Parte 3: Villa Garmendía

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Al despertar...

Pesando que, todo lo ocurrido era un sueño. Me quedo, acostada esperando a que mamá me pidiera que me levantara, pero después de un rato, empezó a preocuparme qué no lo hiciera.

- Buenos días... - dijo Victor.

-No, todavía estoy en este lugar - pensé

- Vamos, levántate y come... Conseguir desayuno no es fácil.- dijo Victor.

- ¿Porqué dices que, no es fácil conseguir desayuno?- dijo Jamie.

Me explicó, que tenía que robar para poder comer. Qué no le gustaba hacerlo, pero a veces no le quedaba de otra. Le pregunté porque no se muda a otra villa. Me dijo que no tenía el valor para hacerlo.

- Eso es cierto, a veces nos falta valor para enfrentar los problemas o para tomar decisiones importantes. Pero ahora me tienes a mí y yo te puedo ayudar. - dijo Jamie.

- Tienes, razón... Pero antes, hay algo que debo hacer. - dijo Victor.

Comenzó a sacar, unas cosas que tenía guardadas y las echó en un saco. Me pidió que lo acompañara. Fuimos hasta la casa del jefe de la villa. Allí, habló con él y con otros.

Pidió, disculpas y devolvió lo que les había robado. Prometió no volver a hacerlo nunca más. Varios de ellos se veían molestos. Pero cuando vieron que se había arrepentido sinceramente, lo perdonaron. Le dijeron que no tenía que marcharse. Y le dieron un empleo para que ayudara en la villa.
Víctor esta, muy contento por haber podido regresar a la villa.

Llegó la noche, y comenzó a llover. Pese a que me concentré en ayudar a Víctor, no dejé de pensar en mi familia. Quería regresar a casa, pero no sabia como. Mientras observaba por la ventana, entonces ví, entre la oscuridad y la lluvia, una pequeña luz. Le dije a Víctor, pero el se hallaba profundamente dormido. Aun así, quise ir a averiguar, qué era aquella luz. Mientras más me acercaba a la luz, más esta se alejaba. Traté de no hacer ruido, pero sin darme cuenta me había alejado mucho de la casa de Víctor. Miro hacia mi alrededor para darme cuenta de que estaba perdida. Además, la pequeña luz había desaparecido. Continuaba lloviendo, la noche se hacia más oscura. Cuando de la nada sale un sujeto, no podía, ver muy bien su rostro.

- ¿Buenas, puede decirme como puedo llegar a la Villa Garmendía?- dije

El hombre se acerca, y me da un golpe que me tiró al suelo, y dijo: Tú no deberías estar aquí.

- Oiga, qué le pasa... ¿Porqué me pega?- dije. (Mientras sobaba mí rostro por el golpe)

Detrás del hombre, aparecieron dos perros muy grandes, y el hombre dijo: ¡Denle muerte!

Sin pensarlo mucho, eché a correr, a través del bosque. No sabia hacia donde iba, solo trataba de alejarme de aquel hombre y sus perros. No se cuanto, estuve corriendo. Solo sentía las ramas golpeando mi cuerpo y la lluvia según caía. Aquellos perros estaban furiosos, pero por la espesura del bosque se les dificultaba correr. De repente tropecé con una Cabaña abandonada. Miré hacia atrás y podía escuchar a los perros acercarse. No tenía otra opción, tenía que entrar en la cabaña o aquellos perros me matarían. Al entrar en la cabaña abandonada, lo que vi me dejo muy asombrada...

No Hay Felicidad Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora