Allies - S. J. Kincaid ( Insignia 1.5)

Parte 2

Wyatt no tenía la intención de unirse a las Fuerzas Intrasolares.

Su madre habló con el reclutador que le aseguró que un internado con ambiente podría desarrollar sus habilidades sociales y "utilizar todo su potencial," y fue vendida. El compañero de cuarto de la universidad de su papá de Princeton, George Styron, tenía una hija que había sido reclutada, y les aseguró que estaba todo en lo mejor.

Pero Wyatt no estaba interesada. No podía pensar en nada que fuera tan poco placentero y agraviador que ser encerrada en cuartos cercanos con gente de su edad todo el tiempo. Complació a sus padres y acompañó a los oficiales a la Aguja Pentagonal, aunque, solo vagamente curiosa de la fortaleza de poder que dirige la guerra. Toda la idea de la Tercera Guerra Mundial le parecía tonta, y una pérdida de dinero para ella. Los Estados Unidos nunca parecía que podía conservar el territorio que ganaron en el espacio, lo que parecia ser la razón de la guerra en primer lugar.

Luego los oficiales de la Aguja Pentagonal le contaron sobre los Neuroprocesadores.

Ni siquiera se preocupó por ver las instalaciones. Se sentó en la enfermería y veía una malla de tela de metal fino, una computadora que hacia interfaz directamente con el cerebro humano. El hombre que trabajaba allí, Doctor Gonzales, parecía confundido sobre por qué tenía demasiadas preguntas, pero él contestó todas ellas. La tecnología estaba décadas adelantado a lo que usaba la gente normal, y las posibilidades de mejorar su cerebro hizo su cabeza dar vueltas.

Que podría hacer si ella era una maquina rápida, si tuviera la precisión de un computador, si pudiera cortar a través de los problemas que aún seguían eludiéndola, eludiendo el resto de la humanidad.

Podría determinar si la constante Euler-Mascheroni era irracional.

Podría encontrar un bloque de Euler cual su espacio diagonal fuera también un entero.

Podría resolver todos los misterios matemáticos que las grandes mentes en el mundo no han logrado resolver todavía.

De repente unirse a las Fuerzas Intrasolares no era una decisión extraña o irracional, sino más bien la única opción, la única forma de lograr cosas que estaban más allá de sus capacidades, para ser mejor de lo que siempre espero ser.