VII.- Tintado rojo

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N. Kai.

- Nunca has sido débil... Sólo, al mirarte, algo me hace querer protegerte...

- ¿A qué viene eso? - de nuevo no podía verlo. Un color negro reinaba en el lugar.

- Promete que nunca te dejarás hacer daño, no dejarás que abusen de...

- No se de que hablas, Yusei.

- Te defenderás, cueste lo que cueste. No cometerás los mismos errores que tu hermano.

- ¿Me dejarás dormir si te lo prometo?

- Juralo.

- Esta bi...

...

Desperté y esos enormes brazos me rodeaban la cintura... Perfecto. Ese calor, lo podía sentir, a pesar de que muchos dirían que era un calor inexistente.

Gire sobre la cama, logrando que mi rostro quedara frente al suyo. Cara a cara, aliento contra piel; el nunca olvido como hacer latir mi corazón.

Como siempre lo hacia conmigo, me mostró sus perlas blancas mientras cortaba la distancia entre los dos, uniendo esos labios exquisitos que... Llevaban ese único sabor, metálico... Sangre.

¿Mis labios que sabor tenían?

...

Los días nublados estaban de moda... Tal vez.

Acababa de recoger un nuevo vestido, esta vez era totalmente blanco.

A diferencia de muchos, este no me lo pidió él; esté, mi diseñador personal, si es que se le puede llamar así, lo creo especialmente para mi, inspirado en una muñeca de porcelana... Típico.

El vestido era blanco en su totalidad, amplio y demasiado detallado en la parte de la falda. Como hecho para coleccionar, pero... No. "Se te vera perfecto" "el mundo debe verte usarlo", eso dijo, así que ahora iba en traje de "perfección" paseando por la ciudad.

¿Adónde ir primero? ¿Por un helado? ¿Al parque? ¿Aventarme de un puente, quizá? Tantas ideas pasaban por mi ca...

...

Una cama...

Un reloj, un buro, cuadros, libros, nada interesante... Y lo mejor, yo había estado inconsiente, pero no sobre esa cama.

No conocía ese lugar.

Genial. Un secuestro.

Que idiota.

Pero más lo era el secuestrador, no estaba en la habitación, no me había atado, no me había hecho nada además de traerme en contra de mi voluntad... Muy bien.

Salí a explorar la casa; baje las escaleras y no había señales de vida aún. Llegue a la cocina y seguía sin encontrar al culpable. Creí que esto sería más emocio...

- Despertó mi princesita - ¡Apareció el villano!

- Claro... ¿Y te conozco?

- Mmm... Probablemente tu a mi no me recuerdes, pero yo a ti si, Onoe... - ¡Vaya! El hombre estaba informado...

- ¿De dónde tienes el placer?

- Wow... ¡En verdad no lo sabes! - sonrió maliciosamente - Me presento, soy parte de la familia, también de los Onoe... Soy tu tío, Kai.

- Entonces...

- Te conocí cuando aún eras un pequeño bebé, mi precioso niño... - Ese hombre... Comenzó a acercarse cada vez más, sin detenerse; conocía sus intenciones aún sin recordarlo. Podía oler su deseo.

En un acto reflejo, mi mano derecha busco algo sobre la barda de la cocina con lo cual pudiera defenderme... Tome un cuchillo, era grande, perfecto para carne.

Voltee hacia él, tal parecía no haberse dado cuenta del arma que ahora poseía.

- ¿Te arrepientes?

- Nunca... Ni de esto, ni de lo que paso con tu hermano...

Tras escuchar esas palabras algo dentro de mi se rompió... Ese mounstro... ¿Qué le hizo a Yusei?

Tome fuerza y dirigí el cuchillo hacia su cuello, con tal velocidad que no le dio tiempo de hacer nada más... Cayo al frío suelo, manchándolo de rojo.

No estaba feliz.

Desenterré el cuchillo y me dirigí hacia su parte baja. Baje su pantalón, su ropa interior.

Lentamente corté esa parte sensible que habría podido hacer daño, que antes hizo, que ya nunca más podría hacer.

Mi vestido blanco, tintado de rojo... Que desperdicio. Mi peluca, mi rostro.

Salí de aquella casa para descubrir que estaba en medio de la nada, en medio del campo, fuera de todo contando con la civilización...

...

Camine, camine cuanto pude hasta caer bajo la luz de luna, a dormir, con un cuchillo en mano, un vestido blanco, un secreto, mi cabello, y mil preguntas sin resolver... Todo tintado en rojo.

...

Capitulo corto! Matenme! Les juro que lo compensare el jueves! Solo les pido, si alguien lee esta nove haganmelo saber, como sea! Aunque nadie lo haga, jamas dejare de actualizar, ya que, personalmente, me encanta escribirla!

Un tomate para ti que lees esto y gracias de verdad.

MuñecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora