Capítulo 2.

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— ¿Camila, dónde demonios estás maldita estúpida? — Oí a lo lejos la voz de mi mejor amiga Dinah, quién había contratado hace tiempo para que sea algo así como mi asistente personal, socia y mano derecha de todo lo que me pertenecía comercialmente.

— ¿Acaso te acuestas con tu queridísima amiga también que tiene que tener la maldita llave de tu habitación? — Susurró Lauren haciendome rodar los ojos.

— Levantate rápido y métete al armario. —

— Salí de el a los quince años, no volveré de nuevo a Narnia. —

— Lauren, metete al jodido closet carajo. — A regañadientes se levantó dirigiéndose a donde le había indicado a la vez que yo tomaba un corpiño deportivo junto a unos boxers de este para colocarmelos y partir hacia la sala, encontrando a mi amiga con la bata de Lauren en sus manos mientras que la observaba con sumo detalle.-Uhm, hey... - Aclaré mi garganta acomodando mi cabello hacia un lado.

— No pierdes el tiempo eh. — Soltó unas carcajadas a las cuales me uní sólo para seguirle el juego.— ¿Está en tu habitación? Iba a preguntarte porque estabas tardando pero creo que ya sé la respuesta.—

— Yo creo que me has atrapado, qué puedo decir. — Me encogí de hombros intentando disimular el momento.

— Es muy parecida a la que le obsequie a Lauren... — Nos quedamos calladas ambas hasta que me miró con los ojos entrecerrados. — ¿Acaso te acostaste con Veronica de nuevo? ¡Ella tiene la misma maldita prenda! — Exclamó riendo y corrió hasta la habitación. — ¡Verónica sal ya, las he atrapado! —

— ¿Dinah que haces? Calmate. — Dije notando como comenzaba a buscarla por debajo de la cama y otros rincones de la habitación en donde podría esconderse, sentí mi corazón latir con fuerza al ver como abría las puertas del armario pero para mi sorpresa, Lauren ya no se encontraba allí. Dinah, levantó una de sus cejas y partió hacia el baño seguida por mi.

— Tenía la esperanza de encontrarla y extorsionarla para que me regalara conjuntos de Victoria's Secret. — Hizo un puchero lanzándome la bata por la cabeza al no ver a dicha chica en el baño.— En fin, date una ducha porque se te siente el olor a sexo desde aquí y baja ya mismo para el lobby del hotel, vas tarde para el tema del marketing. — Asentí con rapidez antes de que se diese vuelta para irse. Al escuchar nuevamente la puerta cerrarse un suspiro de alivio se escapó de mis labios, haciendo que estuviese más tranquila.

— Creo que eso estuvo cerca. — Frote mi cara con ambas manos mientras que caminaba hacia el baño, entré a la ducha obligándome a nuevamente abrir el grifo luego de haberme sujetado el cabello con una liga para comenzar a fregarme con bajón sólo el cuerpo, quite de mi la ropa que recién me había puesto para terminar tirandola a un rincón preguntándome dónde se había metido la ojiverde para desaparecer en menos de un minuto.

Tiempo después me encontraba saliendo del ascensor caminando a paso firme por el lobby esperando encontrar a mi mejor amiga, la cual apareció de inmediato por uno de mis costados observando con detalle nuestra agenda de tareas.

Locura Compartida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora