Capítulo 5: "Quizá me guste un poquito"
Y como de costumbre Joey Carter se apodera de la habitación de invitados. A ver, no esperaba otro resultado, era más que predecible, pero estábamos enfadados, en medio de nuestra primera guerra mundial y no tenía la decencia de irse a dormir a su casa, parece que no tenga una, moveré la teoría de que en realidad es huérfano y las noches que no las pasa aquí, duerme debajo de un puente, lo cual tiene poco sentido porqué viste de marca, pero en fin, nunca puede uno saber en que piensa Carter, es un misterio andante. Finalmente, entre tanto pensamiento estúpido acabé durmiéndome como un bebé, pero como un bebé duro, porqué escucho heavy metal. ¿Veis? En ocasiones sólo digo tonterías.En mi desgracia, no tengo la suerte o la oportunidad de que los rayos de sol filtrándose por mi ventana me despierten, así que cojo mi despertador y le doy un par de golpes para que pare de hacer ese ruido del diablo.
Me levantó y sigo mi rutina mañanera y me ducho, me peino y me visto como lo hago absolutamente todos los días lectivos, y continuando con mi monótono itinerario, bajo a desayunar.
Pero NO señores, Brunn es la tía sin suerte del año. No hay ni rastro de Jack, y Carter esta desayunando tranquilamente cereales. Pero a la mierda si piensan que me iré sin mi desayuno, por lo cual entro "distraídamente" a la cocina y me preparo un vaso de leche, Joey se fija en mi presencia pero se limita a cerrar la boca, y eso está de maravilla. Me siento en un taburete frente a él.
Levanta tímidamente la vista y me sorprende que lo haga, de esa forma parece tan vulnerable...pero es una rata rastrera, no se lo que se propone.
-Buenos días, mhm... ¿Crees que podríamos hablar?- La expresión de asombro que debí adoptar, podría haber sido grabada y distribuida por Youtube.
-¿Sobre qué?- Solté brusca, me alabé internamente y me centré de nuevo en la realidad, para que no sé me quedase esa cara de ida cada vez que mantenía discusiones mentales.
-Vamos Brunn, lo siento, me pasé bastante, de verdad...
-Dios, cállate, odio las disculpas- Le interrumpí- Esta bien, no pasa nada, borrón y cuenta nueva- El chico sonrió y pasó una mano por su cabello, desordenándolo un poco.
-Hola, soy Joey Carter- Dice presentándose, lo miro como si fuese un perro verde.
-Se como te llamas Joey, hagamos como si nada hubiese pasado, somos dos personas conviviendo amistosamente sin ningún tipo de peleas estúpidas, infantiles u irracionales- Le conteste con tono diplomático.
-No pensé que fueras tan lista- Mis ojos chispearon.
-Mas te vale correr, Carter- Gruño furiosa. Joey adopta cara de susto.
-¿No era que se acababan las peleas estúpidas, infantiles e irracionales?- Preguntó con un deje de esperanza.
-Están las excepciones- Me encogí de hombros. Él salió corriendo conmigo detrás, corrimos alrededor del sofá hasta que vimos a Jack bajar por las escaleras, ambos nos quedamos mirándolo como el susodicho a nosotros.
-Vosotros sois realmente raros, un día os matáis y al siguiente sois amigos, ¿os podríais poner de acuerdo?- Soltó mi hermano estirando las puntas de su pelo con frustración.
-Quizá- Dije yo riendo ante la mueca de Jack
Jack resopló inconformista, Joey río ante eso y yo por primera vez en toda la mañana me fijé en el reloj.
-¡Diablos! Son las ocho menos diez y yo debería estar en la cárcel, ¡Adiós chicos!- Grité y posteriormente salí corriendo a la velocidad de la luz.El horarios escolar transcurrió con la monotonía de siempre, Nick contándome sus chismes, Ethan bombardeándome a preguntas sobre Joey y Rachel, bueno, Rachel era feliz viendo My Little Pony en su móvil. En fin, volviendo a la realidad y dejando atrás mis explicaciones, salí del instituto y me dispuse andar hacia casa, pero una mano en mi hombro me impidió avanzar.
-Hey, Brunn, ¿Te llevo a casa?- Joey me miraba, sin embargo dirigí mi vista hacía la rubia que llevaba técnicamente, colgada del brazo. Repase su llamativo y corto atuendo, dando por echo que no podía esperar nada más de Kim.
-¿Tengo qué compartir coche con Miss Silicona?- Formule la pregunta con un deje de indiferencia.
-No te pases, zorr...
-Vale, Kim ya está- Le interrumpió Joey- Y en cuanto a ti roja, sube al coche.
Supuse que lo de "roja" guardaba relación con mi tinte de pelo- Bien hecho Sherlock- canturreó mi cabeza sarcástica, sin duda, vuelvo a aprobar que sólo digo y pienso estupideces.
Subí a la parte trasera mientras la feliz pareja ocupaba los asientos delanteros y se lo que pensáis criaturas satánicas y NO, NO ESTOY CELOSA.
Mi mirada se posó en la ventanilla observando las calles por donde circulaban pocas personas, las suficientes para no sentirte solo, pero las mínimas para no agobiarte.
-Y bien rarita, ¿Dónde están tus papis?- Dijo con su asquerosa voz digna de cantante, porque vale, normalmente las chicas "populares" de la escuela tienen que hablar como si se hubiesen tragado un silbato, pero ella no, tenía que ser una perra perfectísima, tanto que incluso su voz sonaba bien. Como una sirena, que canta a los marineros y luego se los come. Ella no es muy diferente a una sirena, agradezco que no huela a pescado, sería desagradable. Sin embargo su pregunta tenía unos fines maliciosos, ella sabía donde estaban mis padres, ella había salido con Jack.
-Para el jodido coche- Gruñí- Hazlo o te juro que abro la puerta y salto.
-No, Brunn, tranquilízate, no hagas nada, no voy a parar- Dijo él alarmado, sin embargo yo me adelante y traté de abrir la puerta, Joey frenó para que no saltara. Yo abrí la puerta y salí, sólo podía oír la melodiosa risa de la come marineros.
Estaba bastante lejos de mi casa, pero me dio igual y caminé. Pero tan sólo un par de metros, porque Joey me cogió del hombro y me giró.
-Vete a la mierda, Travis- y estampó su boca contra la mía, en otras ocasiones hubiese vomitado, sin embargo los dragones de mi estómago (que ni de coña son mariposas) parecía saciarles y le seguí el beso como una gilipollas. Bajó sus manos a mi cintura y yo rodee su cuello enredando mis dedos en su pelo. Nos separamos un segundo y en contra de todos mis principios le besé de vuelta.
-Joder ya era hora- Gruñe él chico juntando nuestras frentes, yo sonrío por inercia y por lo idiota que puedo llegar a ser, y es que quizás me gustaba un poquito Joey Carter
-En el fondo sabía que me deseabas- bromeo cerrando los ojos un poco intimidada por la cercanía.
-No sabes cuanto roja- Me da un pico bastante tierno. Si es la primera vez que Joey me parece tierno y aunque creo que no es la última, sigue pareciéndome raro.Lo sé he tardado, no es muy largo, doy pena, asesinarme. Peeeero esta historia ya no me llama tanto como antes, sin embargo, luchare contra viento y marea para seguir, por los que aún les gusta esto.
Sobre Noche, cuando me conecte al portátil seguiré subiendo porque allí tengo ya seis capítulos y estoy pensando en algo nuevo, pero se quedará por el momento en un pensamiento.
Os quiero setitas alucinógenas de mi corazón. Paz,amor y Nirvana.