31-12-2049, 20:07, Facultad de Matemáticas e Informática

6 2 0
                                    

Max había vuelto al lugar donde todo aquello había comenzado. Se recordó aquella mañana, llegando en un Edriver, entrando al laboratorio 481, sin ser consciente de lo que le ocurriría aquella tarde. Helen le sacó de sus pensamientos.

-Vamos.

Entraron a la Universidad. A aquellas horas ya estaba completamente vacía, exceptuando a algún que otro profesor y a alguien del servicio de limpieza. Debido a la buena orientación de Max, y al haber estado allí muchas veces, llegaron rápido.

-Este es el laboratorio de informática, dónde está el ordenador. Vamos.

Entraron sigilosamente al laboratorio. Max fue guiando a Helen como llegar. El laboratorio estaba lleno de la maquinaria más avanzada de Europa. Pronto, llegó a la esquina donde se encontraba el ordenador.

-Y ya está aquí.

Max se quedó con la boca abierta. El superordenador había desaparecido. Max estaba seguro que debía estar ahí. De hecho, se notaba una marca de polvo de donde había estado.

-Max, ¿a qué esperamos? - dijo Helen.

Max se maldijo a sí mismo. Aquella mañana, camino a su laboratorio, había visto como unas personas con uniforme negro entraban al laboratorio. En aquel momento no le había prestado atención, pero ahora se estaba arrepintiendo.

-Se lo han llevado- dijo Max.

-Ya, eso es obvio, ¿pero a dónde?

De repente todas las luces del laboratorio se encendieron, provocando una ceguera temporal a Max y a Helen. Cuando sus ojos se adaptaron a la luz, vieron a un hombre delante de ellos. Era un guardia de seguridad.

- ¿Cómo os habéis colado?

-Verá señor- dijo Max levantándose lentamente.

-No quédate ahí. La Universidad está cerrada. Llamaré a la policía.

- ¡No por favor! - suplicó Helen.

-Sí -dijo el guardia-, aquí en la Universidad...

Algo golpeo al guarda en la cabeza, ya que se desplomó enseguida. El Watchlet dejó de sonar, y de detrás del guarda apareció Xavi.

- ¿Xavi? ¿Qué haces aquí? - dijo Max

-Pues verás, me sentía mal de cómo te dejé antes, así que en cuanto tuve una oportunidad me escapé del Arts. Pensé que estarías por aquí con tu máquina. Simplemente habéis tenido suerte de que pasara justo por el pasillo cuando os han pillado. ¿A propósito, que hacéis aquí?

-Pues bueno es una historia muy larga, pero estamos intentando evitar la Tercera Guerra Mundial.

-Ehm, bueno intentaré creerte. ¿Y ella quién es?

-Ella es Helen, la chica de mi "visión". De momento ya he conocido a toda la gente que salía. Si nos perdonas, hemos de impedir que esos locos hagan detonar unas bombas desde el superordenador robado.

Helen y Max se disponían a salir del laboratorio, cuando entró Rebeca, empuñando una pistola.

-Quietecitos ahí chicos. Al que se mueva recibirá una bala.

---

Rebeca les fue guiando hasta la puerta trasera del laboratorio, que daba a un pequeño patio, donde les esperaba la misma furgoneta de antes, la que se había llevado a Helen. Metió a los tres en la parte trasera, dejándoles a oscuras.

-Watchlet, linterna- dijo Max.

El Watchlet de su muñeca se iluminó, alumbrando la parte de atrás de la furgoneta. No había nada, el interior era completamente negro. Max se fijó en unos agujeros que había en el techo. Eran del tamaño de una moneda.

- ¿Esa tía quién era?,¿por qué nos han raptado? - disparó Xavi- Tengo que estar en lo alto del Hotel Arts dentro de una hora y media.

Max respiró profundo y le contó todo lo sucedido desde que se separaron aquella tarde.

-Y, nos han raptado porqué ya sabemos demasiado, y a ti por ser mi amigo.

-Pues estamos jodidos.

De repente Max escuchó algo como el ruido de una rueda desinflándose. Tras esto Xavi se desmayó.

- ¡Max! No respires, es gas...- dijo Helen.

Pero Max no la oyó acabar, ya que cayó dormido en un abrir y cerrar de ojos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 17, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

8 horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora