Fue un absurdo error el que recuerda haber cometido, deseaba retroceder el tiempo y solucionar lo ocurrido. A pesar del tiempo no se cansaría y nada le impediría buscar a la mujer que ama y remediarlo todo con tal de amarla para siempre. Así, como j...
El pequeño Kou ya había perdido la cuenta de cuántas veces su padre había estado maldiciendo, si el encuentro con el bicolor le molestaba, el siguiente le molestaba aún más.
No solo por el hecho de estar mucho más retirado y el viaje sería más largo, sino que le recordaba a los malos momentos que vivió por su culpa, era aquel chico el que hizo a Bakugō darse cuenta que habían personas más fuertes, el que lo había retado a superarlo, y hacerle entender que no era el único con aspiraciones a ser el mejor héroe.
Y además eso, era el mejor amigo de su mujer.
— Maldito seas Deku— otra maldición más. Mientas miraba por la ventana del metro, el niño sonreía debido a que a diferencia de su padre a él le agradaba el tío Izuku y la tía Ochaco.
Pero su sonrisa se borró al recordar el porque iban a aquel lugar
— Papá— susurro interrumpiendo los "maldito nerd" que Katsuki repetía una y otra vez.
El rubio mayor Lo observó con el ceño fruncido, pero al veer la expresión de su hijo se relajo. Sabía lo que ocurría pero quería darle tiempo, quería que fuera Kou quien le hablara sobre el tema.
— ¿Está mal? Siento que ya no recuerdo a mamá. La extraño mucho— el pequeño rubio contenía con todas sus fuerzas las lágrimas.
Odiaba llorar y aunque se tratase de su madre no haría la excepción. Katsuki suspiro, le dolía ver a su hijo en ese estado y no saber qué hacer para hacerlo sentir mejor. No podía animarlo comprándole lo que quisiera, ni dándole todo el dulce del mundo, porque lo que su hijo necesitaba era a su madre.
— ¿Quieres llorar? No me molestaria que llores Kou, entiendo cómo te sientes pero todo está bien prometo que la encontraremos ¿Si? Puedes llorar si la extrañas— comento Katsuki con compasión.
El niño negó rápidamente reprimiendo con fuerza sus ganas de llorar, no lo haría, no en ese momento. Su padre nuevamente frunció el ceño ¿Así se veía el cuando era joven y testarudo?.
Iba a abrazar a su hijo cuando esté lo interrumpió
— ¡No lloraré, yo quiero llorar cuando la encontremos!— pequeñas chispas salían de sus diminutas manos, su peculiaridad se había desarrollado en ese momento tardo un poco más de lo normal.
Aún así sorprendió al rubio mayor quien miro con alegría y orgullo a su hijo viendo cómo tenía el mismo Quirk que el, pero los alagos los dejaría para después, sabía que no era el momento
— Quiero llorar pero de felicidad por encontrarla, porque si lloramos de felicidad no nos hace débiles ¿Verdad papá?
Katsuki se impresionó un poco, trago seco al saber cómo su hijo había escuchado aquella conversación con su mujer. Se sintió mal al saber cómo el tenía más influencia sobre el infante que su quería esposa.
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