Ambos niños entraron a la casa, no sin antes tomarse fuertemente de las manos.
Jack solo sonreía mientras los escoltaba a la vieja habitación de su hija, y de vez en cuando talareaba alguna canción infantil.
~JACK~ ese era su nombre, un perfecto nombre para un psicopata, pensó YoonGi.
La habitación era espaciosa, pintada de un leve color rosa que combinaba a la perfección con los muebles blancos. En medio de esta estaba la cama, y sobre ella estaba sentada la rubia muñeca.
Ambos se llevaron un susto al entrar, la mirada de aquel juguete era tan espeluznante, apesar de solo tener unas cuencas vacías.
—Esta es rose— dijo Jack —la muñeca favorita de mi Lisa.
Jimin aún estaba estupefacto, pero aún así hizo el esfuerzo de mirar al hombre con una trabajada sonrisita chueca.
—E-es m-mu-muy bonita ¿Verdad hyung?
El aludido asintió —Seguro que lo es.
Jack puso el juguete a descansar sobre una mesa en dónde tenía diferentes materiales y repuestos, y con toda normalidad tomó al menor por la cintura y lo sentó a su lado.
—Bien, quiero que en cada cuenca llegues a ese agujero pequeñito y jales unas pequeñas palanquitas ¿Podrás?
—Claro.
Jack dejó el juguete en manos de Jimin, quien dejaba a la vista su pequeña lenguita como muestra de concentración.
Se centró entonces en los rasgos del menor, observando cada uno de ellos con discreción, hasta que llevaba morder su labio inferior en cuanto bajaba su vista por las caderas y llegaba a ese abultado traserito.
—¡Listo! Ya está.— Dijo Jimin. El hombre levantó la mirada tan veloz como un puma topándose por sólo coincidencia con el mismísimo rubio fulminandole con la mirada. Hizo una mueca de indiferencia y luego de desentendido y rápidamente volvió su mirada al rostro del pequeño castaño.
—Eres un prodigio chimchim. Muchas gracias.
—De nada, fue muy sencillo. Pero aún faltan los ojos ¿No señor?
—Oh... Tienes mucha razón, eres muy inteligente. Veamos... están en el estante de la cocina, es el segundo cajón, quizá tu hyung pueda ir por ellos. ¿Le preguntas?
—Si! Vamos hyung, por favor.
El rubio bufó ¿Hasta cuando estaría allí? Este hombre se tramaba algo, era obvio, pero es que Jimin no podía entenderlo. Sin nada más que insultar YoonGi salió de la habitación, pateando levemente la puerta para abirla.
—Bien, solo tendremos que esperar un poco...
—Asi es Jack Jack.— contestó Jimin con entuciasmo —¿Como son sus ojos? ¿Son azules? ¿Son tan grandes como los de la muñeca de mami?— la voz del niño claramente dio un cambio, y a pesar de ser el viejo un simple beta llegó a la obvia conclusión de que se había ganado su confianza. Osea, un gran paso.
—Oh, así es, Jimin, grandes y hermosos como los tuyos, despues de todo tu eres también el muñeco de tu mamá ¿me equivoco!
—¡Wow! ¡Como supo!
Ambos rieron. Y ahora Jimin definitivamente recobraba aquella confianza con Jack. Es decir, era muy divertido arreglar una muñeca con él, podría ser un poco gritón y osado, pero aún así no dudaría en ir y ayudarle siempre que fuera posible.
Y que su madre estubiera consiente, claro.— Jimin...
—¿Si?
—Hueles como Lisa... dulce...— Suspiró Jack acercándose a su cuello —Me gusta...
Jimin no supo que contestar en ese momento. solo llegó decir un tímido "gracias"
•••
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Dolls 《En proceso》
Fiksi Penggemar"Juguemos a cortarnos la cabeza!" "¡Yo quiero tus brazos!" "Prestame tus ojos, muñeco!" "No, Damelos a mi!"