ʙᴀᴋᴜɢᴏ ᴋᴀᴛꜱᴜᴋɪ • 𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓽𝓸 𝓔𝓷𝓬𝓸𝓷𝓽𝓻𝓪𝓻𝓽𝓮.

03.

«Error»

Dos malditos años y medio desde su partida aun esperando su regresó, dos años y medio criando solo a su hijo quien la extrañaba tanto como el. Dos años y medio de miseria y dolor, tanto tiempo esperando por ella, ya no aguantaba, sentía que estaba al borde de la locura.

Joder, la extrañaba.

Nuevamente la casa era un desastre, los muebles volteados, algunos cristales rotos, sus manos heridas debido a los golpes constantes en las paredes, aún no se atrevía a explotar la casa, además, solo se descontrolaba cuando su pequeño hijo de ya 6 años se encontraba en clases.

Se negaba a perder la compostura frente al infante así que la única manera de desahogar el dolor y la ira, era en los momentos que se encontraba solo. Miro la hora y sabía que debía acomodar todo nuevamente para que Kou no se preocupara al llegar, soltó un fuerte suspiro, ya estaba agotado. El estar sin ella lo agotaba

Comenzó a acomodar todo el desorden para esperar la llegada de su hijo y así recibirlo con una sonrisa, como solía hacerlo todos los días. No permitiría que el pequeño Bakugō observará de esa manera tan débil y quebrado, necesitaban ser fuerte por el.

Pasaron al rededor de 30 minutos para que la casa quedará complemente impecable, como si todo se encontrará a la perfección, escucha como tocan la puerta y justo a tiempo Ashido se encontraba con su hijo tomada de manos. Ultimamente debido al tiempo y a las circunstancias que se le presentaban al rubio como héroe, Ashido y Kirishima habían acordado ayudarlo con el pequeño.

— Gracias Mina, ven Kou, vamos a preparar la cena.— la chica rosa solo le sonrió débilmente despidiéndose con su mano.

Era difícil hablar con Katsuki luego de que (T/N) se fuera. Tras cerrar la puerta el Bakugō menor busco asiento con una expresión algo apagada

— ¿Todo está bien Kou? ¿Pasó algo en la escuela?

El pequeño y apenas negó sin decir una palabra, luego de unos segundos levantó la mirada

Esa mirada que atravesaba el pecho de su padre, la mirada que le decía lo mucho que la extrañaba

— Mamá nunca volverá ¿No papá?— los ojos rubí del pequeño carecían de brillo, odiaba llorar, desde que su madre se fue no soltaba ni una sola lágrima, algo más tenía que haber sacado de su padre además de su físico.

Ya Katsuki no sabía que responder, pues cada día que pasaba era menos la probabilidad de que ella volviera.

— ¿Quieres intentar buscarla de nuevo? Ya hoy era tu último día de clases ¿No?— la única manera que tenía Bakugou para animar a su hijo era intentar nuevamente ir en buscar a su madre.

Tenía algunas ideas en mente de quienes podrían saber su paradero, pero por desgracia no le agradaba ninguna de las personas a las que tendría que visitar.

Suspiro pensando a dónde podrían ir primero. Así que decidió salir primero de lo más complicado, y hacer su primera parada en casa de aquella persona.

El temor lo inundó por un momento, preguntandose ¿Y si estaba con el? ¿Y si había correspondido a sus sentimientos?. Miro a su hijo quien estaba en total depresión, así que solo maldijo para si mismo y decidió volver a dejar su orgullo para buscarla en aquellos lugares que había querido evitar.

— Creo saber dónde pueden darnos información de mamá. No te deprimas ¿Si?— se agachó a la altura de su hijo quien le dedicó una leve sonrisa dándole esperanzas al rubio mayor de seguir adelante.