- Capítulo 9 - El vestido

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Nos mantuvimos en silencio hasta llegar, sólo por la fachada me di cuenta que era una boutique, aparcamos y nos dirigimos a la entrada, esta vez yo entrelace nuestras manos, el me miró, y yo le sonreí, antes de entrar me dio un rápido beso, demasiado rápido para mi gusto. Entramos en la tienda, era muy elegante las murallas eran blancas con dibujos en negro, como sombras, había un árbol grande dibujado en la muralla de atrás, con aves volando a su alrededor, era muy bonito, se nos acercó una elegante mujer con un hermoso vestido negro, ajustado a su cintura y tubo hasta sus rodillas, su cabello rubio estaba sujetado en un moño con mucha elegancia dejando su bellísimo rostro al descubierto.

-Muy buenas tardes, ¿puedo ayudarlos con algo?- su voz era suave y grave, completando su look súper sensual. Rome tomó la palabra.

-Sí, mi nombre es Rome y llamé más temprano- dijo mientras extendía su mano libre para saludar a la vendedora. Ella pareció reconocerlo porque sus ojos se abrieron un poco y apareció una sonrisa.

-Por supuesto, ya hemos clasificado los vestidos que nos pidió, si gustan acompañarme hemos dispuesto todo en una salita para que puedan elegir- comenzó a caminar a la muralla del árbol, que estaba tras el mostrador, miré a Rome con una ceja levantada, esperando tener la expresión, de “¿qué es todo esto?”, se acercó a mi oído y susurró.

-Ella hará que te veas espectacular, solo deja que se haga cargo- dicho eso besó mi mejilla y entramos a una pequeña habitación con varios espejos de pie, dos sillas elegantes, y un biombo muy lindo en una esquina, ésta sala también seguía la línea de blanco y negro, al lado de los espejos hay una percha con muchos vestidos colgados, no sé cuál de ellos tiene el color más lindo, todos se ven exquisitos.

-Enviaré a mi asistenta, para que los ayude mientras yo atiendo al frente- se despidió de nosotros y salió, me di la vuelta para quedar frente a Rome.

-¿Entramos a un universo paralelo y me transformé en una princesa?- no se rio como lo había imaginado – Eres una maldita princesa no necesitas convertirte en una – solo pude tomar su cara entre mis manos, ponerme en puntitas y besarlo, justo cuando se estaba poniendo bueno, la puerta sonó y nos separamos.

-Lo siento debí haber tocado- dijo una chica más baja que la anterior pero igual de guapa y elegante, me di cuenta que ambas usaban el mismo vestido, pero que esta chica era mucho más joven que la primera, pensé que debían ser familiares.

-No te preocupes por nada- respondió Rome porque yo estaba un poco avergonzada.

-Está bien, ¿comencemos?- respondió animadamente la nueva chica – Seleccionamos los vestidos de acuerdo a las características que nos diste de la muchacha, la cual supongo que eres tu- dijo señalándome con su perfecto dedo con manicura y mostrando una blanca sonrisa, simplemente asentí.

-Debo confesar que los novios nunca describen bien a las chicas así que por eso, seleccioné varias tallas para asegurarme de la tuya, estamos acostumbradas a trabajar con –suspiró- “usa talla 2” y llegan acá y son unas completas tallas 12- dijo riéndose de su propia broma, comencé a ponerme nerviosa no sé qué le habrá dicho Rome sobre mis medidas.

-Pero tienes buenas curvas chica- me dijo tomando mi mano y llevándome a la percha con los vestidos.

-Si, son los fabulosos genes que heredé – le respondí avergonzada

-Chica envidio completamente tus curvas - dijo mientras medía mi busto con su cinta de medir. Rome ya se había puesto cómodo sobre una de las sillas, y nos miraba con curiosidad.

-Mira trabajemos con un par a ver qué tal los modelos, mira comencemos con este- me pasó un vestido corto, color aqua, sin tirantes, acepté, y caminé al biombo para cambiarme.

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