❛ extra 2: sex, sex, sex ❜

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(Esto pasa antes del final, obvio.)

Lo que más le gusta a Gilinsky es ver el rostro de su pequeño bebé cuando está siendo destrozado por su pene.

Una nube de humo gris salió de la boca del hombre cuando el chico rubio tomó el cigarrillo y se lo sacó de la boca para poder darle él una calada. Vio cómo ahuecó las mejillas alrededor del filtro mientras meneaba sus caderas sobre su entrepierna y luego exhalaba todo el humo. Después de eso, devolvió el cigarrillo a donde estaba anteriormente, en la bella boca de su papi.

Gilinsky lo miró a los ojos y gruñó ante la hermosa imagen que su pequeño le otorgaba. Sus ojos azules ahora estaban dilatados, sus mejillas rojas, su cuerpo sudado, su cabello despeinado y sus labios rojos e hinchados abiertos en una perfecta 'o' de donde salían gemidos melodiosos. Se movía de atrás hacia adelante, de arriba a abajo. Montaba el pene de su papi con tanto gusto.

Jack ama ver al rubio destrozado, siempre luciendo tan provocador y a su misma vez y de una extraña manera, angelical.

Una de las grandes manos de Gilinsky fue a parar a la cintura de su chico y lo ayudó a saltar más rápido. Johnson cerró los ojos con deleite y no se contuvo de gemir con fuerza cuando la punta del grueso (muy grueso) miembro arremetió contra el tan encantador manojo de nervios en su interior sin parar.

—¡Sí!—gritó, tironeando de los cabellos del hombre, mordiendo la esquina de su labio inferior con fuerza—. ¡Sísísí! Oh, papi, más fuerte.

—Siempre tan codicioso pequeño—gruñó en un volumen alto el castaño. Sin embargo movió su cadera hacia arriba, logrando dar más profundo en él, obteniendo gruñidos y gemidos agudos, también arañazos en la espalda.

Le dio una última calada a su cigarrillo y lo apagó en el cenicero que estaba en la mesa de noche. Puso sus dos manos en las caderas del ojiazul y presionó muy, muy fuerte. Estaba más que seguro de que eso dejaría marcas, esas que su bebé tanto adoraba.

—Papi, e-estoy cerca—gimoteó el de ojos azules mientras cabalgaba más lento sobre su papi.

—Vamos, bebé—jadeó el de ojos marrones—. Córrete para mí, córrete para papi.

A Jack le gusta darle placer oral a su papi. Le gusta su sabor, cuando su papi mete profundo su miembro en su garganta y lo sujeta del cabello para poder follarle la boca.

Eran las cuatro de la tarde y el chico rubio se aburría. Su papi le había dado la idea de ir a un hotel para poder tener sexo tranquilos y que Dylan no los interrumpa. Johnson había aceptado con la condición de que sea un hotel cinco estrellas.

Siempre tan caprichoso, bebé, era lo que le había dicho. Y sí, lo era, pero eso no era un gran problema para el castaño porque tenía bastante dinero.

A pesar de que ya habían tenido un par de rondas en la cama, él quería más. Era difícil quedarse satisfecho con Gilinsky, siempre quiere más y más de él. 

El de ojos azules estaba recostado en la cama mirando al techo mientras que el hombre con el que compartiría el cuarto durante toda la noche se duchaba. Instantáneamente la imagen de un Jack Gilinsky desnudo y mojado se formó en su imaginación, mordió su labio y sintió algo en su vientre removerse.

Imaginarlo en esa situación le había formado una erección. Pero es que sólo podía pensar en el apetitoso miembro que su papi traía consigo. Dieciocho centímetros de largo y tan, tan grueso que la boca se le hacía agua.

Necesitaba tenerlo en su boca ahora mismo.

Se levantó de la cama y se sacó la playera que le pertenecía a G, que convenientemente era lo único que tapaba su desnudez. Caminó hasta el baño y entró. Vio al moreno de espaldas y sonrió.

Abrió la puerta de vidrio de la ducha y se metió dentro, acto seguido acarició con sutileza la espalda del castaño.

—Bebé, me asustaste—dijo el hombre dándose vuelta y dejando un suave beso sobre los labios del chico.

—Lo siento—carcajeó en volumen bajo y abrazó por los hombros a G, picoteando sus labios—. Tengo tantas ganas de chupar tu pene, y no pude resistir estar allá sabiendo que tú estarías acá desnudo.

—Oh, veo que estamos coquetos hoy—murmuró el de ojos marrones.

—Siempre, papi.

Después de ese pequeño intercambio de palabras el chico se puso de rodillas en el frío suelo de la ducha. Tomó con una mano el miembro del hombre y comenzó a masturbarlo a la par que masajeaba sus testículos con la mano sobrante. Se dejó llevar por los jadeos de placer que soltaba el castaño y llevó el falo a su boca.

Lo miró directamente a los ojos mientras que su lengua era pasada por la cabeza, luego cerró los ojos al momento de envolver con su boca el pene de su pareja. Succionó con ligereza y bajó más, su nariz chocando con el escaso vello que Gilinsky tenía en su vientre.

La mejor forma de pasar el día en la oficina para Jack era poder tener a su pequeño rubio inclinado sobre el escritorio dispuesto a ser usado.

—¡A-ah!—gimió Johnson cuando el hombre castaño arremetió su interior, mordiendo su labio y lloriqueando por más.

Su cuerpo estaba sobre el escritorio de su papi, mientras que el mayor tenía las manos presionando sobre sus caderas (probablemente sus dedos dejarían marcas) y él entrando y saliendo con facilidad y rapidez de su interior gracias a la preparación y el lubricante.

—¿Te gusta, pequeña puta?—farfulló Gilinsky—. ¿Te gusta como papi te coge sobre su escritorio? ¿Hm?—gruñó—. Claro que te gusta, con sólo verte así de destrozado y gimoteando por más como toda una zorra es fácil darse cuenta de que disfrutas de mi pene en tu culo.

Aquello sólo logró excitar más al chico, quien gemía más fuerte a medida que la velocidad aumentaba. Sus ojos estaba soltando lágrimas de placer y su pene dolía por la falta de atención. Soltó un chillido cuando su papi tomó su miembro y lo acarició con suavidad, contrastando su toque con las duras embestidas que le daba.

—Lo adoro—jadeó, abriendo su boca y dejando escapar todos los gemidos que querían salir.


♡ daddy: jolinsky ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora