*3*

1.5K 87 33
                                    

16 años.

16 años tenía Héctor cuando le entregó su cuerpo a Ernesto. Aún no lograba entender cómo fue que terminó cayendo en los encantos de De la Cruz.

¿Amor? Tal vez era eso.

Tal vez siempre fue eso.

Una noche, Ernesto y Héctor fueron a su casa después de tocar todo un día en la plaza, una pequeña casa de madera que, aún así, era muy acojedora.

Entraron y empezaron a conversar en la sala de estar de la casa, hablaban de cosas triviales, sin importancia aparente.

Ya entrando en confianza, Ernesto decidió sacar algo de mezcal que había conseguido por ahí. Después de algunos tragos Ernesto empezó a coquetear con Héctor; le lanzaba pirópos, lo miraba de pies a cabeza y a veces se le acerca, obviamente, deseoso de los labios del menor.

-Te vez muy hermoso Héctor, tan hermoso como siempre lo has sido.- Decía Ernesto seductor.

Héctor no entendía el porqué de sus palabras, supuso que sería solo un efecto del alcohol así que lo dejó pasar y solo "le siguió la corriente".

-¿E-enserio? Pues, gracias, p-pero no deberías decirme cosas así, se puede malinterpretar.
-¿Y qué tal si lo malinterpretamos?~

Ernesto se acercaba poco a poco a Héctor; sonrisa traviesa y ojos lujuriosos portaba el mayor en sus ojos. Llego a haber tanta cercania que "espacio personal" era algo inexistente.

Se besaron, solo un beso, solo eso, y con eso bastó para que la tención de años se rompiera, para que la temperatura subiera, para que la llama se prendiera.

Se besaron, lo hicieron como nunca lo habían hecho, se esforzaron para que saliera bien, todo su amor estaba en él.

Amor

Lujúria

Pasión

Desesperación

Cariño

Tantos sentimientos
Tantas acciones
Tantas cosas
En un solo beso

Después se miraron, un silencio algo incómodo llenó la habitación ¿Qué hacer ahora? Parecia que Ernesto tenía la respuesta.

Le dió otro beso y luego comenzó a bajar, su mira era su cuello. Lo besó, lambió y mordisquió causando sacarle suspiros a Héctor.

-Ah, Ernesto~

Al escuchar el primer gemido Ernesto se detubo y volteó a ver a Héctor sorprendido, el mencionado se tapó su boca con temor. Para su suerte la expresión de Ernesto cambió...pero una mas coqueta.

-¡Ay ya ay, mi amor!

Ahora sus movimientos eran mas rápidos, con desespero le desprendió la camisa al menor y lo acostó en el sofá.

Bajo más hasta llegar al pezón izquierdo, empezo a succionarlo, moderlo y lamerlo. Héctor gemía de placer al sentir la boca en esa zona.

-Mmmm, E-ernesto~ Ah~

Ernesto pasó al otro pezón, repitiendo los mismos movimientos mientras metía las manos en el pantalón de Héctor tocaba los glúteos del menor. cuando creyó que ya era suficiente bajó hasta el pantalón de el menor, donde una erección ya era notoria.

Al sentir la presencia de Ernesto en esa zona, Héctor lo alejó un poco y se enderezó, se miraba muy apenado y sonrojado.

-E-ernesto, espera, n-no deberíamos.
-Héctor, mira, si ma vas a venir con lo moral dejame decirte que no me importa...
-Ah, n-no, solo...¿Por qué?
-¿Eh?
-¿Por qué estamos haciendo esto? Digo, no somos pareja, n-ni sentimos amor uno del otro ¿O si?.- Héctor miró a Ernesto, este le dió una mirada algo molesta, él solo se limitó a suspirar pero después, ya con su mirada algo mas calmada habló.
-Em, Héctor, yo creí que con el beso se había aclarado todo.- Dijo Ernesto dandole una sonrisa a Héctor, el mencinado se sonrojó y se acercó algo nervioso a Ernesto.

-Entonces tu, me...me amas.
-Con todo mi corazón

E

rnesto nunca había hablado tan encerio en su vida y Héctor lo supo, por su mirada, por el tono de sus palabras, por el beso que se estaban dando.

-Héctor...
-¿Si?
-Tu me amas.
-Si, si lo hago, te amo Ernesto.


Una noche oscura, con las estrellas brillando como todas las noches, en un pueblo algo común, en una casa normal, acababa de pasar algo extraordinario.

Héctor Rivera y Ernesto De la Cruz había descubierto, por primera vez, lo que era el amor verdadero.

Bueno, ya saben lo que sucedió, fueron a su habitación, y después de varios toqueteos y besos hicieron el amor y al terminar durmieron juntos.

Ahora ya era temprano, Héctor se había levantado mas temprano que Ernesto, como parecía que Ernesto no despertaría Héctor decidió tomar su guitarra y tocar, claro, tonadas suaves.

-¿Qué tocas mi amor?

Ernesto se había despertado y sorprendío al menor tocando, Héctor se sorpremdió un poco pero después le dedicó una cálida sonrisa.

-Ah, nada, solo invento.
-Parecea muy inspirado.
-Tu siempre me inspiras.

Héctor comenzó a tocar mientras Ernesto lo observaba, le encantaba verlo tocar, siempre que Héctor tocaba le aparecía un brillo en los ojos y una sonrisa en su rostro. Eso fue una de las cosas que lo enamoró.

-Besame, besame mucho, como si fuera esta noche la última vez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Besame, besame mucho, como si fuera esta noche la última vez. Besame, besame mucho, que tengo miedo a perderte, perderte después.

Héctor cantó, estaba sonrojado y tenía una sonrisa algo tonta. Ernesto se acercó y lo abrazó por la espalda totalmente feliz.

-...Wow, ¿Qué fue eso?
-Jeje, te dije que me inspirabas.
-¿Tu escribiste esa canción para mi?
-Ah, si, bueno, de hecho me la acabo de inventar.- Héctor sacudió la cabeza algo apenado.- pero la canté pensando en ti, salió con amor desde el fondo de mi corazón.
-Es hermosa mi cielo, esa podría ser nuestra canción.
-No, es nuestra canción.

Y finalmente se besaron, no cabe duda, ellos se amaban.

Definitivamente eso era amor.

》El mundo es mi familia《 [Coco Yaoi] CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora