01.

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«¿Dónde estás?»

Se encontraba sentado en aquella mesa donde solía compartir los desayunos con su mujer, observando a su pequeño hijo de apenas 4 años quien corría por toda la casa mientras, brincaba, reía y hacia un gran escándalo. El rubio suspiro al no saber cómo calmar al pequeño mocoso que tenía tanta energía para dar.

Intensificó su mirada al notar como su hijo quien era la viva imagen de el, se detuvo observando un retrato, dirigió su mirada a donde la tenía clavada el pequeño rubio y la vio; un retrato de ellos tres. Su amada esposa, su hijo y el.

A duras penas se levantó para posicionarse a un lado del pequeño, el cual poso su cabeza en las piernas de su padre

— ¿Cuándo volverá mamá?— esa pregunta resonaba en su cabeza todos los malditos días desde que ella se fue.

Trago seco y solo se dedicó a acariciar con un poco de rudeza la rubia cabellera de su hijo, este lo miro esperando una respuesta mientras que Katsuki solo le dedicaba una media sonrisa algo torcida.

— ¿Quieres salir a dar un paseo?— el pequeño Bakugō asintió con emoción y una gran sonrisa.

Como siempre el rubio trataba de evadir aquel tema de conversación que tanto le dolía. Entendía que había cometido un error, entendía que lo dejara y se fuera pero ¿Porque dejar también a su hijo? Se reusaba a buscarla, así como también a preguntarle a aquel idiota sobre su paradero

— Mueve ese culo Kou, no tenemos todo el día.— si, un padre lindo, paciente y comprensivo.

Aquella bella chica aún sabiendo lo testarudo y nada delicado que es como hijo, esposo y padre, aún con todo y eso dejo a su amado hijo a cuidado de su esposo y se fue. Los abandono, por lo menos de esa manera es como Katsuki lo interpretaba, los había abandonado por completo.

Se dirigieron al mismo parque de siempre ¿Porque? Por la sencilla razón de que no sería el único ahí soportando los gritos y chillidos de cada mocoso que frecuentaban ese lugar, su mejor amigo Kirishima también se encontraba ahí con su quería hija Tomomi una linda y carismática niña pelirosa con lindos ojos rubí.

A lo lejos logro divisarlos, levantando una mano con un saludo algo torpe y como siempre una mala cara, el pequeño rubio corrió hacia donde se encontraba su amiga para así tomarse de las manos y jugar por el lugar

— Hace algunos días que no te veia ¿Cómo has estado?.— Kirishima estaba consciente de la situación que atravesaba aquel rubio, no era de hablar mucho sobre el tema pero aún así no evitaba preocuparse.

— ¿Que dices? Estoy perfectamente ¿Cómo se encuentran tú y Ashido?— inconscientemente luego de que su mujer lo abandonará solía preguntarle al pelirrojo sobre su relación.

Pues muy dentro de el, quería saber si su vida amorosa era la única hecha mierda o si todos los matrimonios pasaban por una pequeña separación así como en aquellos cuentos, en los que se separan y luego no pueden vivir uno sin el otro, y así, terminar juntos para toda la vida.

No, esto no era así, está historia era diferente.

Kirishima solo lo observó seriamente esperando a que el contestará su pregunta con sinceridad, el rubio no apartaba los ojos de su pequeño hijo, quien jugaba alegremente con la pelirosa. Luego de unos segundos suspiró con fastidio y pesadez

ʙᴀᴋᴜɢᴏ ᴋᴀᴛꜱᴜᴋɪ  •  𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓽𝓸 𝓔𝓷𝓬𝓸𝓷𝓽𝓻𝓪𝓻𝓽𝓮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora