-Capítulo 11- anticipación

9 0 0
                                    

El miércoles llegó demasiado rápido para mi gusto, pasé la mayor parte del lunes y martes estudiando junto a Rome, bueno, así como estudiando estudiando, la verdad no, pero igual logramos estar listos para el examen final, ambos íbamos con buen promedio, así que no estábamos preocupados, además llevamos un semestre estudiando juntos y nos funcionó bastante bien.

Ahora la parte buena, DIOS!!!. Hadas y elfos apiádense de MiniFebe está a toda máquina la pobre, es que este hombre es otro nivel papá! Tiene tanta energía, y está tan bueno que simplemente no puedo negarle nada. Si, así de bueno. Yo únicamente quería estudiar, pero su libido es muchísimo mayor a mi fuerza de voluntad, y su cuerpo hecho especialmente para pecar de las maneras más dulces no me dejaba concentrarme. Al final tuvimos que ir a la biblioteca donde habían más alumnos para poder concentrarnos, de lo contrario lo único que podría responder en mi examen es lo maravillosa que es la boca de Rome, y nop, no era una opción.

Estoy esperando fuera del aula a que Cristal termine su examen, mientras que Rome fue a comprar una bebida a la máquina fuera del edificio, quedé con ella para ir al salón de belleza después del examen ya que Rome se va directo al aeropuerto, y necesito comenzar a prepararme para estas dos semanas.

Me siento en este minuto como esas novias psicópatas/acaparadoras/necesitadas, suena extremo, pero llevo 5 meses pegada a la cadera de ese chico, y no de la forma deliciosa, no será la primera vez que él se va de viaje pero ahora es distinto, ahora es como mi riñón, pasar de estar las 24 horas con él, a que luego se vaya por un par de días, es extraño.

¡Demonios!, ¿qué me pasa?, son sólo 2 días y fracción, si mi conciencia tuviera manos, ya me habría golpeado. Jamás he sido así de babosa, nunca lo fui con Alonso, nosotros simplemente no éramos así, muchas cosas no eran así de intensas con él. El sonido de la puerta interrumpió mis pensamientos.

-Detesto este ramo- gruño Cristal mientras caminaba malhumorada en mi dirección.

-Creí que lo amabas- le repliqué suavemente.

-Lo hacía, lo hago, pero en la empresa me pidieron que revisara una cartera nueva, y eso me tomo mucho tiempo, apenas y estudié mis apuntes- su voz sonaba derrotada.

-Vamos Cristal, que eres muy aplicada, estoy segura que de todas formas te fue muy bien- le sonreí de la manera más alentadora posible.

Su cara se transformó, pasó de estar abatida a pícara con media sonrisa, y se inclinó hacia mi.

-Dime, ¿qué tal está todo con tu sabes quién?-

-Si con tu sabes quién, te refieres a Rome, yo te diré que todas nuestras suposiciones eran ciertas, y también te diré que estamos saliendo-

-No puede ser maldita, quiero todos los detalles, entre más sucio más detallado- susurró demasiado fuerte para mi gusto.

Mientras susurrábamos las partes más emocionantes, sentí que alguien enrollaba su brazo entorno a mi cintura, fue mi señal para dejar el tema y concentrarme en los últimos minutos junto a este gran hombre, me giré para darle una sonrisa.

-Esa tonta máquina se tragó mi cambio- no parecía molesto, beso mi frente antes de girarse a Cristal.

-¿Qué tal te fue?- Cristal giró sus ojos y le respondió

-Nada bien, espero que se apiade de mi, no quiero repetir el curso- Eso era imposible sus notas eran igual de altas que las de Rome, yo no brillaba, pero me iba bastante bien.

Conversamos unos minutos más, y Rome se despidió, ya era hora de ponerse en marcha.

-Nos vemos el viernes en el aeropuerto Latina- dijo Rome mientras me besaba, estábamos al lado de su auto en el estacionamiento del campus, a un par de metros veía a Cristal haciendo gestos de arcadas.

-Nos vemos Rome, maneja con cuidado- le di una última sonrisa, mientras él se subía a su camaro y partía.

-Son tan pegajosos, antes creía que eran cursis, pero ahora se sobrepasan- me dijo Cristal mientras yo ponía mi brazo sobre sus hombros, lo cual se veía extraño porque ella es más alta que yo.

-Creía que te gustábamos-

-Lo hacen, pero demonios si tengo que soportar que coman frente a los pobres- me reí ante eso – Chica es en serio, antes éramos los 3 unos tristes solteros, ahora ustedes son una pareja y yo quedo como la tercera rueda, debí haberlo pensado antes, y evitar esto- dijo con una voz sería, pero la sonrisa en su rostro decía que no lo era.

-Vamos, esto es extraño para mí también, tantos meses reprimiendo mis sentimientos por él, y de un momento a otro simplemente… cambió- ni yo misma me entendía – y prometo que no volverás a sentirte como mi carabina- nos reímos y continuamos nuestro camino hasta su auto.

El día transcurrió sin ningún problema, al igual que el resto de la semana, aproveché mi tiempo libre para llamar a mis hermanas y ponernos al día. Ordené mi departamento, y preparé mi maleta. Metí todos los vestidos que me había comprado en Austin, pasara lo que pasara en Santiago, tenía que ser la persona más madura y hermosa, que alguna vez soñé con ser.

Tenía que demostrar mucho, y a muchas personas.

LatinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora