Capitulo once: "Final."

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NARRADOR OMNISCIENTE.

Lauren y Camila se encontraban encerradas en la habitación de la ojiverde celebrando una de las fechas más importantes para ellas dos, el cumpleaños de la ojierde.

Sabían que no tendrían mucho tiempo antes de que todos llegaran con el almuerzo, la pareja quería aprovechar todo su tiempo a solas en la "sorpresa" que la morena de hermosos ojos color chocolate había preparado para su novia.

-She always has a smile, from morning to the night.- Camila comenzó a cantar enrollando sus brazos alrededor de la cintura de Lauren, moonlight de Grace Vanderwaal sonaba a todo volumen inundando la habitación haciendo a la ojiverde sonreír de oreja a oreja.- Parte de esa canción me recuerda a ti.

-No entiendo porque.- Los ojos verdes miraron a la menor curiosos por saber más.

-Nunca dejaste de sonreír para mi, para todos.- Camila comenzó a relatar sintiendo como las lágrimas comenzaban a acumularse detrás de sus ojos, recordar todas las dificultades que su novia había tenido que atravesar le llenaban el corazón de dolor y orgullo.- Aunque estuvieras mal, aunque hubiera problemas, siempre me amaste sin excepción alguna y el día de hoy quiero jurarte mi amor eterno.

Camila se separó de la ojiverde apagando la música, de su bolsillo trasero sacó una pequeña cajita forrada en terciopelo rojo la cual abrió colocándola frente a Lauren. Un hermoso anillo podía verse, aunque esté fuera simple la hermosa perla que estaba incrustada en este lo hacía Perfecto para la ojiverde.

-¡no estoy pidiéndote matrimonio! Es una promesa de amor.- La morena tomó el anillo entre sus manos colocándolo en el dedo anular de su novia, la sonrisa de Lauren no tenía precio.

-Camila, esto es hermoso.- Pequeñas lágrimas comenzaban a caer por las mejillas de la ojiverde, Camila al ver su reacción no dudó en apretarla más contra ella besándola de forma corta.

-El día en el que te conocí me enamore de tus ojos, amaba perderme en ellos.- La morena comenzó a relatar separándose un poco de Lauren para así mirarla a los ojos.- Todos los años que estuvimos juntas lograron hacer que cada día estuviera más y mas enamorada ti, Lauren ¡estoy loca por ti desde la primaria!

Una pequeña risita proveniente de la ojiverde hizo al corazón de Camila bombear como un loco dentro de su pecho.

-Yo supe que estaba enamorada de ti el día en el que mi padre nos llevó a la playa, cuando tomaste mi mano para correr al mar supe que no era como las veces anteriores que nos habíamos tomado de la mano. Llegue a pensar que mi corazón algún día saldría de ni pecho por culpa tuya Camzi.

-Cuando te fuiste al internado, pensé que moriría sin ti.- Camila tomó las mejillas de Lauren entre sus manos sollozando.- Había soñado con besarte y cuando por fin lo hice Clara decidió llevarte a ese horrible lugar.

-No Tienes porque recordar eso Camzi.

-Tienes... tienes razón Lo, deberíamos bajar. Tengo el presentimiento de que si estamos aquí arriba cuando todos lleguen Veronica dirá que estamos teniendo sexo.

——— —

Horas después Lauren se encontraba sentada frente al pastel más grande que había visto en su vida entera, diecisiete velas exactas adornaban el este dándole un toque más especial al postre el cual la mayoría de los invitados morían por comer.

-¿Qué pedirás de deseo Bicho?- Preguntó Veronica despeinando el cabello de la ojiverde intentando molestarle como siempre lo hacía.

-Lencería.- respondió Lucia en nombre de Lauren haciendo reír a todas menos a la ojiverde.

-¡No voy a pedir lencería Lucia!- Lauren chillo golpeando a la morena, las mejillas de esta estaban coloradas y lo mejor que pudo hacer fue esconderse en los brazos de Camila la cual reía al igual que todas sus amigas.

-Ya basta chicas, mejor hay que cantar ahora.- Mike interrumpió al pequeño grupo pasando una de sus manos por la cabeza de Lauren despeinandola.

Una vez que la típica canción del cumpleaños había terminado la ojiverde fue interrumpida por el timbre antes de soplar las velas, levantándose un tanto extrañada camino junto con su padre hasta la puerta.

-Hola, hija.- Clara apareció frente a la puerta haciendo que la morena se tensara al instante, Lauren le temía a Clara y la mujer estaba consiente de eso por lo que dedicándole una pequeña sonrisa a Mike colocó una mano sobre el hombro de su hija.- Lauren perdóname.

Los ojos verdes por primera vez en mucho tiempo no miraron al suelo y se concentraron en su madre, incontables lágrimas caían por sus mejillas haciendo a Lauren llorar al instante. No le gustaba ver a su madre sufrir.

-Estuve cuatro meses encerrada, cuatro meses en los que me di cuenta cuanto me hacen falta.- La mujer tomando un poco de más confianza tomó la mano de Lauren dándole un pequeño apretón.- Fui una Idiota, tú eres mi hija, no eres un fenómeno y tampoco eres un monstruo. El monstruo soy yo por meterte en ese lugar, una persona como tú nunca debió haber estado ahí... en realidad, nadie merecía estar ahí.

-Mamá.- Lauren le interrumpió, al igual que su madre la cara de la ojiverde se encontraba bañada en lágrimas.- Te perdonó, aveces es difícil aceptar algo con lo que creciste pensado que es malo... más no quiero volver a tenerte en mi vida.

-Entiendo Lauren y respeto tu decisión.- Podía notarse el dolor a través de la cara de la mujer, esta sin importarle mucho la reacción de Lauren le abrazo apegando el cuerpo de la más joven a ella.- Espero poder volver a ser tu madre algún día.

————

-Sabía que no me equivocaba al decir que tienes el corazón más grande del mundo.- Camila susurró contra el oído de la ojiverde, las dos se encontraban recostadas en uno de los sofás de la sala de estar, como era de costumbre Ally, Normani, Dinah, Lucy y Vero habían terminado durmiendo todas juntas después de la fiesta.

-No lo tengo Camzi.- Lauren negó un par de veces besando los labios de su novia.- Estoy muy feliz de tenerte conmigo.

-Yo también lo estoy Lo.- Camila algo adormilada correspondió al beso de la ojiverde, sus brazos se envolvieron en el cuello de Lauren y volvió a besarla antes de quedarse dormida dejando a la ojiverde sola en la oscuridad.

Bajo la luz de la luna Lauren se dio cuenta de las cosas que nos pasan no son del todo malas, siempre terminan dejándonos algo por lo que debemos estar agradecidos.

Ese día Lauren le agradeció al internado y a su madre por darle la vida que llevaba en ese momento, ella era feliz y estaba dispuesta a volver a pasar por lo mismo una y otra vez con tal de tener al amor de su vida durmiendo entre sus brazos y a sus mejores amigas en la misma habitación listas para ayudarla en todo lo que ella necesite.

Homophobia (Camren). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora