, a lo que asiento y hago lo que me dice-. ¿Qué fue todo eso que pasó allá en la mesa 4? ¿Debo empezar a preocuparme?
Empiezo a jugar con mis uñas inconscientemente, pensando en qué responderle.
-No debes preocuparte, no volverá a pasar -digo, mostrando una sonrisa débil.
-Perdona el mal rato, pero se me hace raro verte discutir con alguien y ese muchacho no es alguien a quien no conozcas, se lo ve caballero y respetuoso.
-Tan respetuoso que le preguntó a Lean por mis nombres -digo sin darme cuenta.
Claire abre los ojos y asiente levemente, comprendiendo el motivo de mi molestia.
-No debes alarmarte por eso, Kayla. Sabes que Lean no lo hizo con mala intención, y dudo mucho que aquel muchacho pueda hacer algo que las dañe. Es hora de aprender a superar algunas cosas, ¿no crees?
Sé a dónde va esta conversación y prefiero cortarla antes de que continúe.
-Seguro, pero si sólo era por esto que me llamabas, creo que es hora de volver a mis labores... -trato de decir mientras disimuladamente empiezo a salir del despacho.
-Una última cosa Kayla -dice Claire, deteniéndome-. Sé que no soy tu madre, ni mucho menos alguien de tu familia. Pero me gustaría que, si vuelve a aparecer aquel muchacho, te acerques a ofrecerle una disculpa.
Quiero encontrar indicios de que me está bromeando o algo parecido, pero su mirada me transmite total seriedad sobre sus palabras.
Asiento y en respuesta me dedica una sonrisa cálida, indicándome así que puedo retirarme.
Me dedico a limpiar la mesa 4, aquella en donde estuvo él hace un rato y veo que el destino está de lado de Claire, pues él volverá si o si...
Porque olvidó su reloj.
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Un café para llevar
Ficção AdolescenteLa complicada vida de Kayla, se ve aún más difícil con la llegada de aquel nuevo cliente. Ella trabaja en una cafetería en donde acuden gente de dinero, para poder sostener a su familia, pues su mamá sufrió un accidente en donde quedó cuadripléjica...