Capítulo cinco

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Atención: Aquí comienzan las escenas un poco subidas de tono, por cada capítulo será más fuerte. ( Relaciones sexuales, escenas sangrientas y con palabras subidas de tono)

Si no te gustan estos tipos de temas, favor de abstenerse.

Gracias

El día en que la joven saldría de aquel lugar por primera vez había llegado. Sacudió un poco su vestido ancho y con puntos de colores, mientras colocaba sus medias junto con unos zapatos altos. Charlie era una chica distinta a las demás y aunque estuviera toda curada como habían dicho los médicos le gustaba vestirse como una niña de diez años, no le daba vergüenza que la vieran. Aunque no todo era infantil, su vestimenta tenía un poco de seducción y picardía, los médicos jóvenes que la atendían aseguraban que su comportamiento los atraía fuertemente.

Tomó su maleta junto con un pequeño oso de felpa todo viejo y desgastado, salió corriendo hasta la oficina de la señora M, tocó un par de veces y cuando recibió la orden se adentró a la habitación dejando sorprendida a la psiquiatra.

- Charlie cariño ¿Sabes que ya no eres una niña verdad?- habló la regordeta esperando ver su reacción, la verdad era que aun que la joven pareciera indefensa tenía unos aires contradictorios.

- Lo se, pero me gusta vestir así . Nunca fui niña, me arrancaron mi niñez así que .... - comentó mirando a la señora fijamente, está no pudo sostener la mirada y sonrió calmando el ambiente.

- El chófer del orfanato ya llegó ¿Nos vamos? - preguntó abriendo la puerta. La joven salió brincando hasta el jardín del lugar, metió las maletas en la cajuela y se adentro al vehículo sentándose en la parte trasera.

- Bien cariño, te vamos a extrañar, cuídate mucho mi pequeña Charlie - habló

- Si no hay problema - se limitó a decir obligando casi al chófer salir de ese lugar. Se despidió con la mano de su doctora, cerró las ventanas del auto y miro con detenimiento al hombre que conducía tranquilamente. Esté no se había percatado de la mirada de la joven. Charlie apenas aparentaba su edad, cuando el hombre la miró ella se había quedado dormida. Sonrió, pero se sintió atraído por ella y la miró de nuevo, ahí se encontraba tan indefensa, recostada en el asiento ocupándolo todo, ese vestido amarillo con lunares que a penas le tapaban las piernas la hacían ver sexy y deseable, aún teniendo esas calcetas hasta encima de la rodilla también coloridas no podían opacar la vista del hombre, su rostro pálido y sonrojado ligeramente lo atraían cada vez más. No podía apartar su mirada de aquella jovencita y cada vez más la hacia desear.

Aparcó el coche, en aquel lugar no habían edificios por ninguna parte, solo árboles. Se quitó el cinturón y entro junto a ella, fue tocándole desde los pies lentamente, acariciando cada poro de sus piernas, cuando por fin llegó hasta la terminación de las medias, se lamió los labios varias veces, su excitación aumentaba descaradamente, la joven sin dormía plácidamente. Acercó su rostro a las piernas de la joven y paso su lengua, la chica despertó de un salto y pudo observar su mirada, sonrió picarona y bajó del auto. Como era de esperarse el tipo hizo lo mismo y comenzó a seguirla hasta una pequeña montaña alejándose cada vez más del auto, la joven lo empujó con toda su fuerza haciéndolo caer y sin dar tiempo para que reaccionara se montó en sima quedando a la altura de sus piernas, rápidamente lo despojó de su cinturón y bajo sus pantalones, dejándolo así con la clara evidencia de su excitación.
Sonrió y continuo con la camisa, el tipo sin tener un poco de cordura cruzo los brazos tras su cabeza para disfrutar la escena. Ella se giró alzando un poco su pequeño vestido mostrándole su trasero, el lo tomo con toda la fuerza, la tomo de la cintura y se puso de pie aún cargándola, la giro y la pegó contra uno de los árboles.

Entre jadeos y uno que otros gemidos la fue desvistiendo hasta que quedó completamente desnuda, ella aún con esa sonrisa pícara lo beso, unos minutos después la poseyó con tanta fuerza y deseo. La chica aun desnuda se puso de pie y busco entre su pequeño bolso, saco una navaja y mirando al hombre que descansaba con los ojos cerrados, tomó su miembro con fuerza, él no le dio importancia pensaba que la dejaría experimentar. Sintió la calidez de sus labios ya cerca, apretó los ojos con más fuerza.

Abrió los ojos tanto como pudo acompañado de un grito desgarrador, la chica tenía su masculinidad entre sus manos, llenas de sangre, con horror y con las fuerzas que apenas le quedaban miro bajo su estómago dándose cuenta de que no era ninguna broma. La chica le había cortado el miembro, no podía moverse, gritaba de dolor mientas la sangre aun brotaba, ella se acercó lentamente y susurro.

- Aquí tienes tú semen maldito perro- disparándole en la frente, reviso cada uno de los bolsillos del hombre buscando algo de dinero y alguna tarjeta que le indicará el lugar. Limpio las huellas de sus manos, se vistió y salió de ese lugar dejándolo ahí tirando sin más.

**********

Después de un par de horas por fin estaba llegando a un pequeño pueblo, se estiró el vestido como pudo para parecer más pequeña, se limpio el rostro y fue sujetando su cabello en dos coletas, arrastrando sus maletas por fin llegó a una pequeña y descuidada tienda.

- Buenas tardes - saludo sonriendo.

Un par de ancianos salieron por la parte de atrás saludándola de igual manera.

- ¿En que le podemos ayudar? - preguntó la anciana con una sonrisa

- Pueden decirme ¿Qué pueblo es este? - preguntó mirando a su alrededor jugando con sus zapatos.

- ¿Forastera he?- preguntó el anciano - Estamos en San Pedro, un pequeño poblado no muy lejos de la ciudad -

- Gracias, ¿tendrán un poco de comida que me vendan? -

- Si niña, espera un momento - dijo la anciana en busca de los alimentos.

Después de comer un poco siguió su camino en busca de una taxi que la llevara a su destino.

No había pasado ni dos horas cuando por fin llego, se bajó del taxi y observó aquel edificio que tenía en frente, se revolvió el cabellos de unos cuantos jalones, desacomodo su vestido y araño un poco su rostro y cuerpo, con un fingido pero buen llanto entro a las instalaciones.

- Ayúdenme, ayúdenme por favor -

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