❛ six: fuck me in the motel shower ❜

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Ellos fueron interrumpidos por Dylan, quien bajaba las escaleras ruidosamente y abrazó a Gilinsky como saludo. Eso hizo que Johnson salga corriendo escaleras arriba y se encierre en su habitación. Estaba completamente sorprendido y nervioso, temblaba y varias veces se repetía que la había cagado.

Después de cinco minutos de insultarse a sí mismo, decidió calmarse y tomar todo con la mayor calma posible. Debía explicarle todo a Jack, si no quería que tuviera en su cabeza una imagen errónea de él.

Tú: cuando mi hermano se duerma sube a mi cuarto, vamos a seguir hablando

Papi: Ok.

Ya habían pasado dos horas desde que le mandó ese mensaje. Se la pasó comiéndose las uñas y pensando qué le iba a decir al mayor, aunque tenía la clara sospecha de que todo lo que había planeado se iría a la mierda y balbucearía estupideces, pensar en un plan (por más raro que sea) lo calmaba.

Escuchó pasos provenir del pasillo y eso sólo logró alterarlo más. ¿Y si lo rechazaba? ¿Y si le decía a su hermano?

Pero, ¿y si, de alguna extraña forma, aceptara ser su papi?

Trató de no pensar en ninguna de las tres opciones cuando su puerta fue golpeada. Fue a abrirla, respirando profundo y tranquilizándose.

Cuando abrió, dejó que Jack pase, cerró la puerta y cuidadosamente se sentó en la cama. Golpeó delicadamente el espacio a su costado, invitándolo a que se siente junto a él. Gilinsky lo hizo.

—Y bien—comenzó el castaño—, ¿de qué quieres hablar?

Johnson suspiró.

—¿Estás molesto?—preguntó débilmente, con su mirada en sus rodillas desnudas, de vez en cuando observando de reojo al ojicafé.

—Un poco—confesó—, pero no le diré a tu hermano.

—P-prometo detenerme—dijo. El chico de ojos cafés rió ligeramente, sonriéndole de costado y acariciando su cabello.

—No es necesario, ¿qué acaso no escuchaste lo que dije abajo?—habló, sin quitar la sonrisa, poco a poco acercándose al menor—. Me atraes, es más, creo que me gusta un poco.

Wow, eso sí que fue inesperado.

El rubio abrió los ojos como platos, no se esperó que lo que dijo haya sido cierto. Por lo que, que él se lo confirme hacía que su corazón lata y sus manos tiemblen sin razón. Lo único que quería era sentirse cerca de él, que lo abrace y nunca se separen, no importa qué.

¿Así se sentía el amor?

—Oh—fue lo único que pudo soltar.

Y lo fue por dos razones. Una, porque estaba bastante nervioso y no tenía idea de qué responder a eso. Y la otra, porque los labios del mayor lo hicieron callar. Fue un pequeño beso, un roce para nada salvaje u obsceno, más bien algo como, suave y dulce, tierno.

Sin embargo, después de ese pequeño beso, el rubio tomó al castaño del cuello y lo atrajo a él en busca de algo más rápido y apasionado. Sus bocas se abrían tanto que dejaban ver cómo sus lenguas luchaban por el control de la boca del otro y también se podían escuchar los chasquidos de saliva que se producían.

Las manos de ambos Jacks vagaban por el cuerpo del otro, queriendo explorar lo más posible antes de comenzar a desnudarse.

Cuando las manos del de más edad presionaron su trasero, soltó un suspiro distorsionado y se subió en el regazo de Gilinsky. Dejó que sus manos exploraran su cuerpo y que su lengua hiciera lo mismo pero dentro de su boca. Estaba emocionado, por fin tenía al moreno como siempre quiso.

Comenzó a hacer círculos con sus caderas, sintiendo la erección del hombre en su culo. Se movía en intervalos lentos que se hacían más rápidos y luego volvían a su velocidad original. Todo, para poder escuchar los sonidos guturales que salían de la boca del castaño. Los oídos del rubio se deleitaban con aquello.

Todo pasó muy rápido. En un momento estaban restregándose sobre sus prendas como animales en celo y en otro ya se encontraban desnudos y recostados en el colchón. Gilinsky estaba sobre Johnson, éste último tenía sus piernas abiertas y mostraba su rosada y pequeña entrada.

—Chupa, cariño, ¿sí?—dijo el castaño mostrando tres dedos frente a la boca hinchada del otro. El menor asintió y los llevó al interior cálido de su boca, succionaba y lamía los dedos mirando directamente a Gilinsky con sus penetrantes y claros ojos azules—. Buen chico—halagó mientras alejaba los dedos de la deliciosa humedad y los llevaba a la entrada del más chico.

Con un simple roce Johnson se estaba desenvolviendo en gemidos, lo que le causó una pequeña risita a Gilinsky.

Metió un dedo, lo sacaba y lo volvía a meter repetidas veces. Luego, aumentó la cifra y ya tenía dos dedos dentro del pequeño rubio, abriéndolos y cerrándolos como si de una tijera se tratara. Y, por último, cuando Jack no podía más y necesitaba tener el pene del castaño jodiendo su culo, éste último metió el tercer dedo que faltaba y dejó un besito en su frente.

—¿Listo, amor?—preguntó el castaño. El menor asintió.

Poco a poco fue introduciendo su miembro en el agujero del rubio, quien jadeaba sintiendo una hermosa y abrumadora mezcla de dolor y placer a medida que se la metía más y más profundo. Se sentía lleno y ni siquiera terminaba de meterla.

Gimió en el oído del más alto, clavando sus uñas en los omóplatos de éste mismo y envolviendo sus piernas en su cadera.

—Más—pidió, y Jack se lo dio.

Comenzó un vaivén con sus caderas, taladrando el interior del hermoso ángel que tenía debajo suyo, deshaciéndose en gemidos guturales y jadeos desesperados.

Era rápido, duro y muy, muy profundo. Eso a Johnson le encantaba.


♡ daddy: jolinsky ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora