Mentiras y engaños I

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- ¿Quieres? -Dice Diego saliendo de la casa con dos botellas de cerveza

-Me gustaría, pero yo no tomo, y ya lo sabes- Me levanto y me acerco a él para tomar la botella y empezar a examinarla

- ¿Ni siquiera un poquito? ¿Por mí? -Sonríe picaron y me abraza de la cintura, no lo mire por mucho tiempo, pero si el suficiente como para saber que trama algo

-Está bien. Solo una y ya -Se que en realidad no será una, pero quiero saber hasta donde es capaz de llegar. Sonríe y nos sentamos nuevamente, el destapa las botellas y me entrega una.

- ¿No te has enterado de lo que hizo Nina? -Pregunta y al igual que yo toma un trago

-No ¿Qué hizo? No se metió en problemas ¿O sí?

-No, creo un club de lectura

- ¿Un club? ¿Eso se puede hacer? -A decir verdad, nadie me dijo que eso se podía hacer

-Si, apenas dieron la noticia y los clubes estallaron, hay de casi todo, ajedrez, lectura, viajes, gastronomía y así, es para saber o aprender un poco sobre otros temas

-Me parece bien, ¿Tú te uniste a uno?

-No, pero me llamo la atención uno en especifico

-Bueno, ¿Y se puede saber cuál es? -Me levanto de la mecedora y me siento en el sofá al lado de Diego- No, espera déjame tratar de adivina. ¿Es el de...? Eh. ¿Bueno no sé, pero tiene que ver con deportes? ¿Cierto?

-Si -Sonríe y se acerca – En el de basquetbol

- ¿Basquetbol? ¿Te interesaste en el basquetbol? ¿Es enserio? Por favor dime que estas bromeando

-Lo siento, pero no, estoy en el club y por obviedad en el equipo de basquetbol

-Dijiste que no te avías unido, que solo te había llamado la atención

-Si me uní -Dejamos la cerveza en la mesa y me levanto

-Está bien- Suspiro y empiezo a caminar en todo el patio, sabe cuánto odio ese maldito deporte, ya perdí la cuenta, pero siempre que alguien jugaba basquetbol parecía que mi cabeza era la canasta o como se le llame y sé que no debo culpar al juego por culpa de los jugadores que prácticamente no sabían jugar, pero varias veces termine encerrada en mi casa por el temor que tenía mi madre a que volvieran a pegarme con uno de esos malditos balones

-Mira que tú no hayas tenido una buena experiencia de ese juego no es mi culpa

-Dije que está bien, no quiero enojarme. Mejor cambiemos de tema

-Y pensar que todo iba tan bien

-Si, hasta que lo arruinaste. Sabes que, yo también voy a unirme a un club

-A ver, dime ¿A qué club piensas unirte?

-A él de Natación y si no hay uno pues lo creo y ya- Sonríe entre su enojo y me mira

-No, no sé qué te pasa, ¿Te gusta verme así? No te vas a unir al club de natación- Recordé que él me conto que un día lo obligaron ir a unas clases de natación y que como no sabía nadar o bueno el punto es que paso algo y se burlaron de el y desde entonces prácticamente odia nadar o todo lo que tenga que ver con eso

-Si yo no estoy en el de natación tu no estarás en el de basquetbol- Se queda callado y me mira por unos segundos

-Mira, los dos estamos algo tomados y no sabemos lo que decimos, que te parece si mañana hablamos con más calma- No le respondo y simplemente me encamino a tomar la botella que había dejado y entro la casa, subo las escaleras y veo tres puertas una en el centro y las otras a los costados, veo la habitación de la derecha y abro una puerta, el cuarto está decorado de color rosa y blanco ¿Quién duerme aquí?

Enseñame a Amar [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora