Las mejillas del castaño ardían con tan solo recordar aquel inesperado abrazado, ¿qué es lo que había sido diferente?, después de todo este no era el primer abrazo que le daba, inclusive a besado sus mejillas. Cerró sus ojos negando con su cabeza.
— Debo estar volviéndome loco.— Murmuró abultando sus labios en un lindo mohín mientras miraba su cuaderno. TaeHyung miró de reojo al azabache, quien traía un lindo parche de ositos en su nariz para cubrir el gran hematoma que se le iba a formar después de aquella golpiza que le dieron. Su piel pálida y sus labios algo rojizos contrastaban a la perfección, mientras que su flequillo caía por su frente y aquellos lunares... ¡Maldición!, «era jodidamente hermoso» pensó TaeHyung mientras lo observaba, ya sin ninguna disimulación.
— Pareciera que te lo fueras a comer con la mirada.— Le dijo su compañero de banco, YoonGi, quien por cierto era su amigo y el amor unilateral de HoSeok.
— Shh, déjame apreciar el arte en silencio.— Y fue ahí donde TaeHyung quiso que la tierra se partiera en dos y lo tragase, ¿cómo podía ser tan bocón?.— Espera... Digo...— Habló nervioso.— Mira cuánto ha escrito el maestro. — Dijo desviando su mirada hacia el pizarrón, una sonrisa se escapó de los labios del chico de ojos felinos.
— Tan tierno como siempre, Tae.— Murmuró esperando que él mencionado no lo escuchase, era realmente estúpido y doloroso tener esos molestos sentimientos en su interior, por el hecho que él chico de ojos felinos sabía que sus sentimientos jamás serían correspondidos.
— ¡Yah, YoonGi mira eso!— Apuntó el pizarrón donde habían unas fórmulas anotadas.— Pensé que matemáticas se trataba de números, no de letras.
Una carcajada se zafó de los labios del más pálido, provoTaeHyungcando que la mirada del salón recayese en él, acaso, ¿Min YoonGi había reído?. Miradas de asombro y a la vez intriga se posaban sobre él, provocando que aquella curva que se posaba sobre sus labios se volviese nuevamente en una línea recta.
Todos volvieron a mirar hacia a delante o más bien a platicar con sus amigos y compañeros de banca. TaeHyung relamió sus labios secos mientras apoyaba su cabeza en su mano, mirando detenidamente a su amigo. Éste también era buen mozo, sin embargo no provocaba los mismo sentimientos que él menor de los Jeon, que estaba sentando al otro lado del salón.
Un suspiro pesado se zafó de sus labios, ¿es qué acaso gustaba de Jeon jeongguk?. De seguro no, aquel malestar que estaba sintiendo era como un resfriado combinado con algo más, algo incapaz de ser descifrado por el castaño o quizás ya fue descifrado y el temor no lo dejaba aceptar la realidad.
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