La alarma hizo que me despertara de golpe, eso me hizo enojar. Otro día con la misma rutina de siempre, estaba odiando mucho el clima, siempre estaba nublado y para mí es como un día triste.
Examine todo a mi alrededor, la habitación estaba oscura ya que no habían incidíos de que el sol saliera esta mañana; por otro parte Justin se encontraba durmiendo plácidamente a mi lado como un bebé. Podría quedarme a mirarlo por horas y nunca aburrirme.
Apague la alarma y me levante de la cama intentando no hacer mucho movimiento para que Justin no se despertara, talle mis ojos y me pare frente al espejo; me observe con cautela y después volví mi mirada a Justin pero esta vez por el reflejo del espejo. Si tan solo las personas imaginaran lo mucho que lo amo tal vez nunca dejarían de creer en el amor.
Salí de la habitación y me dirigí a la de mis hijos, gire lentamente la perilla y me adentre en otro oscuro dormitorio.
-Abril despierta cariño, es hora de ir a la escuela. – dije acercándome a su cama. Ella abrió lentamente sus ojos y solo asintió con la cabeza.
- ¿Y Alexis? – pregunto ella. Voltee a ver a la otra cama y el seguía durmiendo.
- Hoy es el día en que Alexis va al trabajo con tu papá. – explique a mi hija mientras ella hacia una mueca de disgusto. Reí por lo bajo.
- ¿Y yo cuando iré mami? – dijo ella con el ceño fruncido.
- Si te portas bien tal vez te toque a ti mañana. Por ahora vístete y baja a desayunar, ¿ok? – dije con media sonrisa y ella asintió feliz.
Deje a Abril en la habitación y me dispuse a hacer el desayuno. Después serví una porción para cada uno y las deje en la encimera. Primero bajo Abril, camino hasta mí con un cepillo y algunos moñitos, la observe y estaba completamente despeinada; eso hizo que comenzara a reír. Me acerque a ella y cepille su cabello y posteriormente reuní su cabello con dos moñitos.
Mire la hora en mi celular; ya debíamos irnos, Justin ni Alexis bajaban a desayunar pero se nos haría tarde. Agarre la mochila de mi hija y las llaves de mi auto y salimos de la casa sin hacer mucho ruido. No tardamos mucho tiempo en llegar al colegio, estacione el auto y ambas bajamos de él.
-¿Por qué te bajas mami? – preguntó Abril mientras se colocaba su mochila en la espalda. La mire y solo me dispuse a ponerle la alarma al auto.
- Hablaré con la psicóloga para que deje de molestarte. – le dije.
- ¿Y lo hará? – pregunto mi hija con asombro.
- Por supuesto mi amor, yo me encargo de ella. Mientras ve a tus clases y nos vemos al rato. – Abril asintió con la cabeza. Le di un beso en la frente y ella se fue corriendo hacia la puerta del colegio.
Camine hacia el mismo lugar por donde se había ido mi hija, a los pocos segundos ya me encontraba dentro del lugar. Busqué con la mirada la puerta que dijera "Psicóloga" o algo así hasta que una mujer alta y voluptuosa con cabello rubio se paró frente a mí.
-¿Qué es lo que busca? – pregunto con una ceja levantada. Tenía la sensación de conocerla de algún lado.
-A la Psicóloga. – respondí secamente.
- La has encontrado. – sonrió burlonamente y abrió la puerta que estaba justo detrás de mí. Me quise golpear contra la pared cuando leí "Psicología" con letras muy grandes.
Seguí a la mujer y ella cerró la puerta detrás de nosotras, susurró que tomara asiento y lo hice. Comenzó a buscar algunos papeles en una gran carpeta y después me dio una sonrisa.
-¿Y bien? ¿Cuál es el motivo de su inesperada visita? – preguntó la muy descarada.
- Quisiera saber cuál es su problema con mis hijos y mi familia. – resalte la última palabra.
- No tengo ningún problema con tu familia Amber Lancaster. – dijo ella.
- Mira pedazo de mierda, no sé porque te la pasas diciéndole a mis hijos cosas acerca de sus padres. Es algo que a ti no te incumbe. Si tanto quieres saber o sugerir sobre nosotros deberías preguntarnos. Te juro que si vuelves a acercarte a mi hija haré que te corran de este maldito colegio. – exploté. Estaba realmente furiosa.
La mujer me miraba con aburrimiento, incluso bostezo en algún momento mientras yo hablaba.
-Pediré una cita con tu esposo. Al parecer es muy difícil hablar con este tipo de gente. – dijo.
- Eres una maldita perra. – escupí con todo mi enojo y Salí de la oficina dando un portazo.
...
Por fin me encontraba de nuevo dentro del auto, estaba intentando tranquilizarme pero no podía. Esa maldita psicóloga no me daba buena espina y mucho menos cuando sé que está cerca de mis hijos. Tal vez solo estoy exagerando y no es nada. Sin más arranque el auto y comencé a conducir de regreso a casa.
7|wN

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UNIÓN ♡
FanfictionLos infieles se van al olvido, aunque a veces una unión no es suficiente. Una unión parece ser el fin de una historia pero...¿Lo será esta vez?