🎲 1

1K 71 36
                                    

Ya había perdido la cuenta de todas las veces en las que reclamaba sobre el pelo en el casino, la oficina central, los pasillos y hasta su propia habitación, en conclusión; la época de cambio de pelaje de su Jefe siempre era desastrosa.

Por lo menos el limpiar y sacar los pelos de su ropa ayudaba a distraerlo, según él, bien sabía que el Diablo adoraba de hacerle enfadar o al menos intentarlo la mayoría del tiempo, aveces pensaba como alguien tan inmaduro podía hacerse cargo de un inmenso casino, pero después caía en el hecho de que era el quién ayudaba en mas de la mitad del papeleo y agitaba la cabeza.

Fue entonces como ese caso perdido pidió su presencia en la oficina principal, aquella que tenía montones y montones de dinero contado.
El Diablo en cuanto vio a Dice, se levantó y le abrazó, pero obviamente no podía ser un abrazo sano y terminó por darle un suave agarrón.

— ¿Ni siquiera puedes esperar un poco más? La puerta aun está abierta. — Preguntó Dice con algo de notorio sarcasmo en el tono de voz.

— ¿Por que tendría que esperar? Eres mío, joder. — Gruñó el demonio mientras que su cola hacia el trabajo de cerrar la puerta, ya con ambos en un estado de privacidad algo mayor, caminaron sin despegarse mucho hasta el escritorio donde Dice acabó sentado y con Devil entre sus piernas.

Ambos en todo ese tramo habían estado unidos por un ferviente beso cargado de pasión y lujuria, como si desde semanas no se besaban y recién el día anterior habían tenido un pequeño encuentro en la habitación del Rey Dado.

Había algo en Dice que lo enloquecía.
Había algo en Devil que lo enloquecía.

Ninguno sabía con exactitud lo que pasaba entre ellos, Dice tan sólo era un inexperto el cuál su amor fue rechazado en su primer encuentro con el Diablo, con la escusa que este mismo no podía amar. No le afectó demasiado, pudieron seguir normalmente hasta el día de hoy, con la única diferencia que Devil desde el día que recibió esa confesión, supo que ese chico no podía ser de nadie más que suyo.

Le consentía la mayor parte del tiempo y le satisfacía de manera sexual también, no soportaría encontrar el aroma de otro impregnado en la piel de su compañero de cama, aún no era tiempo de confezar sus sentimientos, sólo debía esperar un poco más.

Se perdió tanto en sus pensamientos, que no se dio cuenta que su cuerpo había actuado de forma automática y ya tenía a su dulce Dado recostado en el escritorio rogando, pidiendo que lo destrocen. Devil, sonriendo más que satisfecho, hizo caso a sus peticiones y tomó de sus caderas, metiendo lo último de sus 31 cm en el interior del dulce Dice.

Este mismo, arqueó la espalda al sentirse completamente invadido, como siempre había pensado que era un ruidoso, terminaba por morder una de sus manos enguantadas pero Devil no se lo permitía con la escusa de que amaba escucharlo gemir.
Una, dos, tres embestidas seguidas y con ello una hilera de espasmos que recorrían hasta los últimos rincones de su cuerpo, en esos estados de completo placer no sentía cuando su Señor rasguñaba su cuerpo, dejando pequeñas marcas que anunciaban que ese dadito ya tenía un dueño que le hacia gritar. Cambio de posición, ahora Devil estaba sentado en ese resistente escritorio mientras un muy travieso Dice se encargaba de moverse de arriba hacia abajo, no le importaba el hacerse daño, quería que lo destrozara. .

— ¡N-nhg! A-ah. . Señor. . ¡Nhg! ¡No creo aguantar más! — Aclaró el sometido Dice, la única respuesta que obtuvo, por mas horrible que sonara, una garra de la mano de quien estaba castigándole de esa manera, dentro de su miembro. . Si, así como lo leen, ¡le metió la jodida garra en la uretra para que no lograra venirse!

Ha ese punto, Dice no sabía si llorar o seguir gimiendo como una miserable puta, sentía que le desgarraría el pene en cualquier momento pero de todas maneras eso lo deslocaba de excitación.
Fue el Diablo quién ahora, con su única mano libre, tomó de la cadera ajena y obligó a bajar hasta el fondo a su empleado, un sollozo fue lo que se logró escuchar por parte del chico, tal vez era demasiado. . o tal vez no.

En esas últimas y profundas embestidas, Devil se permitió acabar en lo mas profundo de aquél delgado cuerpo, así como también quitó su garra para que fuera libre. Ambos acabaron, Dice un poco después que quién lo estaba sometiendo. . quiso descansar en sus brazos un rato, y sorpresivamente lo obtuvo.

Devil dejó su frío actuar de lado y abrazó a quién era su mayor confidente, escondiéndolo en su pecho.

— Estuviste bien hoy, mereces un descanso. . — Habló sin ninguna pizca de cansancio en su tono de voz, al contrario de Dice que no podía ni siquiera mantenerse despierto.
Lo levantó con cuidado de su miembro, creando un obvio y pegajoso desastre en el suelo, observó un poco mas aquella imagen en sus brazos, daba tanta pena pero era increíblemente excitante.

Cogió la chaqueta de Dice y le cubrió el cuerpo, o al menos todo lo necesario y salió de ese lugar, siempre teniendo en cuenta de no encontrarse a ningún inutil en su camino a la habitación de quien era el Rey Dado en el casino. Al llegar, dejó al pobre y exhausto chico en su cama mientras el preparaba la tina. Tal vez estaba siendo demasiado amable, después de todo, el es quien representa la maldad del mundo y la desgracia de todos. . al carajo con eso, después de todo, Dice estaba inconsciente y probablemente muerto. . bueno, tal vez no tanto así.

Después de que el agua se mezclara con las sales de baño, fue a por su Bello Durmiente y le metió a la tina siempre con bastante cuidado de lo lastimarlo más de lo que ya estaba.
Limpió el sudor de su cabeza con una esponja de baño, no voy a describir como fue que limpió el semen de su interior pero lo hizo, a ese paso, Dice ya estaba algo mas despierto, parecía un borracho con la diferencia que Devil lo había embriagado de placer. . heh.

Ya cuando lo tuvo listo, Devil lo sacó de la tina y sentó en un banquillo que ahí había en un rincón, le secó con bastante cuidado al igual que a un bebé. Con eso completo, le volvió a cargar para vestirlo en su cama, de verdad parecía el niñero de ese inútil, simplemente tuvo que haberlo dejado tirado por ahí para que se burlaran de él.

Oh si, ahí estaba el viejo Devil.
Ya para cuando terminó de pensar la próxima maldad que haría con el tonto de Dice, vio que había completado la tarea de vestirlo con un pijama limpio, ¡hasta le había arropado en su cama! Que descanse todo lo que tenga que descansar, ese exquisito dolor de caderas que tendrá al despertar será espectacular.

Bien, debía irse antes de que lo vieran haciendo algo generoso, pero antes de irse, dejó un pequeño beso en la mejilla de su lindo y adorable dado, lo vería mas tarde. .

Apagó la luz antes de salir de la habitación, entonces Dice abrió los ojos, si, había estado fingiendo que dormía desde que despertó en la tina. . Fue testigo de como su jefe fue amable con el y nadie mas que él, se sentía especial. . y bastante cansado. .también muy adolorido.

Ahora si decidió volver a dormir, esta vez con el pensamiento de que probablemente si tenga una oportunidad con su Señor.

┇Cassino Issues┇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora