Aquel día, justo después de cerrar la puerta y cuando todos los participantes de la partida de póker ya estaban presentes, Hoseok repartió todas las cartas a sus compañeros con mucha delicadeza para que no dijeran que él estaba cometiendo ningún acto no permitido por las reglas del juego, hasta que colocó sobre la mesa la baraja llena de cartas. Cada jugador tenía delante suyo cinco cartas con las que se disponían a ganar.
JungKook al levantar su baraja de mano lo primero que pensó fue que el juego ya lo tenía asegurado y todo el dinero que estaba sobre la mesa sería suyo en poco tiempo. El muchacho echó una mirada a ambos lados y vio que cada uno de sus amigos tenían una sonrisa en el rostro, la misma sonrisa que él tenía y en la cual se estaban diciendo silenciosamente que iban a llevarse el monto total de la noche.
JungKook no quiso apretar el paso para enseñar sus cartas a los demás hasta que ellos lo hicieran primero. No había ninguna duda que alguien caería primero, pero estaba indudablemente seguro de que no sería él. Se había pasado los últimos minutos observando a cada uno de los jugadores de la mesa, ninguno de ellos parecía estar completamente seguro de lo que hacía. No había nada que hiciera que JungKook pudiese estar asustado por el resultado del juego.
Los muchachos se encontraban apostando dentro de la casa de Hoseok, amigo muy querido de JungKook desde hacía tres años. Hoseok se destacaba por encima de todos sus demás conocidos por ser una persona demasiada divertida y un amigo muy comprensivo siempre que fuese necesario. Mayormente casi no se le encontraba en su casa cuando el sol estaba en el cielo, puesto que casi todo el tiempo se la pasaba seduciendo mujeres al igual que JungKook, o compitiendo con él a ver quién seducía más mujeres en menos tiempo. El tiempo que no utilizaba en buscar mujeres lo utilizaba en concentrarse en sus estudios, pues ambos amigos se encontraban cursando el último semestre de la universidad, en unos cuantos meses ya serían administradores reconocidos.
Pero en dicha partida de póker no sólo se encontraban JungKook y Hoseok, sino también estaban presentes Sana, una chica con cara de ángel de cabello castaño hasta los hombros y con una piel clara, a ella la acompañaba su amiga quien también sabía jugar cartas, su nombre era Momo, otra chica de cabello castaño y con la piel un poco más clara que la del resto de los presentes. Hasta hacía unos cuantos momentos todo el mundo parecía estar en un aprieto, pues JungKook estuvo durante varias horas en una racha de victorias, y al principio del juego todos habían olvidado que el muchacho tenía un porcentaje de victorias del ochenta por ciento.
Bueno eso fue hasta hace un par de minutos cuando el panorama cambió completamente y JungKook ya comenzaba a verse en un aprieto. Las chicas enseñaron sus cartas a la vista de todos y no tenían nada importante en las manos como para llevarse el botín acumulado con ellas.
–Parece que solo quedamos tú y yo, amigo –dijo Hoseok.
–No cantes victoria todavía –dijo JungKook –aún no sabes lo que tengo escondido.
–Espero que sea algo bueno, porque aún no he estudiado para la clase de Juvenal y si te gano ya sé cómo compraré mi calificación – decía Hoseok mientras observaba con atención el comportamiento de su amigo. El plan era sencillo, hacer que su oponente se sintiera confiado y luego quitarle todo rastro de confianza en sí mismo cuando sepa que no tenía oportunidad de ganarle.
–Mejor dime, ¿qué harás cuando pierdas? –dijo JungKook. No podía flaquear ni un instante, no tenía una mano muy fuerte, pero al menos podría traumar a su amigo.
– ¿Yo perder? ¿Estás loco? –Solo dame gusto. –Si pierdo haré la cosa más loca que se me pueda ocurrir –dijo Hoseok.
– ¿Cómo qué?
–Cómo… cómo acostarme con JiMin. Lo conquistaría, me acostaría con él y lo grabaría en un video. Así de loco estoy.
JungKook no pudo evitar reírse. Todo lo que Hoseok estaba diciendo era completamente ridículo. Ambos muchachos tenían una fuerte y clara inclinación por las chicas, era obvio que ninguno de ellos podría hacer eso sin rendirse antes de intentarlo. Era una ridícula apuesta, en tal caso reírse sería lo mejor que se le podía ocurrir.
ESTÁS LEYENDO
Dos es el numero perfecto. (KOOKMIN)
FanfictionJungKook, un estudiante de administración de empresas, solía ser un muchacho que disfrutaba de acostarse con cuanta chica le pasara por enfrente. La única manera de que su vida podría cambiar sería si alguien le apostara en un juego de póker acostar...