Sospechas

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La semana pasó más rápido de lo creí, en las noche eran videollamadas con los chicos mientras les reprochaba que no hayan invitado y en las mañana ir a casa Diego pero cada vez que salía de mi casa veía a Asier y a Lauren, todas las mañanas que yo me iba la veía llegar, a decir verdad cada vez que la veo me enojo, siento que me hierve la sangre y nada más no le he hecho nada porque sé que lo hace a propósito y no le daré el gusto.

-Vamos- Digo mientras me bajo del carro de Diego

-Yo me tengo que ir- Dice mientras me enseña una mirada apenada

- !Por favor! - Digo haciendo pucheros

-Lo siento, pero no puedo faltar - De acuerdo, sus padres y los míos regresaran el lunes así que tengo solo dos días para disfrutar

-De acuerdo, me iré a cambiar y te acompaño- Le muestro una sonrisa y comienzo a caminar, pero me detengo al escucharlo

-No! no puedes ir conmigo, mejor quédate- Se sube a su auto y arranca, ¡como si lo estuvieran persiguiendo! ¡Qué le pasa! Solo quería acompañarlo, pues a donde va que no quiere que lo acompañe, ¡al extremo de irse casi corriendo!

***

Estoy en mi habitación, escuchando música otra vez solo que esta vez no me recuerda a nada o nadie, estoy ocupada pensando a dónde rayos abra ido Diego, salió casi huyendo de aquí, es obvio que le va a costar, pero no se tengo un mal presentimiento bueno es eso o tengo hambre. Creo que es el hambre. Me coloco el teléfono en la bolsa del short que traigo y bajo cantando

Díganle 

Que su partida me ha dejado un mal sabor 
Y yo, traté de llenar la ausencia que dejo
Aún puedo presentir su voz... 

Aún pienso en su respiración...
Y no lo he vuelto a ver 
No sé a dónde fue Díganle que jamás yo lo volví a llorar 
Alguien por favor le cuente la verdad
Que ya tome un remedio pa' mi corazón

Busque el número de la pizzería para ordenar una. Después de un rato esperando por fin llegó, la recibí y la pagué, me senté en mi cama con la caja de pizza en mis piernas y me puse a ver mi serie. Estoy tranquila sentada, pero hay momentos en los que Diego se me viene a la cabeza, confirmado, es un mal presentimiento, y no me gusta para nada, pero de seguro estoy exagerando no creo que sea para tanto. Ese es mi último pensamiento ya que quedé profundamente dormida.

Despierto al escuchar el teléfono de la casa sonar, antes de contestar reviso la hora, apenas dormí una hora.

<Bueno?>

<Molly?>Escucho la voz de Diego y está agitado

<Si soy yo, ¿qué paso? ¿qué tienes?>

<Te acabo de mandar una dirección a tu teléfono, por favor toma un taxi y venme a buscar>

<Okey, voy para haya> ¿Que habrá pasado? ¿Y su auto? Creo que por esto tenía un mal presentimiento, veo la hora 1:30, ¿dónde verde consigo un taxi a esta hora!? Al salir de mi casa veo a Asier, está recargado en la puerta del copiloto con un vaso de jugo, ¿y si le pido que me lleve? Bueno sonó urgente así que ya qué.

-Necesito un favor- Digo acercándome a él

-No me digas, ya recapacitaste- Sonríe burlón

-Mira no estoy para bromas, necesito que me lleves a este lugar- Digo mostrándole el teléfono con el mensaje de Diego. Veo que pone una expresión de sorpresa después de leer el mensaje

Enseñame a Amar [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora