Capitulo 3. Nuevo poder, y crónica de una tragedia.

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Aquello estaba lleno de vampiros. Todos tenían una caravana. Bueno, iban en grupos de dos, tres, cuatro y hasta siete vampiros en cada caso. Eiden me ofreció ir en la suya, en la que estaban él y su hermana de unos diecisiete años. Era una chica bastante maja. Y pronto se convirtió en mi amiga. Pasé unos dos días sin salir de allí porque había una alerta de cazadores de vampiros por toda la ciudad y parecía ser que ya se habían ido. Yo me miraba al espejo. Cada vez era más distinta.

-        - -El proceso de transformación a vampiro tarda unas 2 semanas. El pelo se te hace más oscuro, en tu caso se te hará negro- me explicaba Anira, la hermana de Eiden- si fueras rubia se te pondría castaño. La vista te mejorará y sobre todo por la noche. La luz de la luna nos da fuerzas y ventajas. Y lo mas importante; bebe sangre siempre que puedas.

El día anterior había probado mi primer bocado de sangre. No sabía que estuviera tan buena.

Anira tenía razón. Llevaba el pelo casi negro y estaba blanca. Mis colmillos eran superafilados.

Eiden decidió acompañarme a dar un paseo por la ciudad antes de dejarla. Los vampiros siempre están en movimiento, no tienen patria. Lo curioso, es que Eiden decía que yo era una vampira especial. Notaba en mis ojos que tenía algún poder más que el grupo no tenía. Y lo descubrimos esa misma mañana. Después de haber tomado un café en Starbucks (por cierto, íbamos por la calle camuflados, con gafas de sol y demás), fuimos a lo que era la tienda de mi padre. Ahora estaba llena de cordones policiales. Como no había nadie, nos colamos. Cuando vi el mostrador, tuve como un visón.

“Estaba celebrando con mi novio y mis amigos nuestra graduación en la universidad. Ahora teníamos la carrera musical. Montamos una fiesta con toda la clase.

-         --Venga Aira, solo un traguito- me ofrecía mi novio- te alegrará la noche…

-        -- Y te fastidiará el día siguiente. Yo soy súper sana, nunca tomo de eso.

Después de una larga fiesta, ayudaba a mi novio, borracho, a ir a casa. Se sentó en el borde de la acera porque le dolía la cabeza. Justo cerca estaba la tienda de mi padre. Me felicitó por mi graduado. Cuando fui a por agua, oí disparos y mi mente se quedó en blanco”

        -¿Qué te pasa? ¡Me has asustado! – Se preocupaba Eiden- Estabas empanada…

       - Eiden, he tenido como un sueño. No, he visto algo que pasó de verdad.- Y le conté lo que vi.

     -Guau, Aira, no todos los vampiros son tan privilegiados de tener ese poder. – empezó a explicar Eiden- Son visiones. Cuando ves un objeto o un lugar que era muy familiar para ti de antes de ser vampira, tienes la visión con algo que pasó con ese objeto o lugar. Eso te ayudará a averiguar tu pasado.

       - Podríamos visitar lo que era mi casa- dije y pensé- pero ¿cual es mi casa? Solo sé que la compartía con mi novio…

        - Yo lo sé, lo estuve controlando mientras estabas ingresada.

Fuimos. Era una finca vieja, sin ascensor. Subimos al último piso. La puerta se abrió sola, sin necesidad de llave. Y el piso estaba vacío. Lo curioso, es que solo había dos cosas: una guitarra y una libreta. Y por suerte, tuve otra visión.

“Estaba yo tocando la guitarra, y bastante bien, con la libreta abierta. Yo leía de la libreta y cantaba.

-         Ojos cansados de llorar,

          Voz cansada de gritar,

           Sueños rotos,

         Labios solos,

          Mente cansada de pensar,

          Cansada de soñar.

     Boca cansada de pedir verdad,

    Manos cansadas de soledad.

Arriba la libertad”

Después de esa visión, empecé a llorar. Cantaba bien. Pero, lo que me emocionó fue la letra. Rápidamente cogí la guitarra y la libreta. Empecé a ojear esta última. Lo primero que ponía era “canciones compuestas por Aira” Pasé hojas, y hojas. Todas escritas.

-        -- Estos días he instalado un armario más en mi caravana. Porque la ropa que llevas es mía, aunque no te sienta mal…- me cortó Eiden- Siento no haberte dejado la del armario de Anira, pero eso es algo muy personal para ella… Ella se va de compras ahora a las 13:00. Si quieres, puedes ir.

-      --   Suena bien.- le dije – No se como me hubiera protegido sin vosotros. Quizá ya hubiera muerto.

Le día un beso en la mejilla y me llevó al centro comercial, donde me esperaba Anira.

Me compré mucha ropa, de invierno y verano. ¡Llené el armario de la caravana!

Era de noche. Eiden , Anira y yo tomamos un tentempié de sangre antes de regresar a la base. Nosotras subimos a la caravana y Eiden se quedo observando fuera.

-      --   ¿Qué pasa tete? – le dijo Anira- oh, no…

Eiden se subió enseguida a la caravana, mientras Anira estaba preparada para conducir. Pisó demasiado el acelerador.

-         --¡Nos vamos a matar! ¡Ve más despacio!- le rogué.

-        -- Si voy mas despacio también nos mataran…-dijo- ¡Cazadores!

Llegamos a la base con la caravana, y estaba rodeada de coches, todos iguales, con el símbolo de una estaca. La caravana no se dirigía hacia la base, sino que continuaba en carretera. Nos perseguían. Y Eiden lloraba.

-     --    Los han matado a todos…Solo quedamos nosotros. Debemos huir, lo mas lejos posible

Anira no llevaba rumbo, simplemente, seguía hacia delante. Condujo durante toda la noche. Llegamos a una gasolinera, donde descansamos. Ya hacia muchas horas que habíamos salido de la ciudad de Tokio. Estábamos muy tranquilos tomando café. De repente, en la gasolinera, entro un tipo muy raro. Vestía de negro, sus dientes eran de oro sucio y llevaba colgantes de cruz por doquier. Se acercó a nuestra mesa. Y ocurrió la desgracia.

-       --  Creíais habernos perdido…vampiritos…- dijo mientras cogía a Anira.

Se la llevó a un rincón, fuera de la gasolinera. Eiden y yo, fuimos corriendo tras él.

-         --Eh, suelta a mi hermanita- decía Eiden.

Era un cazador de vampiros. Y no prestaba atención a los gritos de Eiden. Sacó una estaca y…adiós Anira. Él y yo decidimos huir. La gasolinera estaba al lado del puerto de Tokio. Por suerte, en un crucero estaban subiendo coches. Quisimos colarnos con la caravana, pero nos pillaron. Eiden no llevaba dinero. Pero el guardia estaba de buen humor. Nos ofreció viajar en él hasta California a cambio de que Eiden y yo fuéramos empleados del crucero. Nuestra faena sería servir comida, limpiar el barco, hacer comida…Y aceptamos. Subimos y enseguida el barco zarpó. Nos habíamos librado de morir. Claramente, lloramos la perdida de Anira.

Nos dieron una habitación para empleados, pero solo había una, porque había muchos trabajadores, porque era época de vacaciones y había mucho que hacer. Así que Eiden y yo tuvimos que compartir habitación.

Seikatsu Vampira [#Wattys2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora