Así fue #1©

Capítulo 4. La Busqueda

El tiempo fue pasando, día tras día, hasta que logre completar el plazo de la sentencia sin ningún tipo de problema.

Ahora ya podré hacer lo que quería desde un principio, todo este tiempo me sirvió para poder ahorrar algo de dinero.

En cierta forma estoy feliz de que esto fue así, por que si no, hubiera ido a parar a una ciudad desconocida sin dinero y sin un lugar donde poder llegar a descansar.

Pero ahora todo es diferente.

La ciudad más cercana, pero la más difícil a la vez, es nueva York, decidí empezar por ahí.

No perdí ni un segundo más y me fui directo a la estación de buses donde suelen salir hacia ese lugar.

Llegué justo a tiempo, el último bus del día ya estaba por salir, sólo faltaban unos minutos para que lo hiciera, conseguí mi boleto y me subí en él.

***

Ya paso más de una hora desde que salimos de Pensilvania, ahora sólo se visualizan las millones de estrellas que se encuentran en el cielo está linda noche, y eso es todo lo que ilumina nuestro camino.

Hasta este momento no había prestado atención a la velocidad que estábamos yendo, no sabía la velocidad con exactitud, pero estábamos yendo más rápido de lo normal, y esto me puso algo nervioso.

Traté de tranquilizarme, sólo pensaba en las cosas buenas que eso podría traer, bueno, lo único sería que así llegaríamos más rápido hasta nueva York, y me repetía eso una y otra vez.

Mirar hacia las estrellas también me ayudó a tranquilizar estos nervios que los traía de punta, pero otra luz brillante llamó más mi atención.

Esta no era una estrella, eran las luces de otra movilidad que venía del sentido contrario y que se hacía llegar hasta mis ojos.

Algo dentro mío sabía lo que significaba, pero mi cuerpo se rehusó a hacer o decir algo hasta que pasó.

Era un camión que se dirigía hacia nosotros, y al parecer no tenía la intención de esquivarnos.

Y fue cuando sentí el golpe, lleve mis manos hacia adelante lo más rápido que pude, y las coloque en la barra de seguridad que había delante de cada asiento, y vi como todo se empezaba a salir de su lugar, incluyendo a las demás personas que estaban de viaje esa noche.

Las cosas volaban por todas partes, los cristales se rompían en mil pedazos y yo sólo trataba de protegerme hasta que algo golpeó mi cabeza con mucha fuerza e hizo que quedará inconsciente al instante.

***

Todo esta oscuro, pero puedo escuchar algo, es el sonido de la máquina que controla el pulso del corazón, y poco a poco voy abriendo mis ojos. Y la imagen se va aclarando, estoy recostado en una cama de hospital con varios cables conectados a mi, y con la mano izquierda fracturada.

Entonces la vi, pero no pude reconocerla ese mismo instante, pero era ella, mi hermana menor, era Martha.

Ahora es doctora, y al parecer ella me salvó la vida.