Capitulo IV "Juego$ del destino"

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*Hace seis meses*

Fue una noche fría en la que sus ojos se encontraron. Sentía dolor. Casi un garrote descomunal que hervía en su sangre.

Al darse la vuelta le encontró solo. No entendió el 'porque' de sus acciones, sino hasta cuándo su Ninjutsu le mostró la verdad. Toda la verdad.

– Mis... Mis padres... –Comenzó llorando. Sintiendo su sangre correr por la superficie de los pies. Arañados y raspados como si hubiera corrido millas descalza. –Itachi-san, ¿Qué significa esto?

El hombre cerró sus ojos, apartando la visión. Entendió por qué lloraba, pero necesitaba tranquilizarla. –La verdad. Es por eso que tus poderes se encuentran sellados. El clan Uchiha te debe mucho, Haruno-san.

Sus ojos estaban irritados. La locura y el abismo habían subido su tono. –Mis padres... Mi control de chakra tan pobre... Y todo lo que creí de mí misma eran mentiras. –Empezó a gritar. – ¡¿Todo por ese hombre?!

El cielo se oscureció, al igual que su alma. Itachi solo pudo abrazarla.

Allí, en las cavernas de Orochimaru, todas sus defensas eran inútiles

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Allí, en las cavernas de Orochimaru, todas sus defensas eran inútiles. La barrera que cubría su detección de Chakra los protegería, al menos por unas horas más. –Cuando hayas acabado de llorar, hay algo que quiero pedirte.

Sakura apartó sus manos de su cara, y lo miró.

–Nosotros, los Akatsuki, buscamos a los Jinyurikis... pero eso no es todo. Cada uno tiene motivos propios en la organización, pero nos ayudamos para que el fin del fundador de vuelva realidad, a cambio de un favor.

–El propósito. –Comprendió de inmediato. –Quieres que me una a Akatsuki.

–Ya hablé con ellos. Mi muerte es inevitable. Sasuke tiene que saber la verdad, pero me temo que no será fácil conversarlo.

Sakura lloró en silencio.

Comprendía lo que le decía sin siquiera terminar

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Comprendía lo que le decía sin siquiera terminar... <<Estás dispuesto a morir...>> –La vacante no puedo tomarla yo. No tengo conocimiento de mis poderes, y aunque los tuviera, no sé de qué seré capaz. Matar a alguien es...

–Piensa que soy él.

–Pero...

– ¡YO MATÉ A TUS PADRES! ¡MATÉ A TUS PARIENTES Y SELLÉ TU PODER!

Solo bastó eso. Una pequeño engaño. Una breve provocación.

Una oleada de pétalos finos como agujas despertaron alrededor de ella himnotizada. Era una nube que atentaba contra su vida. Le impidió salir con sus cuervos. Itachi sonrió. Por fin había comprendido la idea. –Baja de la montaña al segundo día, después de la luna roja.

–¿Qué Mon... ¡Oye! ¡B-Bájame...!

Sin más, la tomó entre sus brazos dispuesto a llevarla en lo alto de una cumbre. Era consciente del calor de su cuerpo, a pesar de haber llorado tanto, y dejado que se enfriase su piel. Aún así, aquella niña con su sonrisa, derritió su corazón, recordándole su cariño por la persona que... Pesadamente ambas amaban.

– Sé que eres capaz de curarte

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– Sé que eres capaz de curarte. Estarás bien aquí.

La dejo en el suelo, dándole su túnica.
Ella se conmovió ante su actuar, y sonrió levemente. –Te extrañaré, Itachi-san.

–Gracias por todo, Haruno-san.

–Gracias por todo, Haruno-san

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El último cerezo, ¿¿Por qué Tengo Que Amarte??Donde viven las historias. Descúbrelo ahora