Capítulo 2. Mi vida ha cambiado.

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La mano me cogió. Me llevo hasta la ventana y me sacó por ella. M e tapé los ojos, pensaba que me iba a caer. Unos segundos después los abrí y…estaba volando. Sí, estaba volando. Me puse a chillar. Y creía estar en un sueño o una pesadilla.

-        -- Debes de tener mas cuidado, los cazadores de vampiros se infiltran en todas partes…un vampiro nunca debe pisar un hospital. Para eso están los hospitales escondidos para vampiros.

Era una voz masculina. Miré la mano y conducía al cuerpo de un chico. Estaba volando mientras me sujetaba. Tenía un aire misterioso y a la vez, tierno. Tenía el pelo color caoba, y llevaba una chaqueta negra, unos vaqueros y unas zapatillas. Lo que me asombraba era que era blanco, y tenia colmillos como yo. De repente, me soltó, y empecé a chillar hasta que me di cuenta de que no me caía, sino que volaba como él.

-         --Ven. Sígueme.

Le seguí y me escondió en un callejón de al lado del hospital. Tenía miedo.

-         --No te asustes, soy guardián de vampiros. Me llamo Eiden. ¡Por poco te descubren en el hospital! ¡Imagina como hubieras acabado….! Ah, se me olvidó. Bienvenida a la vida vampira.

-        -- ¿Vampira? Tú flipas, eso no existe…-respondí.

Me enseño sus colmillos, su blancura y me explicó que volábamos. De repente, miró fijamente a una paloma. Se abalanzó a ella, la mordió y le chupó la sangre. Era asqueroso.

-        -- Regla número uno: los vampiros se alimentan de sangre. Pueden comer cualquier cosa, pero aunque coman, sin sangre, se mueren. Sí, somos inmortales y solo se nos puede matar de dos maneras; de sed de sangre y clavando una estaca en nuestro corazón.

-         --¿A qué has venido? Me las apaño bien sola… Tengo que encontrar mi casa, pero no me acuerdo de nada…

-       --  Llevo días por aquí. Vi lo que te pasó.

-       --  Pues dímelo y acabemos pronto. Me quiero ir a casa y tenia un supuesto novio…

-       -- Regla número 2; un vampiro no tiene casa fija. Tiene que estar huyendo de los cazadores. Si te localizan, mal asunto. Poseen alta tecnología; pistolas que disparan estacas, agua bendita…etc.

-         --¿Dices que no puedo tener casa? ¿Qué pasó?

-       --  Vayamos al refugio vampiro y te lo explico todo.

Nos metimos en una caravana. Era bastante acogedora.

-       --  Esta es mi casa. Y también mi coche. Así no tengo casa fija, y a la vez si la tengo.

-        -- Y, ¿dices que en el refugio hay mas vampiros?-pregunté

-        -- Sí. Nos agrupamos todos los vampiros de la zona y nos cuidamos juntos. Es muy peligroso vivir solo cuando se es uno de ello. Por eso, yo y mi hermana nos dedicamos a buscar vampiros recién convertidos o vampiros novatos para que se vengan con nosotros. Es un ambiente muy familiar. Te sentirás como en casa. A veces, si nos localizan los cazadores, que también tienen sedes y asociaciones, cogemos las caravanas y huimos a otro lugar. Nos colamos en fábricas, bajos u hospitales abandonados.

-       --  ¿Me estas pidiendo que me una a vosotros?

-      --  No te lo pido, te lo ruego. Es lo mejor.

-         --Yo tengo una vida aquí y un apartamento. Pero, mi novio me acaba de dejar ahora, y se supone que el apartamento se lo queda él...pero supongo que tendré amigos o algo…

-      --   Mira, hasta que no nos localicen los cazadores, no nos iremos de este barrio. Tendrás tiempo de intentar averiguar cosas de tu pasado. Pero ándate con ojo y por la noche no vayas sin ningún vampiro que te acompañe.-Me respondió.

-     --    Pero ¿no dijiste que tú habías visto lo que me pasó?

-       --  Sí…pero poco.

-       --  Por favor, cuéntamelo.

-        -- Vale.

Eiden empezó a contarme lo ocurrido:

“Era un sábado por la noche. El grupo de vampiros quería cenar algo que no fuera sangre, así que fui con mi hermana a comprar algo de comer a un supermercado chiquitín. Me informé y resulta que esa tienda era de tus padres. Esa noche, estaba tu padre trabajando en ella, porque era un negocio de 24 horas. Entre a ver si había comida. Pero oí unos disparos y me escondí. Tu padre se agachó debajo de la caja y me dijo que llevara cuidado. Entraron unos tíos encapuchados con pasa montañas. Advirtieron de que era un atraco. Pero yo sabía que no lo era. Eran cazadores de Sunselly asociación, porque llevaban su símbolo colgando de un colgante. Sé que venían a buscarme. Y entonces entraste tú con tu supuesto novio. Os quedasteis boquiabiertos. No ibais bebidos ni nada. De repente, uno de los cazadores, te cogió y te puso una navaja en el cuello. Amenazó de matarte. Tu padre se dispuso a darle todo el dinero que había hecho ese día. Pero recibió un disparo en el pecho. Tú gritaste. Y el ladrón que te agarraba estaba a punto de rajarte y matarte…Sí, son muy violentos. Entonces, te pinchó con ella. Rápidamente huyeron. Tu novio se había desmayado. Te estabas desangrando y no tardarías en morir. Rápidamente, te mordí, para convertirte en vampira y que sobrevivieras. Y me miraste. Y desmayaste. Llamé a la policía y a la ambulancia. Tu padre murió. De tu madre no se sabe nada. Tu ex novio y tú fuisteis ingresados, pero él recibió el alta al día siguiente. Yo estuve vigilando a que te despertaras, para sacarte rápidamente del hospital y que ningún cazador te matase. La policía no ha dado con ellos.”

Lloré. Había sobrevivido gracias a él. Estaba al lado del chico que me salvó la vida. Increíble. Así que en ese momento, supe que era vampira de verdad, y que no era todo locura. Que iba a ser inmortal, iba a vivir para siempre, a no ser que me muriera de sed de sangre o me clavaran una estaca. Le día un beso en la mejilla y le di las gracias por salvarme. Sé que se puso rojo. Nos miramos. Nos reímos. Y callamos. Estuve mirando por la ventana de la caravana mientras él conducía. Silencio. Estornudé y manché la ventanilla de mocos.

-        -- Perdón, ya lo limpio yo- cogí un pañuelo y me puse a limpiarlo.

-      --   No, no pasa nada, aquí hay limpiacristales.- dijo mientras aparcó la caravana en una calle y echo un chorro de limpiacristales.

Estornudé otra vez porque el chorro me entro por la nariz y me salió un moco. El cogió un pañuelo y me limpió la nariz. Le sonreí. Me sonrió. Nos quedamos mirándonos. Y, en un arrebato, estábamos besándonos apasionadamente. Era de noche. La caravana estaba aparcada en una calle solitaria, y nadie pasaba. Se bajaron unas persianas que tenia la caravana en las ventanas. Nos desabrochamos el cinturón y fuimos al interior de la caravana. Nos tumbamos en la cama mientras nos besábamos. Le desabroche la chaqueta, y se la quité. Y después la camiseta. El me quito la bata de hospital que llevaba (no me había dado cuenta de que la llevaba con tanto jaleo). Le quite el pantalón y los dos lanzamos con los pies las zapatillas al aire. Me besaba el cuello. Y yo le mordía la oreja, delicadamente. Y, sentí como él estaba dentro de mí. Y más besos. Yo gemía, pero intentaba que no me oyera. Y nos dormimos.

A la mañana siguiente, no recordaba nada de lo sucedido por la noche. Pero, lo supe cuando me vi con Eiden desnudos en la cama. Me puse una camiseta que había en el armario de la caravana y mi ropa interior. Él seguía durmiendo. Y me puse unos pantalones y unas zapatillas que también había en el armario. Parecía un chico. Y de repente, Eiden se levantó preocupado.

-      --   Oh, no! Teníamos que haber dormido en el refugio… Madre mía, que peligro hemos corrido…

Enseguida se puso al volante y empezó a conducir. Y yo me puse en el asiento del copiloto. No hablamos de lo sucedido. De una calle, pasamos a recorrer una carretera con muchos descampados. A lo lejos, se veía una fábrica abandonada. Cuando llegamos a ella, entramos con la caravana en el parking. Había muchas de ellas, de diferentes tamaños. Aparcó y me dijo:

-         --Ya estamos. Aquí estaremos a salvo mientras no nos localicen.

Seikatsu Vampira [#Wattys2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora